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jueves, 31 de diciembre de 2009

Compartir conocimiento ¡Feliz 2010!

El baloncesto español está, más que nunca, en disposición de compartir y repartir conocimiento, seguramente, el valor más importante.

Hace tiempo que leí una frase referente a la necesidad de creer en utopías. Estoy de acuerdo. Todos los que amamos el baloncesto desde hace unas cuantas décadas vivimos el presente con la satisfacción de confirmar como lo que hace años parecía imposible hoy es una realidad. La utopía se ha cumplido, al menos en el baloncesto, gracias a que la eficiencia en el trabajo de muchos ha ido acompañada de las necesarias dosis de ilusión sin las que es imposible acometer ningún éxito.

Contemplar el panorama actual de nuestro baloncesto, tanto en lo referente a los éxitos individuales de nuestras como de los éxitos de nuestras selecciones masculinas y femeninas, en la élite y en la formación y de las competiciones FEB, representa haber cumplido e incluso superado con creces los objetivos marcados hace más de una década.

Pienso que vale la pena consolidar y si es posible incrementar los éxitos de la élite y la vez plantear nuevas utopías relacionadas con el baloncesto menos visible. El trabajo de formación de entrenadores y posterior formación continua a través de diferentes plataformas está llegando a cada vez más rincones – ya no sólo de España sino internacionalmente - para beneficio de miles de jugadores y jugadoras que se inician en nuestro deporte. Esa transmisión y ya exportación de experiencias está contribuyendo no sólo a ser mejores sino a sentir la necesidad y obligación de seguir siéndolo.

El éxito es la plataforma ideal desde donde abrazar el baloncesto en toda su dimensión para hacerlo crecer desde los orígenes más humildes. El baloncesto español está, más que nunca, en disposición de compartir y repartir conocimiento, seguramente, el valor más importante. Así lo viene haciendo y así pretende seguir. Merece la pena por muchas razones entre otras porque no hay mejor manera que alcanzar la felicidad que a través de la generosidad.

sábado, 26 de diciembre de 2009

"La venta del producto"


"…me provoca cierta reflexión que la “venta del producto”, principal razón de ser por cierto, obtenga hoy unos resultados no muy distantes a los que ya obtenía décadas atrás…"

Real Madrid y Barcelona afrontan un clásico que a los que ya hemos vivido todas las ediciones de la ACB nos retorna al pasado. Como si el tiempo no hubiese transcurrido durante las últimas décadas o como si esa apuesta por la modernidad hubiese tomado un rumbo de retorno hacia lo que fue y de lo que, paradójicamente, se quiso huir.

Un clásico entre Real Madrid y Barcelona, en domingo tarde, por Televisión Española, con trascendencia directa en una liga en la que todos coinciden que está claramente dominada por ambos, quienes por cierto viven 10 millones de euros (más 1.600 millones de las antiguas pesetas) por encima del tercer presupuesto y además sin coincidencia con el fútbol representa conseguir la atención máxima de todos los medios de comunicación y de todos los aficionados. Un clásico que se convierte en un fenómeno baloncestístico tan sólo comparable, aunque a distancia, al interés que despierta la Selección.

O sea, que todo ese largo viaje de más de dos décadas concluye, o va concluyendo, en nuevamente el dominio avasallador de los dos grandes clubes de fútbol de nuestro país. Como factor promocional no me parece mal ya que a ese partido se unen de pronto millones de aficionados que viven ajenos a la competición y todos esos medios de comunicación que le dedican poco espacio y menos tiempo. Pero me provoca ciertas dudas que la “venta del producto”, principal razón de ser por cierto, obtenga hoy unos resultados no muy distantes a los que ya obtenía décadas atrás. Y más dudas aún cuando compruebe la satisfacción que provocarán las altas cifras de audiencia. Más o menos igual que cuando se enfrentaban Fernando Martín y Norris…

martes, 22 de diciembre de 2009

Wooden y Messina

Columna publicada en Gigantes del Basket

Los jugadores entrenados por el mítico técnico de UCLA, John Wooden, considerado por muchos como el mejor de los mejores en la historia de baloncesto, coincidían en afirmar que en los entrenamientos no había descanso – cuentan que ni sillas, ni agua – y que la exigencia era brutal durante las dos horas exactas, ni un minuto más ni uno menos, que duraba la sesión. Cuentan que Wooden buscaba siempre la intensidad y velocidad máxima durante todos los ejercicios y especialmente en los “cinco contra cinco” de los entrenamientos para, sorprendentemente, relajar la tensión e incluso la velocidad en el juego durante el desarrollo de algunos partidos. Era, dicen, uno de los secretos del éxito de Wooden. Es decir, que lo que se entrenaba era la capacidad mental para resistir en los partidos la máxima intensidad física para luego aplicar la forma de jugar más conveniente en cada momento.

Hace unos meses, en una conversación con Andersen, el pivot australiano que coincidió con Messina en el CSKA de Moscú confesaba que la exigencia de Messina en las sesiones de entrenamiento era total desde el primer día de la pretemporada hasta el último. Que no había posibilidad para la relajación y que eso provocaba que, cuando llegaban los partidos decisivos, el jugador siempre rindiese a buen nivel porque no había “mayor presión que a la que te sometía Messina”.

Contemplando el primer cuarto del partido del Real Madrid en el OAKA no he podido evitar acordarme de los testimonios de los jugadores entrenadores por Wooden – 10 títulos de la NCAA con UCLA – y del de Andersen. Seguramente el secreto del máximo rendimiento en el baloncesto andará cerca del conseguir conjugar la máxima intensidad física y emocional combinada con la tranquilidad, con el control del ritmo del partido, con la lectura adecuada de las ventajas. Una difícil combinación de virtudes que sólo están al alcance de los mejores jugadores siempre y cuando, eso sí, estén entrenados por los mejores entrenadores.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Cuestión de generosidad



"Más que el hecho de que lleguen a jugar a alto nivel intenta primero que tus jugadores no dejen el baloncesto"

El club para el que colaboro, el Basquet Castelldefels, es en mi opinión un buen ejemplo de inquietud por la investigación y mejora en los procesos formativos de, primero los entrenadores, y como consecuencia, de los jugadores. Reuniones, debates, transmisión de experiencias entre entrenadores veteranos y noveles. Curiosidad por trabajar adecuadamente tanto desde el punto de vista técnico, táctico, físico y, sobretodo, psicológico. Según mi opinión, existe una única razón de ser de los entrenadores: ayudar a los jugadores.

Llego a la conclusión, tras asistir a las primeras reuniones con los entrenadores de este singular y, sinceramente y tras haber pasado por varios, admirable club desde el punto de vista de organización deportiva, que el único camino para que el baloncesto mejore es el de insistir en la generosidad de los entrenadores con respecto al baloncesto. Que lo realmente importante es que cada uno de los jugadores, desde la escuela de iniciación hasta el senior, disfrute con lo que hace más allá del talento, del nivel o del cumplimiento de las expectativas. Que mucho más importante que el de que lleguen a jugar a alto nivel es que, por favor, no dejen el baloncesto por culpa de un entrenador poco preparado o equivocado en su filosofía.

Y esos principios basados en la generosidad para nada van reñidos con la disciplina, con la enseñanza de una buena educación deportiva. Los jugadores de todas las edades agradecen la existencia de un marco definido, de unas normas de obligado cumplimiento. Pero todo eso tiene que ir acompañado de buena preparación, en todos los niveles, de sus entrenadores.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Fernando Martín (Desde Barcelona)

Decía recientemente Clifford Luyk que para mirar al futuro debemos reconocer nuestros orígenes. Los pivots del presente y del futuro deben saber quien era Fernando Martín. Deben ver sus duelos con Audie Norris.

http://www.youtube.com/watch?v=6WRqOtNXef8

http://www.youtube.com/watch?v=nhnJdyZ3o3Y&feature=related


Todavía hoy siento un escalofrío cuando recuerdo el impacto recibido a través de la radio esa fría tarde de domingo. Me vienen a la mente las imágenes de aficionados del Palau Blaugrana echándose las manos a la cabeza al conocer por megafonía la noticia del mortal accidente de Fernando Martín. Siento ese helado silencio que se apoderó del pabellón del Barcelona, de los rostros perdidos de Sibilio, Epi, Solozabal, en la pista, obligados a jugar un partido sin sentido. Han pasado dos décadas y mi memoria, que por el camino ha perdido tantas imágenes, conserva intacta todas aquellas y las que en los siguientes días nos llegaban a través de la televisión o de la prensa.

Insisto en que la muerte prematura mitifica pero creo sinceramente que Fernando Martín se hubiese convertido igualmente en un mito del baloncesto aunque hoy siguiese entre nosotros. Viví su trayectoria deportiva desde la distancia, desde Barcelona, desde una óptica que convertía a Fernando Martín en un tipo orgulloso, capaz de desafiar a todos, capaz de volver en contra todo un Palau Blaugrana y pegarse literalmente con el ídolo local, Audie Norris, en unos enfrentamientos tan extraordinarios que ni los árbitros querían impedir. Siempre consideré a FM como un tipo moderno, avanzado a su tiempo.

Vale la pena recuperar imágenes de los enfrenamientos de la década de los ochenta entre el Real Madrid y el Barcelona, entre Fernando Martín y Audie Norris y recrearse viendo como luchaban por ganar la posición en el poste bajo. Vale la pena ver la honestidad de dos estrellas en un pulso físico nunca visto antes… ni después. Ellos luchaban hasta el límite de lo legal e incluso cruzaban esa línea de lo permitido pero tan bella y noble era la pelea que los árbitros no sabían o quizás no querían impedirla.

Y al final de la batalla, cuando todo había acabado, cuando el marcador había dado alegría para uno y desencanto para el otro, Martín y Norris se fundían en un abrazo de respeto, cruzaban con su mirada un guiño de complicidad y se citaban para la próxima ocasión. Esa gélida tarde de domingo, Norris, los aficionados, el baloncesto, se quedó sin la próxima ocasión. Decía recientemente Clifford Luyk que para mirar al futuro debemos reconocer nuestros orígenes. Los pivots del presente y del futuro deben saber quien era Fernando Martín. Deben ver esas imágenes.

sábado, 21 de noviembre de 2009

¿A qué jugador le distes los primeros 400 minutos?

“Todas las canteras son buenas pero nosotros vamos por delante porque los ponemos en el equipo sin miedo” (Pep Guardiola)


Leo la frase de Pep Guardiola, un referente para todos los entrenadores de cualquier deporte, y me viene inmediatamente a la cabeza una reflexión que recientemente me hacía Alfred Julbe sobre la importancia de los “primeros 400 minutos” de los jóvenes en el baloncesto senior. Esa transición necesaria para adaptarse a otra manera de jugar, a otra velocidad, a otra forma de relacionarse con compañeros y entrenadores, a nuevas dificultades físicas… Sigo recopilando información y encuentro en otra reflexión de Sito Alonso un perfecto argumento para potenciar los jugadores de cantera. "Nosotros no podemos tener una batería de recursos tácticos muy elevada constante porque ello dificultaría la integración de los jugadores de cantera. El jugador joven no está acostumbrado a una gran batería de recursos tácticos y por lo tanto su inmersión en el primer equipo es más fácil si se encuentra en el equipo senior con cuatro o cinco conceptos generales a los que ya está acostumbrado en los equipos de formación. En el Joventut cuando el jugador de cantera se mete desde infantil, todos los equipos tienen el mismo sello del senior. Por eso es más fácil para ellos luego entrar en el primer equipo”. Vuelvo al fútbol, a Guardiola, y recuerdo imágenes suyas en el palco viendo jugar al juvenil de Barça, con los mismos sistemas que el primer equipo… De Julbe rescato otra reflexión relativa a “la importancia, dado hacia donde viaja el baloncesto actual, de formar jugadores capaces de crearse sus propios tiros”. De Xavi Pascual y el propio Sito Alonso otras sobre la imperiosa necesidad de “individualizar la formación de los jugadores”.

