Lo que hoy aparece en las portadas de todos los medios el paso de los años lo convertirá en leyenda. Uno de los nuestros es campeón de la NBA… SIENDO JUGADOR DETERMINANTE. Pau Gasol ha llegado a lo más alto dentro del baloncesto, a ese espacio reservado a los mitos, a los nombres propios que pasan de generación en generación.
Creo en el contagio de sensaciones. Empiezo a tener suficiente experiencia para saber que más allá de cuestiones tangibles existen otras que van relacionadas con la transmisión de vibraciones, de estados de ánimo. Que el pesimismo se contagia de la misma manera que la ilusión es una herramienta imprescindible para afrontar cualquier objetivo.
En la última década todo parece irle de cara a nuestro baloncesto. Una especie de círculo virtuoso que provoca que desde todos escenarios lleguen buenas noticias. No es por casualidad. Existe un trabajo silencioso y constante en la formación de entrenadores, de preparadores físicos. Existe un estudio permanente en la mejora de métodos de trabajo, de reciclaje, de previsión de tendencias. Y ello provoca mejora de resultados y esos resultados exitosos provocan a su vez un contagio en las generaciones siguientes, una motivación extra en los nuevos jugadores y jugadoras, en los nuevos entrenadores, en los nuevos y especializados preparadores físicos o fisioterapeutas.
El éxito de Gasol llega a la vez que en el europeo de Letonia la selección española femenina está firmando un baloncesto extraordinario, exquisito. Está ofreciendo un clinic diario para todos aquellos entrenadores y jugadores y jugadoras que quieran o les apetezca entender lo que representa las nuevas tendencias de juego. Una propuesta maravillosa que se convierte en un sello de identidad que caracterizará a todas las selecciones, masculinas, femeninas y de formación.
España ha ganado las mejores medallas de su historia en la última década, ha consagrado estrellas individuales en lo más alto, ha convertido el baloncesto femenino en un referente internacional, ha ganado la carrera por organizar un Mundial… Nuestro baloncesto no deja de producir buenas noticias, buenas vibraciones y ese círculo virtuoso debe servir para insistir en la mejora de la formación de los más jóvenes, del trabajo anónimo, de la transmisión de ilusiones y… método.
No hay comentarios:
Publicar un comentario