Ellas (Editorial publicada en Gigantes del Basket)
Desde Gigantes del Basket, Felicidades a todas y cada una de las jugadoras y entrenadores/as que forman parte del baloncesto femenino español. Sí, a TODAS porque esas medallas y ese protagonismo ganado a pulso y representado merecidamente por las mejores tampoco hubiera sido posible sin compañeras y rivales, sin entrenadores invisibles, sin clubes modestos. El éxito del presente debe servir de factor de motivación para que seamos todavía mejores en el futuro. Hay un montón de razones - más de 122.000 licencias – para seguir creciendo.
Más que medallas me apetece contar personas. Más que cuantificar el éxito me ilusiona cualificarlo. Es obvio que las victorias conseguidas de manera reiterada reafirman la eficiencia del trabajo pero esa “foto final”, esa imagen de máxima felicidad de jugadoras y cuerpo técnico en lo alto de podio dando rienda suelta a todas las emociones contenidas son el resultado de un maravilloso rendimiento tras un largo proceso previo. En esa foto aparecen en primer plano las verdaderas protagonistas de la película, las estrellas de ese baloncesto de actor – de actriz en este caso – que promueve la Federación en sus diferentes selecciones. Pero existe otra foto, la invisible, la que sólo conocen algunos privilegiados entre los que, por cierto y con máxima modestia, me incluyo.
Conocer la “cocina” del Área Deportiva de la Federación provoca un doble sentimiento de máxima ilusión por los éxitos finales y menor sorpresa cuando éstos llegan. Estar presente en una de las reuniones de la comisión de seguimiento individualizado junto a Betty Cebrián, Anna Junyent, Nuria Galcerán o Josep Alemany – coordinador éste del área de detección de talentos – descubre un método de trabajo que consigue, a base de experiencia y exigencia, mejorarse año tras año. Ver como trabaja con las jóvenes talentos Ramón Jordana, dirección del programa Siglo XXI y escuchar sus teorías ratifica que estas jugadoras están en muy buenas manos. Todo ese proceso de detección, formación, seguimiento, que empieza incluso antes del Collell, en los campeonatos de España de minibasket, enlaza con las selecciones y ahí entra otro proceso basado en la eficiencia porque una vez allí de lo que se trata es, como insiste Ángel Palmi, director y líder de todo este engranaje, de competir.
Y para no sólo competir sino incluso ganar reiteradamente, intervienen nuevos factores determinantes donde desde el área biomédica (médicos, preparadores físicos, fisioterapeutas) investigan, desarrollan, debaten, incluso innovan para beneficio de las jugadoras. Y claro, llega la pista, y en ella unos entrenadores que han sido elegidos tanto por su talento como por su manera de entender el baloncesto reciben toda la información necesaria de sus propias jugadoras y de sus rivales y unifican ideas, se transmiten experiencias anteriores, establecen un ESTILO de juego que sea el que mejor se adapte a las protagonistas…
Ese es, o parte de él, el tantas veces mencionado Método FEB y que merece no sólo destacarlo públicamente sino, como ya hacen muchas federaciones internacionales, estudiarlo e intentarlo imitar. En ese proceso existe un factor cada vez más importante como es el de la comunicación y colaboración permanente con Federaciones Autonómicas y clubes. Existe tanta diversidad de realidades como deseo generalizado por ayudar a mejorar. Porque si esta Federación que preside José Luis Sáez ha mostrado siempre un trato igualitario entre el baloncesto masculino y femenino también, desde el Área Deportiva, existe una creciente vocación por potenciar los procesos formativos de entrenadores en todas las autonomías con el fin de que aumenten el número de talentos en la pista y en los banquillos. De lo que se trata es de trabajar – insistente y adecuadamente - para el baloncesto.
Y así se hace en el baloncesto femenino y, con matices, en el masculino. Y esa filosofía general incluye salvando las lógicas diferencias a todas las selecciones, desde las de Gasol y Amaya hasta las más jóvenes. Y seguramente uno de los secretos – ya a voces - fundamentales en el éxito es darle tanta importancia a la base como a élite, a la formación del jugador y la del entrenador, a la labor de investigación en Ciencias relacionadas con el baloncesto. Y para que todo ello siga latiendo con fuerza, el ingrediente final: la ilusión no sólo de palabra sino con hechos de todos y cada uno de los que forman parte de ese proceso. Ellos y ellas saben a quienes me refiero y esas personas que forman parte de los equipos de trabajo se convierten en piezas fundamentales para que nada falle en ese engranaje.
He podido hablar con todos y cada uno de los seleccionadores medallistas y me han transmitido el extraordinario compromiso de todas las jugadoras, su ilusión por hacer historia, por vivir unos momentos que jamás podrán olvidar. Para Ellas está editorial y el reconocimiento de todo el baloncesto español. Felicidades.