Utilicemos esa orientación de gente experta y capacitada, de gente de diferentes perfiles, objetivos e incluso especialidades. Unamos esos mensajes que transmiten relativos a, primero saber qué necesidades tendrán. Segundo, cómo conviene enseñarlas. Tercero, cómo ayudar a que la transición sea un poco más fácil. Y cuarto, volviendo a la frase inicial de Guardiola, aparquemos el miedo a la hora de apostar por los jóvenes. Seguiremos recopilando mensajes y transmitiéndolos. Y eso apliquémonoslo TODOS los entrenadores, desde la élite hasta los “invisibles”. Por cierto, hago una propuesta a los entrenadores que lean este post ¿A qué jugadores le distes tú los primeros 400 minutos?

martes, 17 de noviembre de 2009

Entrenar la CALIDAD


En este baloncesto de máxima intensidad, de defensas cada vez más fuertes y mejor organizadas, de menos espacios por el volumen y capacidad física de los jugadores la CALIDAD se convierte en la herramienta fundamental para, primero sobrevivir, después destacar.

Las cualidades físicas adecuadas se convierten ya en un elemento indiscutible, en una capacidad imprescindible para jugar ya no sólo al máximo nivel, sino a cualquier nivel mínimanente serio. Junto a las cualidades físicas debe existir una capacidad de concentración en el trabajo - entrenamientos y partidos - que se adquiere desde la educación deportiva que el jugador ha recibido en su etapa de formación. Una capacidad de autoentrenamiento que motive al jugador a seguir progresando. Hablamos de condiciones básicas para poder formar parte de un equipo SERIO. Y a estas premisas, evidentemente, unimos unas habilidades técnicas adecuadas a la categoría en la que se juegue.

Esa combinación de virtudes será la que determine el nivel del jugador. La que le dé oportunidad para jugar en unas categorías más o menos altas. Pero una vez conseguidas esas capacidades, el factor diferencial lo marcará la CALIDAD. Y me refiero a calidad tanto en la ejecución técnica de los fundamentos básicos – bote, pase, tiro – como en la toma de decisiones – lectura del juego – y, cada vez más importante, finalización de las acciones. En una reciente conversación con Gonzalo García de Vitoria, entrenador del Melilla Baloncesto y durante muchos años vinculado al trabajo de formación en la Federación Española, incidía en la importancia de saber enseñar el qué y cómo pero, algo más importante aún, el cuándo.

Y esta reflexión que puede parecer obvia para algunos y en todo caso muchas veces repetida pienso que adquiere una todavía mayor relevancia en el baloncesto actual y sobretodo en el baloncesto de futuro. Porque ya no será un requisito imprescindible sólo para llegar a la élite sino incluso para poder sobrevivir con garantías en categorías más bajas. Sólo los juniors que además de las capacidades básicas de autoentrenamiento antes mencionadas tengan CALIDAD, tanto en la ejecución y finalización como en la toma de decisiones, podrán hacerse un hueco dentro de los seniors. Y no hablo de seniors de ACB o Ligas Adecco. Bajo hasta las ligas autonómicas que uno las conoce bastante bien.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Alfred Julbe y Manel Núñez


Hace muchos años comía con Alfred Julbe en un restaurante de menús en Badalona y le escuchaba atento su ya interesantes disertaciones sobre baloncesto. Entonces Julbe era un joven entrenador de élite que desafiaba desde el Joventut a los veteranos técnicos de la ACB con propuestas valientes y eficaces. Yo hacía de periodista en Gigantes del Basket y entrenaba algún equipo. Era Julbe uno de esos entrenadores de nueva generación que causaba admiración entre los entrenadores también de nueva generación.

Pasaron los años y yo seguí con mi doble actividad, una profesional como la del periodismo y otra vocacional como la de entrenar y de los muchos jugadores que tuve la oportunidad de “estropear” su progresión apareció uno llamado Manel Núnez, un chaval delgaducho que se pasaba horas con un balón en las manos en las viejas instalaciones de un entrañable club como es el Centre Catolic de L´Hospitalet. Manel, “Manelillo”, era “el talento”, la ilusión, la vocación de un chaval entusiasmado con el baloncesto. Recuerdo aquel año como entrenador del junior del Catolic con un sentimiento muy especial y también recuerdo – y mucho – al padre de Manel sentado a mi lado durante los partidos, como delegado del equipo, aguantando con disimulo mis enfados con su hijo por no bajar el culo en defensa y disfrutando con euforia contenida de esas canastas que sólo su chaval era capaz de hacer ante rivales mucho más musculados que "su" Manelillo. Una de las muchas satisfacciones que me ha dado el baloncesto como “entrenador invisible” viene precisamente de una bonita llamada de Manel el día que debutó con el senior del Cornellà en LEB…

Los años siguieron pasando y de pronto el baloncesto - o mejor el caprichoso destino - provoca que Alfred Julbe y Manel Núñez, esas dos personas que el baloncesto me presentó por vías diferentes coincidan como entrenador y jugador en un mismo equipo, en el Andorra, en la Adecco Plata mientras yo sigo con lo mismo, combinando, como hacen miles de “entrenadores invisibles” tareas profesionales y deportivas. Las Ligas Adecco son fabulosas porque, entre muchas otras virtudes, consiguen unir el baloncesto de todas las procedencias. Por cierto, mucha suerte a los dos.

Nota: Manel, un fuerte y sincero abrazo

lunes, 26 de octubre de 2009

Entrenar equipos - entrenar jugadores


Abro debate y lo hago tras una reunión en la que participamos diferentes entrenadores del club en el que estoy. Hablábamos sobre jugadores jóvenes con proyección, de la difícil transición de edades junior a senior y de cuál debe ser el papel del área deportiva del club a la hora de incidir en aquellos aspectos de mejora para ayudar a que esa transición del baloncesto joven al adulto sea lo más adecuada posible. Tengo la suerte de pertenecer a un club donde existe especial interés en mejorar los procesos formativos de los jóvenes jugadores y también de los entrenadores.

Me gustaron las serenas reflexiones de entrenadores jóvenes pero perfectamente conscientes de la importancia de dar los pasos acertados para beneficio de los jugadores. De la capacidad para diferenciar el hecho de entrenar jugadores o entrenar equipos. Porque en edades de formación es fundamental individualizar objetivos consiguiendo que a la vez el colectivo funcione. Prestar especial atención a aquellos jugadores detectados y localizados como claramente proyectables sin que ello afecte al grupo. No es fácil esa misión por lo que requiere del talento de quien dirige deportivamente el club y de la capacidad de quienes entrenen. Ah! por cierto, hace mucho tiempo que defiendo que esas dos tareas no sólo son incompatibles sino claramente contraproducentes para el club en el caso de alternarlas. Salvo alguna excepción que particularmente no conozco cuando se ejerce de Director Deportivo y de Entrenador a la vez una de las dos tareas se hace inadecuadamente y, por lo general, ésta suele ser la dirección deportiva.

Localizados los jugadores en cuestión merecen un detallado análisis que aborde todas sus características como deportistas y como personas. Su educación, su formación deportiva, su capacidad intelectual, su capacidad de esfuerzo, su comportamiento en los entrenamientos, en los partidos, su relación con los demás, su entorno familiar… Todo ese detallado análisis del joven talento nos ayudará a saber qué, cómo y cuándo realizar las acciones que le ayuden a dar ligeros pero decisivos pasos adelante que contribuyan a su evolución. Eso y la definición de un rol en su equipo, de una responsabilidad a la que deba enfrentarse, de la oportunidad para desarrollar su talento individual.

sábado, 17 de octubre de 2009

Andrés Montes

Diccionario Andrés Montes
Mi hijo de 10 años ha quedado impresionado al enterarse de la noticia de la muerte de Andrés Montes. Le encanta el baloncesto y en los últimos veranos se lo ha pasado en grande con lo que hacían “ET” Gasol, “La Bomba” Navarro, “Espartaco” Felipe, “Multiusos” Garbajosa, “Rickybisnes”… y por supuesto con las bromas que oía de esa voz inconfundible, de los tambores de guerra… ¡Qué vienen los Siux”!, de los ratatatata, de los triiiiiiiiiiiiiiiiiples. Y como él muchísimos otros jóvenes aficionados, futuros jugadores... Le he contado una anécdota que viví hace años en el Palau Sant Jordi cuando Epi y Andrés Montes, entonces pareja televisiva en un programa de baloncesto del Plus, pasaron junto a una grada repleta de chavales. Muchos de ellos se acercaron para pedirle un autógrafo a… Andrés Montes. Recuerdo la sonrisa de Epi aceptando con resignación que la “estrella” del momento era el otro.

Se ha ido un tipo especial, un periodista y locutor singular, un profesional que tuvo la virtud de crear un sello propio. Un tío con personalidad y, según los que le conocían mucho más y mejor que yo, una gran persona. Siento una tristeza especial porque tengo la sensación de que esa vida maravillosa que él siempre proclamaba en sus transmisiones suele no serlo tanto y con demasiada frecuencia nos impacta con noticias muy crueles.

Eso sí, las desapariciones prematuras provocan que de pronto el recuerdo se agrande, que desaparezca la persona pero nazca el mito. Que a lo que se le daba relativa importancia adquiera una relevancia mayor. Porque desgraciadamente no andamos sobrados de ingenio, de sentido del humor, de fina autocrítica. Porque la ironía es necesaria y aunque seguro que durante sus locuciones algunos pudieran reclamar más información y menos cachondeo, seguro, seguro, que en el futuro otros muchos, entre ellos mi hijo Miquel, añorarán ese singular “partido paralelo” que también jugaba Andrés Montes.
En los últimos años Andrés Montes tuvo su contribución a los éxitos y promoción de nuestro baloncesto porque entre los muchos valores que la selección sabía trasnmitir, el del sentido del humor era un añadido que se colaba en los hogares conjuntamente con las medallas.

viernes, 9 de octubre de 2009

El discurso adecuado

En pocos días y por diferentes motivos he tenido el placer escuchar los discursos de responsables de firmas tan importantes y a la vez dispares como son Adecco y Suzuki. Marcas que tienen en común, además de un alto prestigio reconocido, su apoyo al baloncesto. Y debe ser porque la edad no perdona pero cada vez valoro más la carga de contenidos adecuados en este tipo de actos. Ha habido bonitas coincidencias como la constante referencia a los valores del baloncesto y la vida, a la manera de afrontar esa crisis que afecta a todos de maneras distintas pero con consecuencias similares. Y en esas intervenciones tanto de los representantes o responsables de las empresas en cuestión como de los receptores del patrocinio – en ese caso club o federación – he confirmado mi teoría de lo importante que es – lo ha sido siempre- transmitir con brillantez el mensaje adecuado.

