Avanza el Eurobasket y lo hace aumentando por momentos el nivel de calidad y de expectación. El partido ante Eslovenia adquirió una emoción y dramatismo digno de un cruce decisivo. España lo hizo bien, incluso muy bien en algunos momentos, para complicarse la vida en la recta final por culpa de errores absolutamente evitables. Si algo está prohibido en el baloncesto de alto nivel es la inconsistencia y esa queda reflejada en los balones perdidos y la concesión al rival de canastas fáciles. Pero lo mejor del partido ante Eslovenia es que los líderes naturales de este equipo se pusieron los galones y supieron echarse a su espalda el reto de ganar. No hay duda sobre la implicación del grupo y ese valor es un intangible transcendental. Hubo fuerza mental desde el principio y durante gran parte del partido y sobretodo la hubo cuando nos vimos abocados a una absurda y peligrosísima prórroga.
Dicen muchos entrenadores que lo ideal es entrenar con doce y jugar con ocho. Scariolo limitó las rotaciones de manera que los “mejores”, los “más en forma” o los “más expertos” dispusieron de la continuidad necesaria para ganar en confianza. Se recuperó el equilibrio en el juego del equipo y se reencontraron sensaciones. A los nuestros les sigue faltando “soltarse” y la tremenda carga de responsabilidad que arrastraba el partido llevó el juego español a mucho control, mucho juego posicional en detrimento de esa velocidad que en los últimos años provoca ganar disfrutando.
Por lo que parece el guión ha cambiado respecto a años anteriores y el sufrimiento se ha instalado en los partidos de la Selección. De momento no hay “festivales” y en el futuro inmediato habrá que saber competir en escenarios atascados, en duelos de poco brillo y mucho “curro”. Habrá que estar preparado para saber “jugar mal” y sobrevivir en partidos trabados. El campeonato tiene esta pinta y por lo tanto la obligación de la Selección será la de adaptarse a lo que toque con la capacidad competitiva demostrada ayer. El baloncesto tiene muchas caras y todas son válidas si se hacen con el grado de intensidad e implicación máximo.
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