Desde Gigantes del Basket, Felicidades a todas y cada una de las jugadoras y entrenadores/as que forman parte del baloncesto femenino español. Sí, a TODAS porque esas medallas y ese protagonismo ganado a pulso y representado merecidamente por las mejores tampoco hubiera sido posible sin compañeras y rivales, sin entrenadores invisibles, sin clubes modestos. El éxito del presente debe servir de factor de motivación para que seamos todavía mejores en el futuro. Hay un montón de razones - más de 122.000 licencias – para seguir creciendo.
Más que medallas me apetece contar personas. Más que cuantificar el éxito me ilusiona cualificarlo. Es obvio que las victorias conseguidas de manera reiterada reafirman la eficiencia del trabajo pero esa “foto final”, esa imagen de máxima felicidad de jugadoras y cuerpo técnico en lo alto de podio dando rienda suelta a todas las emociones contenidas son el resultado de un maravilloso rendimiento tras un largo proceso previo. En esa foto aparecen en primer plano las verdaderas protagonistas de la película, las estrellas de ese baloncesto de actor – de actriz en este caso – que promueve la Federación en sus diferentes selecciones. Pero existe otra foto, la invisible, la que sólo conocen algunos privilegiados entre los que, por cierto y con máxima modestia, me incluyo.
Conocer la “cocina” del Área Deportiva de la Federación provoca un doble sentimiento de máxima ilusión por los éxitos finales y menor sorpresa cuando éstos llegan. Estar presente en una de las reuniones de la comisión de seguimiento individualizado junto a Betty Cebrián, Anna Junyent, Nuria Galcerán o Josep Alemany – coordinador éste del área de detección de talentos – descubre un método de trabajo que consigue, a base de experiencia y exigencia, mejorarse año tras año. Ver como trabaja con las jóvenes talentos Ramón Jordana, dirección del programa Siglo XXI y escuchar sus teorías ratifica que estas jugadoras están en muy buenas manos. Todo ese proceso de detección, formación, seguimiento, que empieza incluso antes del Collell, en los campeonatos de España de minibasket, enlaza con las selecciones y ahí entra otro proceso basado en la eficiencia porque una vez allí de lo que se trata es, como insiste Ángel Palmi, director y líder de todo este engranaje, de competir.
Y para no sólo competir sino incluso ganar reiteradamente, intervienen nuevos factores determinantes donde desde el área biomédica (médicos, preparadores físicos, fisioterapeutas) investigan, desarrollan, debaten, incluso innovan para beneficio de las jugadoras. Y claro, llega la pista, y en ella unos entrenadores que han sido elegidos tanto por su talento como por su manera de entender el baloncesto reciben toda la información necesaria de sus propias jugadoras y de sus rivales y unifican ideas, se transmiten experiencias anteriores, establecen un ESTILO de juego que sea el que mejor se adapte a las protagonistas…
Ese es, o parte de él, el tantas veces mencionado Método FEB y que merece no sólo destacarlo públicamente sino, como ya hacen muchas federaciones internacionales, estudiarlo e intentarlo imitar. En ese proceso existe un factor cada vez más importante como es el de la comunicación y colaboración permanente con Federaciones Autonómicas y clubes. Existe tanta diversidad de realidades como deseo generalizado por ayudar a mejorar. Porque si esta Federación que preside José Luis Sáez ha mostrado siempre un trato igualitario entre el baloncesto masculino y femenino también, desde el Área Deportiva, existe una creciente vocación por potenciar los procesos formativos de entrenadores en todas las autonomías con el fin de que aumenten el número de talentos en la pista y en los banquillos. De lo que se trata es de trabajar – insistente y adecuadamente - para el baloncesto.
Y así se hace en el baloncesto femenino y, con matices, en el masculino. Y esa filosofía general incluye salvando las lógicas diferencias a todas las selecciones, desde las de Gasol y Amaya hasta las más jóvenes. Y seguramente uno de los secretos – ya a voces - fundamentales en el éxito es darle tanta importancia a la base como a élite, a la formación del jugador y la del entrenador, a la labor de investigación en Ciencias relacionadas con el baloncesto. Y para que todo ello siga latiendo con fuerza, el ingrediente final: la ilusión no sólo de palabra sino con hechos de todos y cada uno de los que forman parte de ese proceso. Ellos y ellas saben a quienes me refiero y esas personas que forman parte de los equipos de trabajo se convierten en piezas fundamentales para que nada falle en ese engranaje.
He podido hablar con todos y cada uno de los seleccionadores medallistas y me han transmitido el extraordinario compromiso de todas las jugadoras, su ilusión por hacer historia, por vivir unos momentos que jamás podrán olvidar. Para Ellas está editorial y el reconocimiento de todo el baloncesto español. Felicidades.
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