Cuan importante es comunicar bien, no leer bien, escribo "comunicar" adecuadamente en un discurso que fundamentalmente desea transmitir el componente de ilusión imprescindible para afrontar nuevos retos. En ambos actos ha habido brillantez en la forma y en el fondo y claro, cuando esa es la imagen que se exporta tanto por parte de empresas, federaciones o clubes, pienso que el éxito está un poco más cerca que cuando el discurso es pobre, leído – incluso a veces hasta mal -. Si dicen que la cara es el espejo del alma, el discurso del responsable suele serlo de la entidad que representa. Sí, sí, ya se que hay excepciones… pero no tantas.

martes, 29 de septiembre de 2009

Adecco Oro; ha llegado el futuro

Estamos ante una edición especial y apasionante tanto por la calidad de los equipos como por la apuesta por incorporar de manera pionera en el baloncesto FIBA la aplicación de las nuevas reglas. El mundo del baloncesto estará pendiente de una competición que tiene el reconocimiento unánime de ser una de las mejores de continente.
Una edición que arranca con más fuerza que nunca. 18 equipos emprenden ese largo y durísimo viaje por una competición que siempre se caracteriza por marcar una ley no escrita y que sólo se plasma sobre el parquet: la ley de la pista. La Adecco Oro nunca defrauda porque cada fin de semana presenta nueve partidos absolutamente inciertos, porque la igualdad, emoción y espectáculo se funden en cada una de las canchas convirtiendo la liga en un guión repleto de ilusión y drama, de pasión y espectáculo. Y esta temporada, a todos los alicientes ya habituales y que la ha convertido en una de las mejores ligas de Europa, se une el hecho poder disfrutar del baloncesto del futuro, con las nuevas distancias en la zona de tres puntos y la línea de triples.

Es la Adecco Oro una competición especialmente dura tanto para aquellos que parten con la obsesión de conseguir una de las plazas de ascenso como para los que quieren seguir sobreviviendo en la élite. Una liga que no da descanso a jugadores y técnicos que cada semana deben afrontar un nuevo y trascendental reto. Porque cada victoria, desde la primera jornada hasta la última, se convierte en un paso decisivo que puede marcar el futuro. Porque nadie puede ni debe pararse a lamentar derrotas ni celebrar triunfos en exceso.

Dos grandes como CAI Zaragoza y ViveMenorca regresan de la ACB a la realidad Adecco Oro y con ellos miles de aficionados que seguirán apoyándoles en esa dura lucha por volver a estar en lo más alto. Dos equipos que han formado plantillas de lujo y que por lo tanto parten con ese sello de favoritos que tan peligroso suele ser en esta liga. Junto a los ex ACB aspirantes clásicos como Melilla Baloncesto y Cáceres 2016, que ilusionados ante el reto de competir por lo máximo reúnen la fuerza necesaria para mirar a los ojos a cualquiera. Y como no, clásicos de nuestro baloncesto como el Baloncesto León, C. B. Breogan, Tenerife Rural que, como cada temporada, formarán parte de ese selecto grupo de candidatos a todo conscientes y conocedores de las dificultades que se presentan cada semana.

Pero en esta competición de alto nivel hay clubes que año tras año dan pequeños pero trascendentes pasos adelante y por lo tanto consiguen ilusionar a sus seguidores. En Canarias encontramos dos: Ciudad de La Laguna y U.B. La Palma y en Castilla León otro como Ford Burgos, ilustres de las competiciones Adecco de cara al reto que empieza y que han conseguido reunir el potencial necesario para asaltar el “poder establecido”. Y, dentro del grupo de los valientes destacamos a Basquet Mallorca y Clínicas Rincón, dos conjuntos que la pasada temporada sorprendieron por la juventud de sus plantillas y por la valentía con la que afrontaron el desafío no sólo de sobrevivir sino incluso de competir por estar zonas nobles.

Regresan a la competición ilustres como Aguas de Sousas Ourense, con historial ACB, el C.B. Cornellà, repleto de jugadores de gran proyección, el Baloncesto Palencia que ha conseguido implicar a toda una ciudad, y Tarragona 2017 con retos renovados, equipos todos con la necesaria tradición para asentarse en una competición que debe multiplicarles la ilusión. Por último dos nuevos clubes irrumpen la Adecco Oro, dos proyectos que han arrancado en los últimos años con la suficiente fuerza para creer en ellos. Desde Galicia un Gestibérica Vigo que ha conseguido arrastrar a miles de aficionados y desde Cataluña un Sant Josep que confirma que el baloncesto no sólo no desapareció de una ciudad con tanta tradición como Girona, por supuesto, sino que emprende un nuevo y prometedor camino hacia el futuro.

sábado, 19 de septiembre de 2009

La importancia de los entrenadores

Mientras contemplaba el partido contra Grecia reflexionaba sobre la fundamental labor de los entrenadores en el deporte de alto, de máximo nivel. Me comentaba irónicamente un amigo – entrenador por cierto – que esta Selección funcionaba sola y mi respuesta fue negarle contundentemente esa afirmación. No quería perderme detalle alguno del partido así que guardé mis argumentos para este post…

Niego la teoría de que es más fácil entrenar a un equipo bueno que a uno malo. Lo niego porque el jugador necesita del entrenador una calidad proporcional a la suya. Cuanto mejores son los jugadores, mejores han de ser los entrenadores. Pero, sin no les importa, maticemos ahí el término buen o gran entrenador. El buen o gran entrenador, seguramente, requerirá de la inteligencia para saber hasta donde debe hacer llegar su influencia en función, precisamente, del nivel de jugadores que dirige y sobretodo, en el tipo de competición en que lo hace. Si de lo que se trata es de entrenar a un equipo ganador, ¿cómo no tener a un entrenador de alto nivel a la hora de tener afrontar partidos decisivos como pueden ser semifinales o finales de europeos, mundiales u olimpiadas?

Y es más, unos jugadores de alto nivel necesitan de un gran “equipo técnico” donde además de la labor del primero, está la de los ayudantes, la de los preparadores físicos, la del fisio, la del médico, la del delegado, la del jefe de prensa… Y es más, esos jugadores de alto nivel deben saber que detrás tienen una gran estructura donde los diferentes responsables sepan actuar, o no, en función de las circunstancias. Un conjunto de estrellas, sea de un club o de una selección, necesita alrededor el mejor equipo de profesionales posible. La mejor organización a su servicio.

La clave de los grandes equipos o selecciones ha sido, es y seguirá siendo, actuar todos en una misma dirección, manejando un mismo discurso, lanzando interna y externamente, un mismo mensaje. Y ese gran entrenador que entra en una organización de este nivel debe tener la virtud para saber medir su intervención valorando perfectamente lo que tiene detrás, al lado y, sobretodo, delante. En un deporte de alto nivel donde la calidad, profesionalidad y status de los jugadores los convierte en estrellas, el entrenador debe tener capacidades técnicas, por supuesto, pero además y como requisito imprescindible, máxima inteligencia para gestionar grupos.


Nota

París 99, Plata… Estambul 2001, Bronce... Estocolmo 2003, Plata... Belgrado 2005, Cuarto Puesto… Madrid 2007, Plata… Varsovia 2009…

Pues así llevamos una década, permanentemente presentes en la lucha por las medallas en diferentes europeos disputados. Un dato que merece la pena recordar y valorar porque no ha habido ninguna otra selección que haya sido capaz de hacer algo así en los últimos veinte años. Como recordaba Juan Antonio Casanovas en su previa en La Vanguardia, …“un alarde de continuidad en la élite que hasta ahora sólo habían ofrecido las dos grandes potencias históricas del continente: la URSS fue semifinalista en veinte Europeos seguidos, de 1951 a 1989 y Yugoslavia en siete, de 1969 a 1981”...

Pero claro, podemos darle una vuelta más a ese dato y ver como en los últimos cuatro grandes campeonatos, Mundial, Eurobasket, Olimpiada y Eurobasket, hemos estado presentes en la cuatro finales. Es decir, que esta generación que ya se acostumbró a ganar cuando eran juniors y que han ido acogiendo y contagiando a nuevos talentos se convierten en leyendas que el paso del tiempo los elevará a los altares de la historia de nuestro baloncesto…

viernes, 18 de septiembre de 2009

Alguien tocó la tecla adecuada

Los problemas, resueltos con sentido común y criterio, con las dosis de experiencia y conocimiento necesarias, acaban no sólo por solucionarse si no por convertirse en una excelente plataforma para despegar. El “Método” ha vuelto a funcionar...



Lo que no nos mata nos hace más fuertes y tengo la sensación de que los episodios vividos durante la pasada semana han convertido a la Selección en un equipo todavía más poderoso de lo que era. Porque al talento natural e indiscutible de sus jugadores se han añadido necesarias dosis de “hambre” tras varias jornadas de ayuno. No sé si España será capaz de repetir la exhibición de juego demostrada ante Francia pero si es capaz tan sólo de acercarse a ella no habrá rival que pueda frenarnos. Curiosa metamorfosis la del equipo nacional que arrancó el campeonato pareciéndose a quien sabe quién y de pronto se ha reencontrado con su juego volviendo a convertir sus partidos en un maravilloso festival de baloncesto total.

Alguien tocó la tecla adecuada en el momento adecuado. Pudieron ser los propios jugadores, la propia Federación o el cuerpo técnico. Seguramente fue entre todos, debatiendo, quienes supieron acertar en la forma y en el fondo a la hora de abordar el problema. La Selección no era la Selección y muchos de sus jugadores jugaban a ser otros en lugar de ellos mismos. Para recuperar resultados los “actores principales” debían recuperar las sensaciones con las que habían convivido durante los últimos años. Alguien – a lo mejor incluso ellos mismos - les convenció o les ayudó a convencerse debían reencontrarse y ese “alguien” ciertamente lo hizo bien.

De ahí la importancia de que los entornos de los equipos, presidente, directivos, directores deportivos, actúen con inteligencia. Muchas veces surgen problemas en los equipos que mal gestionados acaban por desembocar en crisis sin solución. Otras veces, esos problemas, resueltos con sentido común y criterio, con las dosis de experiencia y conocimiento necesarias, acaban no sólo por solucionarse si no por convertirse en una excelente plataforma para despegar. El “Método” ha vuelto a funcionar.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El Caballo de Troya


Obviamente la Selección jugó sus mejores minutos cuando pudo correr. Vimos a Pau por fin anotando por la calle central tal y como hacía en anteriores campeonatos y como hace actualmente en los Lakers. Vimos también a Garbajosa tirando triples en la primera opción, con plena confianza en su muñeca, a Navarro castigando al rival al menor descuido, a Rudy y Ricky pareciéndose a la sociedad letal de su época del Joventut. Disfrutamos por momentos de la pareja Marc – Felipe imponiendo quilos y “gramos” en la zona e incluso con los detalles de calidad de Raül. Ese es el estilo de los jugadores referentes de la Selección y esos son sus valores en la pista, los que les han permitido subir a lo más alto en los últimos campeonatos disputados. Siendo ellos mismos el equipo funciona mucho mejor y actualmente, sin fajadores defensivos como Jiménez y Calderón, ese estilo es, más que recomendable, absolutamente necesario. Insistimos en que España, en “cinco contra cinco” permanente sufre en ataque y en defensa porque ni está acostumbrado ni tiene gran consistencia física para un juego de permanentes contactos. Por lo tanto, jugando “en toda la pista” tiene mucho más peligro.

Que fácil, ¿verdad? Si corriendo ganamos, pues corramos siempre. Lástima que en el baloncesto de alto nivel eso no sea posible. Lástima que no todos los rivales tengan la inconsistencia de Lituania – ya está fuera del campeonato, por cierto -, que hayan entrenadores como Tanjevic que sepan atar el partido e impedir de diferentes maneras que la Selección pueda hacer su juego. Por lo tanto, pienso que del partido ante Lituania vale la pena salir reforzado en el argumento esencial de la velocidad y a la vez preparado para saber cómo contrarrestar la estrategia rival para impedirlo. Más que nunca vale la pena poner en práctica la estrategia denominada por Jenaro Díaz, uno de los entrenadores ayudantes de la Selección, como el “Caballo de Troya” que no es otra cosa que la investigación y previsión de qué hará el rival para impedir nuestro juego. Una vuelta de tuerca al scouting.

Satisfechos por la victoria y por los minutos realizados España debe seguir creciendo en el siguiente partido, esencialmente en la continuidad. Mueve Scariolo diez hombres por lo que no hay razón – aparente - para bajar el ritmo de amenaza permanente. De atacar el aro rival desde el primer segundo de posesión. De acelerar el ritmo del partido. De seguir creyendo en el estilo propio, en el sello de identidad que ha caracterizado a este equipo desde hace años. De "llegar jugando"... No será fácil porque para ello hay que ser mejor defensores y en consecuencia mejores reboteadores, porque los adversarios buscarán ralentizar el juego, porque no siempre es posible hacer lo que uno quiere, porque, como oí hace mucho tiempo, “el enemigo no es tonto”. Pero ante Lituania nos hemos acercado a lo que esperamos de esta selección. Eso lo sabemos todos, incluso el entrenador del próximo rival.

sábado, 12 de septiembre de 2009

El momento más difícil

Es el momento de ser uno solo, de mirarse a los ojos, de apretar los puños, de sacar el orgullo y encontrar razones para disfrutar del reto más difícil. Porque lo más bonito del baloncesto no sólo es ganar y gustarse sino sobrevivir cuando todos te dan por muerto. Bienvenidos a los “deportes aventura”, a las situaciones límite. Demostremos ahora que además buenos, somos fuertes.

Pues sí, ese momento nunca deseado ha llegado. Ya estamos metidos en uno de esos trances que hacía muchos años no vivíamos. Vengo insistiendo desde hace días, desde el salto inicial del campeonato, que España ha regresado a la tierra en este Eurobasket, que está sufriendo los mismos problemas que el resto de selecciones, que no juega suelto y que por lo tanto vive instalado en la duda. España tiene los problemas propios de la mayoría de equipos, de la mayoría de mortales. Nuestra selección, acostumbrada en los últimos años no sólo a ganar sino a deslumbrar, se ha metido, por diferentes y analizables problemas, sobretodo provocados por las inoportunas lesiones en la preparación, en el mismo escenario que el resto de los competidores.

Ha llegado uno de esos momentos que los más jóvenes aficionados aún no habían conocido. Incluso la mayoría de los jugadores que defienden esta camiseta tampoco sabían qué significa estar a mitad de un campeonato viviendo al borde del abismo. Bienvenidos pues al mundo real, a ese donde las cosas no son siempre como a uno le gustaría sino como se ve abocado a vivirlas. Llega para todos el momento de convivir con las críticas, de conocer la presión máxima, de soportar el inmenso peso de una camiseta que tiene detrás millones de seguidores.

Frente a Turquía no hubo cambio de guión y tal como esperaba se vivió un partido lento y trabado. España no es capaz de correr y no lo hace, en mi opinión, por diferentes razones. Una, porque no le dejan los rivales, dos, porque no parece tener muchas piernas para ello – desde la fuerza en el rebote hasta la explosividad para salir - y tres, porque parece haber perdido la confianza en su velocidad. Y así, en constantes situaciones de “cinco contra cinco”, los partidos suelen decidirse a cara y cruz. Ya le pasó con Gran Bretaña, con Eslovenia y con Turquía. Puedes ganar pero también perder y frente a los turcos tocó perder.

Los mejores años de la Selección se han vivido de la mano de la velocidad, de las continuas transiciones que hoy han adquirido el término de “llegar jugando”. Nuestros jugadores anotan mucho más y mejor con la defensa rival volviendo que colocada. Por supuesto que Scariolo sabe esto pero también los entrenadores rivales. Sin canastas rápidas todo es mucho más difícil en el baloncesto actual y aún más para una selección española a la que le cuesta sobrevivir en el atasco.

Pues así están las cosas, andamos tocados pero no hundidos, preocupados, muy preocupados diría yo, pero no desesperados. Porque si España gana el próximo partido seguirá teniendo opciones de meterse en cuartos de final y más que importar contra quien le toque en el cruce lo fundamental será saber a qué nivel llegará en el partido clave. Para ello deberá sacar a relucir más que nunca esos valores que tantas veces han aparecido en los momentos buenos y que tan necesarios son en los malos. Es tiempo de ser uno solo, de mirarse a los ojos, de apretar los puños, de sacar el orgullo, de encontrar razones para disfrutar del reto más difícil. Porque lo más bonito del baloncesto no sólo es ganar y gustarse sino sobrevivir cuando todos te dan por muerto. Bienvenidos a los “deportes aventura”, a las situaciones límite. Demostremos ahora que además buenos, somos fuertes.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Competir en partidos trabados


Avanza el Eurobasket y lo hace aumentando por momentos el nivel de calidad y de expectación. El partido ante Eslovenia adquirió una emoción y dramatismo digno de un cruce decisivo. España lo hizo bien, incluso muy bien en algunos momentos, para complicarse la vida en la recta final por culpa de errores absolutamente evitables. Si algo está prohibido en el baloncesto de alto nivel es la inconsistencia y esa queda reflejada en los balones perdidos y la concesión al rival de canastas fáciles. Pero lo mejor del partido ante Eslovenia es que los líderes naturales de este equipo se pusieron los galones y supieron echarse a su espalda el reto de ganar. No hay duda sobre la implicación del grupo y ese valor es un intangible transcendental. Hubo fuerza mental desde el principio y durante gran parte del partido y sobretodo la hubo cuando nos vimos abocados a una absurda y peligrosísima prórroga.

Dicen muchos entrenadores que lo ideal es entrenar con doce y jugar con ocho. Scariolo limitó las rotaciones de manera que los “mejores”, los “más en forma” o los “más expertos” dispusieron de la continuidad necesaria para ganar en confianza. Se recuperó el equilibrio en el juego del equipo y se reencontraron sensaciones. A los nuestros les sigue faltando “soltarse” y la tremenda carga de responsabilidad que arrastraba el partido llevó el juego español a mucho control, mucho juego posicional en detrimento de esa velocidad que en los últimos años provoca ganar disfrutando.

Por lo que parece el guión ha cambiado respecto a años anteriores y el sufrimiento se ha instalado en los partidos de la Selección. De momento no hay “festivales” y en el futuro inmediato habrá que saber competir en escenarios atascados, en duelos de poco brillo y mucho “curro”. Habrá que estar preparado para saber “jugar mal” y sobrevivir en partidos trabados. El campeonato tiene esta pinta y por lo tanto la obligación de la Selección será la de adaptarse a lo que toque con la capacidad competitiva demostrada ayer. El baloncesto tiene muchas caras y todas son válidas si se hacen con el grado de intensidad e implicación máximo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Eurobasket, "Regreso a la tierra"


Escucho y leo diferentes y respetables opiniones sobre lo que acontece en Polonia y compruebo que mi teoría sobre los distintos tiempos del análisis no sólo afectan a los periodistas. También entrenadores y jugadores, en activo, retirados o en paro forzoso o voluntario, juzgan con toda naturalidad a posteriori, una vez ya se ha visto el resultado, algo por otra parte completamente lógico porque lo contrario a eso es aventurar. Pero me hace gracia leerlo y escucharlo, en conversaciones privadas o incluso en columnas de medios de comunicación, de quienes tantas veces censuran de los periodistas ese ventajismo en el análisis. Que nadie lo tome como una crítica a la crítica, que el debate siempre es sano y el baloncesto necesita de él. Faltaría más.

No sé como acabará el Eurobasket porque cuando esto escribo falta por jugar el tercer partido de la primera fase, ante Eslovenia, que nos puede dejar fuera si perdemos y hay negativa carambola o dentro y como primeros si ganamos. Pero si algo se está demostrando y en el segundo partido frente a Gran Bretaña volvió a quedar patente es que de sobrados nada de nada. Que la selección española lo tiene tan difícil para conquistar una medalla como cualquier otra selección en este campeonato. Que los que aventuraban un paseo o no saben de qué va esto o lo hacían con la intención de sacar el cuchillo al primer tropiezo.

España ha “regresado a la tierra” y vive sensaciones normales. Porque normal es que de vez en cuando las cosas no salgan bien, que aparezcan dudas, que se conviva con el sufrimiento y que esa obligación de ganar ante cualquiera se convierta en un peso excesivo. Por supuesto se echa de menos a jugadores que aportaban consistencia y experiencia pero los que irrumpen ahora deben ayudar y sumar puntualmente mientras los referentes del equipo asumen el papel de líderes - en pista y vestuario - que les corresponde.

Pasemos la primera fase y crezcamos como equipo, tanto en el aspecto físico, táctico y, sobretodo, mental. Superemos esa ansiedad inicial y afrontemos el futuro del campeonato con la ambición y humildad necesaria - que no conformismo, como muy bien apuntaba Juan Antonio Corbalán en su columna de Marca -. Ahora ya todo el mundo sabe que conseguir medalla no será fácil y el oro sería un enorme éxito. Nunca fue fácil, ni antes, ni ahora, de ahí el mérito de conseguirlo tantas veces en los últimos años.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Un escenario diferente

Una de las grandezas del baloncesto es que sólo vale la ley de la pista. Que por muchos análisis teóricos, por muchos nombres propios que se escriban sobre un papel, por muchos castillos imaginarios que se construyan, lo único que manda realmente es lo que sucede sobre el parquet y bajo los aros durante unos intensos cuarenta minutos. No vale ni el pasado ni el futuro. No vale lo que se hizo ni lo que se imagina que se hará. Sólo vale el presente, incluso dentro de un mismo partido, en donde lo único importante es la acción que se realiza, esa que requiere de los cinco sentidos.

La selección española se encuentra ahora en un escenario diferente al que estaba acostumbrado en unos últimos años donde el viento soplaba a favor desde el salto inicial del primer partido. Acaba de perder contra Serbia en el debut del campeonato y además lo ha hecho firmando una actuación desacertada en ataque, inconsistente en defensa, falta de continuidad en su juego… De pronto le pasa a España lo que le ha pasado al resto de mortales durante las últimas temporadas. Se encuentra en el escenario donde los triples no entran, donde se pueden fallar tiros libres hasta la desesperación, donde las dudas asaltan a todos…

Y es ahora, en ese nuevo escenario de los mortales, donde los nuestros deberán comportarse como lo grandes jugadores que son. Lo importante de los campeonatos, como pasa muchas veces en los partidos, no es como se empiezan sino como acaban. Lo importante es exponer sobre la mesa el conjunto de errores que se han cometido frente a Serbia y trabajar para evitarlos en el futuro para así ir creciendo a medida que avance el campeonato. Lo importante es ser muy conscientes de que en el baloncesto actual sólo hay un nivel válido de intensidad y de concentración: el máximo.

martes, 1 de septiembre de 2009

Scariolo en La Pizarra


“Los jugadores que empiezan a jugar necesitan buenos maestros. El entusiasmo lo llevan de manera natural pero los primeros maestros son los que deben hacer crecer ese entusiasmo, hacerles ver que el baloncesto es un camino para disfrutar. Es fundamental la calidad técnica, humana, didáctica y pedagógica de los primeros instructores” (Scariolo en La Pizarra)
http://www.radiofeb.com/

Hablo con Sergio Scariolo entrevistándole para el programa La Pizarra – ajunto el enlace a Radio FEB para quien quiera oírla -. En este espacio pretendo que los entrenadores abran su libro de estilo y opinen no sólo sobre “su” baloncesto sino sobre todo el baloncesto en general, desde la formación hasta la élite. Creo que para todos los que nos dedicamos a vivir en “categorías invisibles” es un placer conocer las opiniones de los que han tenido la capacidad para convertirse en referentes. La transmisión de experiencias ha sido siempre la clave del conocimiento por lo que ese flujo de información debe ser la principal herramienta para la formación continua de los entrenadores.

Me gusta oír a los que están en la élite opinando sobre lo que se debería hacer en la base. Me gusta aunque en muchas ocasiones esas opiniones tengan la ventaja de la distancia. Siempre he pensado que los entrenadores siempre son los mejores dirigiendo a otro equipo que no sea el suyo, a jugadores de edades diferentes a los de su plantilla. Pero esa ventaja que da el tomar distancia hay que interpretarla positivamente e incorporarla adaptando aquellas sugerencias más interesantes.

Y yo sugiero escuchar las respuestas de Scariolo en ese primer programa de la temporada. Aviso que en los próximos meses seré especialmente sensible con el baloncesto de formación y por lo tanto por el programa pasarán entrenadores con menos nombre para la opinión pública pero de enorme trascendencia para la evolución de los más “pequeños de la clase”. Habla Scariolo de valores esenciales para que los primeros instructores alimenten la ilusión de los primeros practicantes y hace referencia también a un aspecto clave como es acertar con el momento adecuado a la hora de impulsar la evolución de los jugadores.

jueves, 27 de agosto de 2009

Futuro

“Algo habremos hecho mal si en los próximos años en nuestras competiciones no aparecen muchos de los nombres propios que hoy son referentes internacionales en categorías de formación”


La actualidad va devorado noticias y lo que sucede o sucederá entierra siempre el pasado por muy agradable que éste haya sido. Sin embargo, me resisto a ir tan deprisa - igual contagiado por el cansino ritmo estival - y pasar como si nada la página de todas las sensaciones que hemos vivido durante estas últimas semanas. Me niego a cerrar de golpe el capítulo de nuestro baloncesto de formación, de nuestros jóvenes talentos, esos que un año más siguen arrasando por el mundo, para dar entrada en escena a esa élite adulta que se apodera y se apoderará de nuestra atención desde ya mismo y la retendrá en exclusiva hasta el próximo verano. Sé que son muchos los que andan – andamos - pendientes de ese dedo índice de Gasol, o de los problemas físicos de Mumbrú o Garbajosa o de la capacidad de Claver y Llull para sumar desde la posición de “tres”. Existe expectación creciente por concretar de una vez por todas el futuro de Ricky Rubio o por ver como encajan los nuevos y flamantes fichajes del Real Madrid de Messina. Pero amigos, antes de viajar hacia las estrellas quedémonos, al menos desde esta columna, un poco más en la tierra, porque me dice la experiencia que una vez arranca la temporada muchos temas, por muy trascendentes que sean, se difuminan hasta el olvido.

Y es que entre nuestros lectores hay demasiada “gente de baloncesto” como para no insistir y profundizar sobre la siete medallas obtenidas, hasta la fecha, en los campeonatos internacionales. Tenemos a los mejores jugadores y jugadoras jóvenes del continente y si no son los mejores, que eso muchas veces es subjetivo, sí son los más competitivos, que eso sí vale tanto o más. Está bien recordarlo, está bien gritarlo a los cuatro vientos y disfrutar, como me explicaban recientemente, de la admiración que provocan nuestras delegaciones allá donde van. Es importante gozar de los éxitos, saborearlos y utilizarlos como factor motivador para, a partir de ellos, ir dando paso al progresivo y exigente al análisis para detectar en él aquellos aspectos mejorables y buscar nuevos caminos que nos permitan seguir creciendo dentro de ese círculo virtuoso. Así lleva haciéndolo la Federación con sus selecciones desde que hace más de una década nuestras promesas empezaron a acostumbrarse a subir a unos podios que parecían reservados exclusivamente a otros países. Recordaba la pasada semana en esta columna que ha sido ese afán por mejorar cada año los métodos de trabajo, desde los clubes y las autonómicas y la propia Federación, lo que nos ha permitido mantenernos en la cima de una manera sistemática y ser hoy un referente internacional.

Y son precisamente esos datos que nos sitúan en lo más alto los que obligan a marcarse nuevos retos de futuro, nuevas apuestas por proyectos ambiciosos que provoquen un todavía mejor rendimiento en los procesos primero de captación y luego formativos de los jugadores. Se debe conseguir que la preparación de nuestros entrenadores de base, de los que toman contacto con los niños y niñas que se inician en el baloncesto, sea la más completa posible. A esos “técnicos invisibles” y fundamentales se debe trasladar la experiencia de nuestros entrenadores referentes. Algunos de ellos ya están implicados en esa “Red de Experiencias Profesionales” que pone en marcha el Área Deportiva de la FEB en una nueva y apasionante iniciativa de la que daremos buena cuenta en el futuro.

Pero a ese trabajo de base, a esa labor trascendental debe unirse una declaración de intenciones de entrenadores, directores deportivos, directivos, con la implicación de aficionados y prensa, para que estos talentos que destacan en Europa cuando son jóvenes tengan su espacio en nuestras competiciones. No hablo sólo de ACB o de Liga Femenina, que por supuesto, bajo a las Ligas Adecco o a la LF2. Estos jóvenes talentos y otros que se han quedado a las puertas de formar parte de nuestras selecciones nacionales merecen tener la oportunidad de seguir creciendo dentro del baloncesto adulto. La apuesta de los entrenadores debe contar con el aval de sus directores deportivos, de sus “jefes”.

No se trata simplemente de allanar el camino. No hablo de excedernos en el proteccionismo a los jóvenes, que se lo han seguir ganando con su esfuerzo, o de crear discriminaciones positivas. Planteo cuestiones de sentido común, de aprovechar ese talento que nos llega desde la base para a partir de ahí crear proyectos deportivos duraderos, adecuados a las necesidades de los clubes. Proyectos ilusionantes donde además de presente haya futuro, donde se consiga que el entorno del club se identifique con un objetivo y donde el reto deportivo del entrenador no se limite a salvar la cabeza sino en construir algo con perspectiva.

Algo habremos hecho mal o muy mal si en los próximos años en nuestras competiciones masculinas o femeninas no aparecen muchos de los nombres propios que hoy son referentes en Europa y en el Mundo en categorías de formación.
Editorial publicado en Gigantes del Basket

lunes, 24 de agosto de 2009

Ellas

Ellas (Editorial publicada en Gigantes del Basket)

Desde Gigantes del Basket, Felicidades a todas y cada una de las jugadoras y entrenadores/as que forman parte del baloncesto femenino español. Sí, a TODAS porque esas medallas y ese protagonismo ganado a pulso y representado merecidamente por las mejores tampoco hubiera sido posible sin compañeras y rivales, sin entrenadores invisibles, sin clubes modestos. El éxito del presente debe servir de factor de motivación para que seamos todavía mejores en el futuro. Hay un montón de razones - más de 122.000 licencias – para seguir creciendo.

Más que medallas me apetece contar personas. Más que cuantificar el éxito me ilusiona cualificarlo. Es obvio que las victorias conseguidas de manera reiterada reafirman la eficiencia del trabajo pero esa “foto final”, esa imagen de máxima felicidad de jugadoras y cuerpo técnico en lo alto de podio dando rienda suelta a todas las emociones contenidas son el resultado de un maravilloso rendimiento tras un largo proceso previo. En esa foto aparecen en primer plano las verdaderas protagonistas de la película, las estrellas de ese baloncesto de actor – de actriz en este caso – que promueve la Federación en sus diferentes selecciones. Pero existe otra foto, la invisible, la que sólo conocen algunos privilegiados entre los que, por cierto y con máxima modestia, me incluyo.
Conocer la “cocina” del Área Deportiva de la Federación provoca un doble sentimiento de máxima ilusión por los éxitos finales y menor sorpresa cuando éstos llegan. Estar presente en una de las reuniones de la comisión de seguimiento individualizado junto a Betty Cebrián, Anna Junyent, Nuria Galcerán o Josep Alemany – coordinador éste del área de detección de talentos – descubre un método de trabajo que consigue, a base de experiencia y exigencia, mejorarse año tras año. Ver como trabaja con las jóvenes talentos Ramón Jordana, dirección del programa Siglo XXI y escuchar sus teorías ratifica que estas jugadoras están en muy buenas manos. Todo ese proceso de detección, formación, seguimiento, que empieza incluso antes del Collell, en los campeonatos de España de minibasket, enlaza con las selecciones y ahí entra otro proceso basado en la eficiencia porque una vez allí de lo que se trata es, como insiste Ángel Palmi, director y líder de todo este engranaje, de competir.
Y para no sólo competir sino incluso ganar reiteradamente, intervienen nuevos factores determinantes donde desde el área biomédica (médicos, preparadores físicos, fisioterapeutas) investigan, desarrollan, debaten, incluso innovan para beneficio de las jugadoras. Y claro, llega la pista, y en ella unos entrenadores que han sido elegidos tanto por su talento como por su manera de entender el baloncesto reciben toda la información necesaria de sus propias jugadoras y de sus rivales y unifican ideas, se transmiten experiencias anteriores, establecen un ESTILO de juego que sea el que mejor se adapte a las protagonistas…
Ese es, o parte de él, el tantas veces mencionado Método FEB y que merece no sólo destacarlo públicamente sino, como ya hacen muchas federaciones internacionales, estudiarlo e intentarlo imitar. En ese proceso existe un factor cada vez más importante como es el de la comunicación y colaboración permanente con Federaciones Autonómicas y clubes. Existe tanta diversidad de realidades como deseo generalizado por ayudar a mejorar. Porque si esta Federación que preside José Luis Sáez ha mostrado siempre un trato igualitario entre el baloncesto masculino y femenino también, desde el Área Deportiva, existe una creciente vocación por potenciar los procesos formativos de entrenadores en todas las autonomías con el fin de que aumenten el número de talentos en la pista y en los banquillos. De lo que se trata es de trabajar – insistente y adecuadamente - para el baloncesto.
Y así se hace en el baloncesto femenino y, con matices, en el masculino. Y esa filosofía general incluye salvando las lógicas diferencias a todas las selecciones, desde las de Gasol y Amaya hasta las más jóvenes. Y seguramente uno de los secretos – ya a voces - fundamentales en el éxito es darle tanta importancia a la base como a élite, a la formación del jugador y la del entrenador, a la labor de investigación en Ciencias relacionadas con el baloncesto. Y para que todo ello siga latiendo con fuerza, el ingrediente final: la ilusión no sólo de palabra sino con hechos de todos y cada uno de los que forman parte de ese proceso. Ellos y ellas saben a quienes me refiero y esas personas que forman parte de los equipos de trabajo se convierten en piezas fundamentales para que nada falle en ese engranaje.
He podido hablar con todos y cada uno de los seleccionadores medallistas y me han transmitido el extraordinario compromiso de todas las jugadoras, su ilusión por hacer historia, por vivir unos momentos que jamás podrán olvidar. Para Ellas está editorial y el reconocimiento de todo el baloncesto español. Felicidades.

jueves, 13 de agosto de 2009

El compromiso de Pau

En los últimos años no hay verano sin que nuestro baloncesto nos proporcione uno o varios regalos. Los meses de julio y agosto han llegado repletos de éxitos que no hacen sino proporcionar fuertes dosis de optimismo de cara al futuro y ahora, con nuestra selección absoluta preparando ya la cita del Eurobasket vuelve a caer del cielo un nuevo regalo por parte de nuestra estrella universal Pau Gasol.

Todos andamos pendientes de ese dedo índice que debe señalarnos el camino del oro pero de momento, Pau nos indica un camino todavía más trascendente como es el del compromiso. Es un tipo suficientemente inteligente para saber que nada de lo que haga pasará desapercibido pero, por si le ha pasado por alto, le diré desde estas líneas que su reacción tras esa inoportuna y antipática lesión en su dedo ha vuelto a ser un regalo para nuestro baloncesto. Porque si Pau Gasol, el mejor jugador español de todos los tiempos, una de las estrellas del equipo campeón de la NBA, es capaz de comprometerse con la Selección incluso sufriendo un percance que le condiciona su preparación, ¿quién puede no comprometerse?

Para los más jóvenes, para aquellos que viven todavía de referentes, de espejos, la reacción de Pau aceptando el contratiempo con entereza y no buscando excusa alguna para “liberarse” de su compromiso con sus compañeros es un enorme, impagable ejemplo. Es un nuevo regalo que no envuelve medallas o hechos objetivos pero sí gestos fundamentales para seguir sumando en valores. Porque al final, el talento puede hacernos estar entre los mejores pero ese compromiso es el que no hace subir uno o varios peldaños más. Que nadie se preocupe en exceso por la lesión de Pau de cara al rendimiento colectivo en el Eurobasket. Esto pinta bien.

jueves, 6 de agosto de 2009

Mejorar el "baloncesto invisible"



Concluidos Curso Superior y Master de Especialización, dos actividades que se han desarrollado casi en paralelo y en un ambiente excelente con más de doscientos cincuenta entrenadores aprendiendo e intercambiando experiencias llega el momento del análisis. Que el “Método” funciona adecuadamente es un hecho evidente por los resultados del presente en las diferentes selecciones nacionales, seniors y de formación, y por el gran número de nuevos aspirantes a Entrenador Superior que se inscriben cada año.

Que existe vocación por ejercer la labor de entrenador es algo tangible. Que esa vocación se desarrolle luego de manera adecuada, merece una reflexión. Que existen buenos jugadores y jugadoras en la élite de las categorías de formación también se hace patente por los resultados internacionales pero que la proporción de jóvenes talentos sea la adecuada al número de practicantes también debe provocar una nueva reflexión.

Tenemos buenos, incluso muy buenos jugadores y entrenadores pero, ¿tenemos suficientes? Con la vocación que se detecta por entrenar y con la afición que existe por jugar, ¿podríamos ser capaces de aumentar el número de buenos técnicos y buenos jóvenes jugadores? ¿Qué haría falta para conseguirlo?

Me consta – llevo casi cuatro años colaborando - que desde la Dirección del Área Deportiva de la FEB nunca se deja de trabajar en los procesos de mejora. Ahí están los resultados de la élite para ratificarlo pero también me consta que existe inquietud y sensibilidad para incidir y ayudar a la mejora de lo que me he permitido bautizar como el “baloncesto invisible”. La mejora de la base de la pirámide, de la formación de los entrenadores que trabajan con los más jóvenes en clubes “invisibles” debe convertirse en el factor determinante para que en el futuro no sólo sigamos siendo los mejores sino que además sean muchos más los que destaquen.

sábado, 25 de julio de 2009

Curso Superior, cuestión de valores



Pasado el ecuador del Curso el cansancio empieza hacer mella en los alumnos. La presión por conseguir aprobar se cruza en los caminos por la pasión por aprender. Una lucha interna por aplicar ese consejo permanente de vivir esa experiencia con la ilusión de aprender junto a la obligación que cada uno se impone por salir de ahí con la titulación deseada.

Además de conocimiento y calidad en las exposiciones, los “entrenadores – profesores” que han pasado por el Curso nos han transmitido algo todavía más esencial como es la calidad humana. El Curso además de conocimientos está transmitiendo valores y los “grandes” realizan sus ponencias dotándolas de sensibilidad, de reconocimiento tanto a sus anteriores maestros como a sus nuevos receptores.

Sí, la calidad humana se percibe en cada rincón de la universidad, del pabellón, de la residencia. Se percibe entre el alumnado, cansado pero ilusionado, enojado por cuestiones puntuales pero a la vez predispuesto a seguir ese duro pero apasionante camino hacia el “título” final. Y en ese proceso, los tutores de cada uno de los grupos aportan ese valor añadido imprescindible para que todos se sientan más seguros. Ahí esta la suma de un “enorme” en todos los sentidos Mario Madejón, o la fina ironía desde el máximo nivel conocimientos de Ramón Jordana, o un Victor de Tio con esa personalidad capaz de aportar siempre dinámica positiva, de Jota Cuspineda proyectando esa pasión por el baloncesto que lleva dentro, de Ricardo Bandrés que desde la discreción siempre transmite un buen mensaje y como no, del “Lendakari” Carmelo Etxebarría, un tipo que no sólo es de Bilbao, es del ¡centro de Bilbao! Gran equipo, sí señor, brillantemente dirigido por ese “Coach Carter” Miguel Martín empeñado en esa decisiva misión de que funcione como tal.

Pero ojo, que ese grupo es el que se ve, el que convive con los alumnos desde la aulas, el que conduce ese tren hacia su destino. Pero desde la sala de máquinas, desde los rincones escondidos, la tarea de Paloma Romero adquiere un valor incalculable. Siempre con ese talante positivo y solucionando todos y cada uno de los pequeños y grandes detalles que hace que todo sea mejor. Y junto a ella los anfitriones de lujo, colaboradores de altísimo nivel, con tareas de esas oscuras pero nuevamente esenciales como son Anne Peña, Cristina Ortega, Iker Arregui y Mikel Ormaechea, todos mostrando esa predisposición total a sumar.

Queda por delante una semana de Curso y siento la necesidad de transmitir sensaciones porque desde mi privilegiada posición me permito compartirlas con todos. Todos saldremos mejores de este Curso y no sólo por lo que han sido capaces de enseñarnos los maestros sino por el nivel de humanidad que se respira. Cuestión de valores.

sábado, 11 de julio de 2009

Master de Especialización

San Sebastián, 19 al 28 de Julio.

El baloncesto progresa gracias, entre otras cosas, a la inquietud y generosidad de muchos entrenadores. Generosidad de técnicos de élite que responden encantados cuando reciben la propuesta de convertirse en profesores de Cursos, Campus, Clínics, Masters, en difusores de conocimientos. E inquietud de entrenadores que invierten tiempo y ahorros en mejorar su formación, en convertirse en receptores de experiencias ajenas. Ese flujo de información entre unos y otros enriquece continuamente nuestro baloncesto.

Me siento un afortunado por tener la oportunidad de pasar diez días de julio en Donosti, trabajando para el Área Deportiva de la Federación Española en la organización y desarrollo del Master de Especialización. De colaborar un año más con el Curso Superior. Un privilegiado porque tendré la oportunidad, como los entrenadores inscritos en el Master, de revivir parte del Curso Superior que hice ya unos cuantos años atrás en Málaga, de compartir intensos debates con maestros de los banquillos con los que intentaremos ir a buscar las tendencias del futuro y, sobretodo, de participar en tertulias de baloncesto con muchos entrenadores procedentes de diferentes realidades de nuestro baloncesto.

Me hace ilusión volver a asistir a algunas de las clases de los maestros – entrenadores que asistirán tanto al Curso Superior como al Master. Me apetece reencontrarme con amigos de diferentes ligas y establecer esas conversaciones que sólo soportamos los que estamos un poquito enfermos de baloncesto. Revivir las sensaciones del curso sin la tensión de vivirla como alumno y hacerlo además en una ciudad en la que merece la pena perderse de vez en cuando como es San Sebastián. Darle una vuelta de tuerca a diferentes temas que los entrenadores ponentes en el Master están preparando para debatirlos y reflexionar. Realmente, me apetece participar de este Master de Especialización.


INSTALACIONES:Pabellón Bentaberri(Bertxolari Xalbador s/n)Campus Universitario U. País Vasco(Avenida Tolosa s/n)
Pincha aquí para descargarte más información sobre el Master de Especialización 2009.-
Para más información dirigirse a entrenadores@feb.es

jueves, 9 de julio de 2009

Directores Deportivos (II)

Jordi Ardèvol, director deportivo del Ricoh Manresa, conoce bastante el baloncesto… Lo suficiente como para saber buscar allá donde otros se pierden. Lo suficiente como para exprimir los recursos de los que dispone para completar una plantilla competitiva en una liga implacable como es la ACB. Jordi Ardèvol es de aquellos Directores Deportivos que llevan años interesados por TODO el baloncesto y en ese baloncesto menos conocido saben encontrar las piezas adecuadas, aquellos jugadores accesibles económicamente y con hambre de éxito.

Esos Directores Deportivos tienen una importancia capital en el baloncesto de hoy que une limitaciones presupuestarias y un mercado amplísimo donde miles de jugadores pasan casi desapercibidos en ligas menores o incluso en nuestras ligas FEB. Los clubes, no sólo de ACB, necesitan de este tipo de expertos para poder satisfacer las exigencias de los tesoreros y a la vez de los entrenadores. Los buenos presidentes serán hoy aquellos que fichen mejores expertos, mejores “Ardèvols”…

El Ricoh Manresa ha realizado dos fichajes muy interesantes esta temporada. Uno, Marcus Vinicius, un joven brasileño que ya tiene pasaporte español que, doy fe porque coincidí con él en el L´Hospitalet - con sólo 18 años y después de haberlo cortado durante un mes dudando de su rendimiento, contribuyó decisivamente al ascenso del L´Hospitalet de LEB2 a LEB - que se trata de un talento físico impresionante. En un entorno adecuado, en una dinámica de trabajo e implicación como es la del Ricoh Manresa, Marcus crecerá como jugador y eso le llevará a consagrarse en la élite. El otro se llama Dani López, un valor nacional, un base moderno, de esos que tienen capacidad para convertirse en el motor del equipo todos los minutos que esté en pista. Un base “estilo Calderón” por su capacidad defensiva, por sus piernas, por su humildad. Ambos vienen de la Adecco LEB Oro, ambos tienen hambre por crecer profesionalmente y talento para conseguirlo. Ambos han necesitado que en un club ACB hubiera un tipo conocedor del mercado menos conocido para disponer de la oportunidad de ascender deportivamente. Felicidades a los dos.

Me encantaría que esos fichajes saliesen bien y que el Ricoh siguiese triunfando con esa apuesta por este tipo de jugadores. Me encantaría porque así abriría los ojos a otros para que entendiesen la necesidad de ampliar el abanico de posibilidades. Todos saldrían beneficiados. Los clubes porque gastarían menos y mejor, los entrenadores porque se beneficiarían de jugadores con ilusión por crecer, esos mismos jugadores porque dispondrían de oportunidades que hoy se les niegan y algunos expertos porque verían reconocidas sus aptitudes y su entrega muchos años desinteresada a un baloncesto menos conocido.

jueves, 2 de julio de 2009

Elitebaix


Elitebaix es un campus que este año ha celebrado su primera edición. Tengo el placer de colaborar con esta iniciativa que ha reunido a un grupo de jugadores jóvenes de la zona, jugadores quizás no de élite, aunque alguno de ellos dará que hablar, pero sí de muchísima afición al baloncesto. Tanta como para invertir tiempo de sus vacaciones en encerrarse en un pabellón durante cuatro horas al día y disfrutar de su deporte favorito. Aquel jugador que tiene ilusión por mejorar durante el descanso estival, tenga la edad que tenga, suele acabar jugando al mejor nivel de su categoría.

Llevo años en el baloncesto, los suficientes como para tener el privilegio de conocer muchos entrenadores que el talento y el destino les ha dado la oportunidad de ser profesionales del banquillo. En algunos caso al simple conocimiento se une una amistad forjada a base de compartir con ellos horas de baloncesto y, abusando de esa amistad, algunos de esos entrenadores han tenido el detalle no sólo de visitar nuestro campus sino de ponerse a trabajar con los jugadores en unas sesiones de altísimo nivel. Por Elitebaix han pasado Txema Solsona, Jordi Balaguer, Mateo Rubio y Pedro Martínez impartiendo todos ellos unas lecciones que ni los jugadores ni los entrenadores allí presentes podremos olvidar en el futuro.

Solsona, Balaguer, Rubio y Martínez, por este orden, transmitieron con ejercicios dinámicos muchas de las posibilidades que ofrece ese concepto de “llegar jugando” que ya ocupa definitivamente el lugar de la antigua transición. Cada uno aportó conceptos interesantísimos, cada uno de ellos diferente del otro en la metodología pero todos coincidiendo en la necesidad de amenazar continuamente, de utilizar los espacios, de leer el juego. Mientras los jugadores trabajaban esos conceptos mejoraban aspectos de la técnica individual en claro ejemplo de que cada vez más el trabajo técnico-táctico va de la mano en la enseñanza actual. A la vez de enseñar cómo entrar, pasar, tirar o botar los jugadores aprendían leyendo lo que hacía el compañero, aprendían a moverse sin el balón, a dar el pase en el momento oportuno. Cuatro sesiones repletas de contenidos que obligaban además a un aspecto más difícil todavía de enseñar como es el de mantener la concentración durante una sesión densa y larga.

Los entrenadores de formación tienen (tenemos) la obligación de saber enseñar a jugar y a ello hemos de llegar sabiendo enseñar al jugador a que sea capaz de entrenarse adecuadamente. Que sea capaz de mantener atención, concentración, durante todo el tiempo que dure la sesión. Si de algo sirvió para alguno de los inscritos este primer campus Elitebaix nos damos todos por satisfechos. Todos transmitieron pasión por el baloncesto, desde los jugadores de todas las edades hasta los entrenadores, los de élite y los anónimos. Gracias a todos y hasta el año que viene.

martes, 16 de junio de 2009

El círculo virtuoso de nuestro baloncesto



Lo que hoy aparece en las portadas de todos los medios el paso de los años lo convertirá en leyenda. Uno de los nuestros es campeón de la NBA… SIENDO JUGADOR DETERMINANTE. Pau Gasol ha llegado a lo más alto dentro del baloncesto, a ese espacio reservado a los mitos, a los nombres propios que pasan de generación en generación.

Creo en el contagio de sensaciones. Empiezo a tener suficiente experiencia para saber que más allá de cuestiones tangibles existen otras que van relacionadas con la transmisión de vibraciones, de estados de ánimo. Que el pesimismo se contagia de la misma manera que la ilusión es una herramienta imprescindible para afrontar cualquier objetivo.

En la última década todo parece irle de cara a nuestro baloncesto. Una especie de círculo virtuoso que provoca que desde todos escenarios lleguen buenas noticias. No es por casualidad. Existe un trabajo silencioso y constante en la formación de entrenadores, de preparadores físicos. Existe un estudio permanente en la mejora de métodos de trabajo, de reciclaje, de previsión de tendencias. Y ello provoca mejora de resultados y esos resultados exitosos provocan a su vez un contagio en las generaciones siguientes, una motivación extra en los nuevos jugadores y jugadoras, en los nuevos entrenadores, en los nuevos y especializados preparadores físicos o fisioterapeutas.

El éxito de Gasol llega a la vez que en el europeo de Letonia la selección española femenina está firmando un baloncesto extraordinario, exquisito. Está ofreciendo un clinic diario para todos aquellos entrenadores y jugadores y jugadoras que quieran o les apetezca entender lo que representa las nuevas tendencias de juego. Una propuesta maravillosa que se convierte en un sello de identidad que caracterizará a todas las selecciones, masculinas, femeninas y de formación.

España ha ganado las mejores medallas de su historia en la última década, ha consagrado estrellas individuales en lo más alto, ha convertido el baloncesto femenino en un referente internacional, ha ganado la carrera por organizar un Mundial… Nuestro baloncesto no deja de producir buenas noticias, buenas vibraciones y ese círculo virtuoso debe servir para insistir en la mejora de la formación de los más jóvenes, del trabajo anónimo, de la transmisión de ilusiones y… método.

viernes, 12 de junio de 2009

Incidencia de las nuevas reglas

Empecemos a prepararnos para unos cambios que se vivirán en la Adecco Oro la próxima temporada y en el resto de competiciones a partir de la 2010-11. Quiere ello decir que no sería malo empezar a trabajar con los más jóvenes en aquellos aspectos que se analicen como nuevos elementos que varíen el juego del futuro.

La conexión jugador exterior-interior variará. El espacio entre la amenaza de tres puntos y la que provenga del poste medio aumentará de tal manera que incidirá en los planteamientos tanto ofensivos como defensivos. Las nuevas dimensiones de la pista acentuarán esa creciente tendencia de abrir la pista, de ampliar espacios, de liberar ese tráfico de pesos pesados cerca del aro que tantas veces colapsa los ataques.

Se avecina una variación en el reglamento respecto a las dimensiones de la pista alejando la línea de tres puntos de 6,25 a 6,75 que obligará a los tiradores a adaptarse a un tiro más lejano. Consultados muchos jugadores y técnicos consideran mayoritariamente que esa variación, aún siendo importante, no afectará espectacularmente los porcentajes de tres puntos en aquellos buenos tiradores. Las exigencias defensivas actuales, la presión que se ejerce sobre los especialistas ya obliga hoy a buscar lanzamientos más lejanos a los 6.25 por lo que, al igual que sucedió años atrás con la inclusión de la línea de tres puntos, será cuestión de meses, quizás una temporada, hasta que los jugadores tomen la medida de la nueva distancia. Claro ejemplo encontramos en aquellos jugadores que se incorporan la NBA. Los que son buenos triplistas en Europa lo siguen siendo en Estados Unidos.

Pero acerquémonos a los pivots. La zona de tres segundos se estrecha considerablemente. En el juego de espaldas al aro el jugador se encontrará de pronto mucho más cerca del aro.Llegar a esa posición, considerada hoy como clave tácticamente y desde donde se genera mucho juego, se convertirá en un elemento táctico fundamental ya que aquellos especialistas en el juego de espaldas al aro adquirirán un protagonismo determinante. Aquellos equipos que tengan jugadores hábiles en poste bajo, sobretodo buenos pasadores, tendrán mucha ventaja.

Y es la combinación de ambas novedades – distancia del tirador, cercanía del interior - la que provoca el gran cambio táctico del baloncesto del futuro. Es la ampliación de la distancia entre “amenazas” la que obligará a los entrenadores a replanteamientos sobre nuevos conceptos de juego tanto en el ataque como en la defensa. Todo parece indicar que las escasas dimensiones de la zona deja espacio para un solo un pivot provocando que se incida aún más en esa tendencia creciente de jugar con cuatro jugadores abiertos y uno interior. Las composiciones de las plantillas pueden evolucionar hacia menos pero fundamentales especialistas en el juego interior y más en el dominio del juego de cara a canasta. La figura del “tres-cuatro”, ese jugador alto, rápido, fuerte físicamente para luchar en el rebote, con capacidad para jugar de cara y, puntualmente de espaldas, con tiro exterior, con capacidad para penetrar… Ese jugador completo, jugador total, puede sustituir la figura del “cuatro” abierto actual dejando la zona para los “cinco” puros.

El juego con cuatro abiertos, con más espacio en la zona intermedia – la que va desde la línea de tres puntos a la zona de tres segundos – puede hacer reaparecer buenos tiradores de dos puntos, tiradores de cinco metros que ahora optan por dar un paso atrás y buscar exclusivamente el tiro de tres. El tiro después de bote será un fundamento a recuperar. El hecho de dejar la zona de tres segundos para tan sólo un jugador interior provocará que reaparezcan los buenos penetradores que se beneficiarán de más espacio. Nos acercamos, teóricamente, a un juego más abierto, más fluido donde la defensa deberá recorrer más metros si quiere adaptarse al ataque…

Si las variaciones tácticas ofensivas se presentan interesantes, las defensivas todavía aportan una mayor complejidad al trabajo de los entrenadores. Porque si bien en los últimos años las tendencias de juego han provocado un análisis y posterior evolución en los diferentes tipos de defensas del bloqueo directo y del poste bajo con las consecuentes rotaciones, a partir del incremento de la distancia entre interior y exteriores habrá que analizar cómo evolucionan las situaciones de ayuda al poste bajo.

El recorrido será mayor, la distancia a la hora de recuperar o de rotar defensivamente se incrementará por lo que de pronto aparecerán nuevas formas, nuevos conceptos defensivos que harán evolucionar el juego, que provocarán nuevos y apasionantes debates a partir de conceptos innovadores.

lunes, 1 de junio de 2009

Jugar para ganar

No hay un solo entrenador ni jugador – perdón, igual alguno hay - que no desee ascender de LEB Oro a ACB de la misma manera que no habrá un solo jugador ACB - quizás alguno debe haber – al que no le haga ilusión jugar en la NBA o ningún club que no quiera participar en Euroliga. La ambición deportiva, individual y colectiva, está muy por encima de otros razonamientos económicos e incluso de intereses deportivos. A la hora de jugar para ganar solo aparecen criterios deportivos y esos, siempre los más sanos, son los de intentar conseguir lo máximo.

El nivel de los equipos, de sus jugadores y técnicos, entre los mejores de la Adecco LEB Oro y los menos buenos de la ACB no es demasiado distante y sin embargo, visto lo visto en Fuenlabrada, la espectacularidad de los partidos entre ellos es más probable en LEB Oro que en ACB. La razón es tan simple como que esos jugadores y entrenadores de nivel medio alto que pueblan los equipos que viven en la frontera entre la ACB y la LEB Oro rinden mejor con la presión positiva de luchar por triunfar, por ascender, que con el miedo en el cuerpo de jugar para no fracasar, entendiendo por fracaso, el descenso.

Está claro que hablamos de un nivel inferior al de los seis o siete mejores equipos de ACB – Barcelona, Tau, Madrid, Unicaja, Joventut, Canarias, Pamesa… - pero para el resto, desde el CAI, Murcia, Fuenlabrada, Manresa o Menorca, por citar algunos, al Lucentum, Melilla, Tenerife o Los Barrios, por citar los cuatro protagonistas en Fuenlabrada, el hecho de jugar para ganar les hace mucho más fuertes y efectivos y convierte los partidos en un espectáculo más vibrante que el hecho de jugar para no perder. Las dos semifinales LEB Oro vividas en Fuenlabrada alcanzaron un nivel de juego tan extraordinario que nadie, absolutamente nadie de los espectadores presentes en el Fernando Martín de Fuenlabrada, quedó indiferente.



martes, 26 de mayo de 2009

Transmitir ilusión



Leo unas declaraciones de Patrick Bauman en las que afirma que la candidatura de España para la organización del Mundial 2014 “ha transmitido más ilusión”. Ah!, nuevamente el factor ilusión como elemento diferencial. Nuevamente esos detalles, esas ideas que nacen de la ilusión y que en la mayoría de los casos van más relacionados con el valor que con el precio. Nuevamente el éxito llega a nuestro baloncesto acompañado de algo más que del resultado. Igual que las medallas llegaron envueltas en mil valores que posteriormente han servido de referente para muchos, el nuevo y apasionante reto de concentrar emociones a través nada menos que de un Mundial llega con la palabra ILUSIÓN escrita en mayúsculas. Felicidades.

Estoy metido de lleno en las Finales a Cuatro de Fuenlabrada, otra concentración de emociones. Estoy en contacto con los clubes implicados, con algunos de sus directivos, presidentes, entrenadores o periodistas locales y, nuevamente, el factor ilusión se convierte en el elemento clave, en el factor diferencial entre unos y otros. Me comentan unos que viajarán más aficionados que nunca, otros que ya se organizan para montar la mareas, otros más donde están implicando desde el primero al último de sus habitantes. Claro que para unos será más fácil que para otros, que si las distancias, que si las características de la ciudad o la idiosincrasia del club. Claro que hay diferentes planteamientos y realidades según uno u otro pero a la hora de afrontar una cita de este nivel, donde no hay un solo jugador o entrenador, de LEB Oro, Plata o Bronce que no esté hipermotivado para afrontarla, los responsables de los clubes tienen la obligación de saber transmitir ilusión.

El pabellón Fernando Martín tendrá más o menos gente en las gradas en función de quien juegue pero lo de lo que sí estoy seguro, y los que estuvimos en Cáceres lo pudimos pulsar allí, es que los que estén, pocos o muchos, transmitirán esa ilusión fundamental para convertir ese fin de semana, en otra fiesta para nuestro baloncesto.

lunes, 18 de mayo de 2009

De Cáceres a Fuenlabrada



Ha pasado un año desde que se disputase las primeras Finales a Cuatro de las competiciones Adecco LEB concentradas en un solo pabellón. Todos los que estuvimos presentes la pasada temporada en Cáceres recordamos ese fin de semana como una auténtica fiesta repleta de emociones. Recuerdo a nuestra estrella Calderón disfrutando como un aficionado más, junto a sus paisanos, declarando que para todos los que participaban en esas finales ganarlas tenían “tanto valor como un anillo NBA”.

En esta ocasión será Fuenlabrada la sede de esa concentración de emociones. Ahí llegarán jugadores y entrenadores procedentes de todo nuestro baloncesto, del de élite o del anónimo. Allí llegarán aficionados, en mayor o menor cantidad, pero con la misma ilusión que los que acompañan a equipos más mediáticos. Fuenlabrada reunirá baloncesto de todos los niveles, aspiraciones individuales, ambiciones colectivas, sueños de clubes por dar un paso más en su escalada hacia la élite. Allí los de LEB Oro buscarán dar el salto a las estrellas de la ACB, los de Plata vestirse de Oro y los de Bronce seguir la escalada hacia lo más alto.

Para cualquier deportista “su” liga es la más importante de la tierra. Para cualquier aficionado “su” equipo es que realmente le importa. Para los directivos y presidentes ver triunfar al club modesto que empujan desde los despachos es recuperar algo de los esfuerzos desinteresados entregados durante años. Para el periodista local transmitir la canasta de la victoria del equipo de la ciudad tiene tanto valor como cantar el gol de Iniesta. Y hay mucho más baloncesto humilde y anónimo que el que se vivirá en Fuenlabrada. Muchísimo más repartido por todas las autonomías en todas sus competiciones, categorías, divisiones. Es la base que alimenta nuestro deporte, el motor que hace que esa maravillosa maquinaria no se detenga.

Están las finales de la NBA, las de la Euroliga, las de la ACB, las de los campeonatos de selecciones… Están las Finales a Cuatro de las LEBs, de las Ligas Femeninas, las competiciones autonómicas, de los campeonatos juniors, cadetes… ¿Cuáles son las más importantes para ti? Seguramente aquella en la que estés más implicado. Disfrutemos de Fuenlabrada tanto como lo hicimos hace un año en Cáceres. Suerte a todos.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Saber "jugar mal"



Siempre he tenido la sensación que los entrenadores de alto nivel son aquellos capaces de conseguir salvar con éxito partidos grises. Aquellos que consiguen que sus equipos sobrevivan en el desacierto esperando la oportunidad para amarrar la victoria en el momento preciso. Tras presenciar in situ o en la distancia bastantes partidos de equipos dirigidos por Obradovic o Messina muchas veces me he quedado con la sensación de que habían conseguido el triunfo gracias a saber resistir durante minutos críticos para jugar adecuadamente los momentos claves del partido.

Está claro que los dos finalistas de la Euroliga, que entre los dos suman once títulos por cierto, tienen a sus respectivos equipos, los actuales y todos los que entrenaron anteriormente, absolutamente atados. Pocos jugadores se salen del guión establecido previamente y al que se le ocurre hacerlo o lo acompaña de acierto o visita inmediatamente el banquillo. Y eso no sucede sólo en las grandes finales sino que esos equipos se acostumbran a jugar, incluso a entrenar, siempre con la misma presión por mantener el control. Se acostumbran “a saber jugar mal” – entendiendo por jugar mal no estar especialmente acertados - conscientes de que a lo largo de la temporada se producirán bastantes partidos de esas características y, es muy probable, que uno de esos partidos “malos” coincida con una semifinal o final.

David Andersen, el mejor jugador azulgrana en la semifinal ante el CSKA, quizás el único que mejoró su nivel habitual en el momento cumbre de la temporada, confesaba semanas atrás que la principal característica de Messina era presionar al jugador desde el primer minuto de la pretemporada hasta el último del partido final. Que uno, mentalmente, al final se acostumbraba a jugar siempre con tanta exigencia que no diferenciaba un partido intrascendente de uno decisivo. Los jugadores entrenados por Obradovic, aún con matices, coinciden en esa valoración y, recordando el paso de Pesic por el Barcelona, en la única temporada que los azulgranas conquistaron la Euroliga, todos sin excepción acabaron exhaustos por la continua exigencia, hasta límites insoportables, de su entrenador.

No coincido en restar méritos a esos entrenadores amparándose en que cada vez que han conseguido ganar finales tenían en sus plantillas a los mejores jugadores porque ni siempre ha sido así ni el hecho de tener las mejores individualidades garantiza en el deporte moderno tener el mejor equipo. Tampoco quiero entrar en el debate sobre cuestiones estéticas ya que eso seguramente será muy subjetivo. Contra gustos, colores. Lo que sí es un hecho es que los dos entrenadores europeos más laureados en los últimos años tienen en común esa capacidad para conseguir que sus equipos sepan competir mejor, sepan sobrevivir en los momentos críticos, sepan superar los peores minutos y tengan la virtud de llegar vivos y mentalmente fuertes a los instantes decisivos.
Miguel Panadés (Publicado en Gigantes del Basket)

martes, 28 de abril de 2009

¿La mejor jugada de la historia?



Si tenéis la oportunidad de ver el penúltimo número de Gigantes correspondiente al 27 de abril – el de la portada Gasol presentando Los Playoff de la NBA – no os perdáis la que personalmente considero como la mejor fotografía de baloncesto jamás publicada. Coincide con una de las mejores canastas, una de las mejores jugadas, – la de Michael Jordan en el último partido de las series finales del Playoff entre Chicago y Utah en 1998-.

Una sola imagen refleja TODO lo que puede sentirse en una pista. Restan 6.6 segundos, Jordan está el aire, el balón ya ha salido de su mano, de esa mano que apunta directamente hacia el aro… Por favor no os perdáis las caras de los aficionados que abarrotan la grada situada tras la canasta. Una por una, todas las expresiones de los seguidores, mayoritariamente de Utah, delatan el convencimiento de que ese balón, todavía en el aire, acabará entrando. Rostros de pánico, de resignación, de desespero, de tristeza, de histerismo junto a los admiración, reconocimiento, devoción… Miles de rostros de derrota o victoria anticipada tras un lanzamiento que todavía no ha traspasado la red. Todos saben que el balón entrará, incluso un jovencísimo aficionado que lleva la camiseta de los Bulls – seguro que de Jordan – que ya celebra, brazos en alto, anticipadamente la canasta de la victoria.

Tras recrearme en la fotografía no he podido resistir irme a youtube y revivir esas imágenes y recrearme en toda la jugada, desde el inicio – como roba el balón – como cruza la pista, como finta, como tira… Ahí os dejo el enlace para compartir ese momento absolutamente inolvidable. Saludos.

http://www.youtube.com/watch?v=c0oxeX4fdFE

lunes, 20 de abril de 2009

Congreso Adecco LEB

Pese a que hace ya muchos años que voy no me apetece todavía estar de vuelta. No me apetece perder el punto de ilusión – ingenuidad según me dijo el otro día un buen amigo – que considero necesario para seguir caminando por el baloncesto.

He presenciado el Congreso Adecco LEB celebrado recientemente en Madrid y que ha reunido a gran parte de la representación del baloncesto nacional e internacional. Durante dos días se ha expuesto y debatido sobre el presente y futuro de las competiciones y otros temas de interés. Y eso de debatir creo que es un sano ejercicio cuando existe voluntad de intercambiar opiniones más que de imponer las propias.

Mientras oía a unos y otros pensaba que el baloncesto necesita, más que nunca, potenciar a gente que lo quiera. A gente que lo sienta, que lo entienda, que lo haya vivido de pequeño y que lo viva ahora, que lo lleve metido dentro. Necesita de líderes con capacidad para levantar la vista y contemplarlo globalmente. Necesita de análisis generales, de proyectos comunes mucho más que de viajes individuales. Porque por encima del destino final y diverso de los jugadores o entrenadores, el origen es el mismo.

El baloncesto, desde la élite máxima hasta la base más humilde debe retroalimentarse. El baloncesto debe beneficiarse de los que han tenido la suerte de volar más alto para así crecer aún más desde las ciudades, grandes y pequeñas, desde los colegios, desde los clubes más modestos. Se han de emprender proyectos donde todos los que aman este deporte se impliquen, desde las instituciones públicas, patrocinadores, escuelas. Los clubes deben contemplar la realidad de nuestro deporte con inteligencia, creando proyectos deportivos adecuados a sus posibilidades, ilusionando al entorno, creando el espacio para los jóvenes jugadores locales que lo merezcan.

No me apetece estar de vuelta y adoptar posturas escépticas, todavía no. Me apetece seguir creyendo.

martes, 14 de abril de 2009

El Fenómeno Adecco LEB

Desmenuzar en un informe los diferentes aspectos relacionados con unas competiciones como son las LEBs se convierte en un interesante –incluso apasionante- ejercicio de análisis. El paso del tiempo junto a las experiencias expresadas por aquellos que han – hemos – vivido en primera persona la realidad de la competición permite tener una visión mucho más completa del “Fenómeno LEB”. La perspectiva del tiempo siempre se convierte en el elemento fundamental para sacar conclusiones.

En los últimos años he tenido el privilegio de compartir las diferentes sensaciones LEBs con numerosos jugadores, entrenadores, directivos, periodistas. He participado en debates, reflexiones o estudios sobre este fenómeno creciente que son las competiciones LEB. Más allá de cuestiones puntuales que la perspectiva del tiempo acaba por convertirlas en anécdotas poco significativas, la sensación general es que, efectivamente, el escenario Adecco LEB ha sido y sigue siendo, un espacio fundamental para el desarrollo deportivo de cientos de jugadores y entrenadores (con sus respectivos ayudantes, PFs, Fisios, Delegados). Para el desarrollo profesional de periodistas, para el crecimiento de las áreas deportivas y organizativas de muchos clubes, para el disfrute de miles de aficionados repartidos por toda la geografía que en algún momento han tenido la ilusión de disfrutar de baloncesto de buen nivel. Han sido noventa localidades repartidas en 18 comunidades autónomas las que durante estos últimos trece años han vivido en primera persona las competiciones LEB.

Y llego a conclusiones positivas, además de por los datos meramente objetivos, a través de los testimonios de los propios interesados. De los protagonistas de nuestro baloncesto como son los jugadores y entrenadores, además de esos directivos impulsores del baloncesto. Los deportistas que pasaron por la LEB y ahora están en lo más alto valoran esa experiencia como fundamental para su progresión. Los que ingresaron en ella y de ella no salieron lo valoran como un espacio clave para desarrollarse profesionalmente. En los medios de comunicación locales, elementos claves en la difusión de las competiciones, la Adecco LEB se ha convertido en un contenido especialmente atractivo. Todo puede ser susceptible de mejora y por supuesto las LEBs no escapan de esa crítica pero con el paso de los años y tras pulsar opiniones y extraer mis propias conclusiones detecto muchos más elementos positivos que negativos.

Esta semana se celebra en Madrid el “Congreso Adecco LEB” con ponentes de lujo. Se hablará de las competiciones nacionales, internacionales, del presente y futuro de nuestro baloncesto. Se hablará de la Adecco LEB, esa competición que con defectos y virtudes, como todas y cada una de las competiciones, se ha convertido en un Fenómeno reconocido en todo el continente baloncestístico. Mis más sinceras felicitaciones a los artífices que, hace más de trece años, hicieron posible el nacimiento de la primera LEB.