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lunes, 22 de diciembre de 2008

Recordando la Final Olímpica

Sí, comparto la sensación de acabar de ver el mejor partido de la historia. Siento como si la explosión vivida por nuestro baloncesto en los últimos años quedara representada en estos cuarenta minutos inolvidables. Un proyecto basado en el trabajo, en el talento, el carácter, la ambición, el descaro ha quedado plasmado en una final de ensueño... (en este blog el 24 de agosto de 2008)
Consulto a diferentes personas vinculadas al baloncesto sobre cuál ha sido el momento más importante del año, relacionado con nuestro deporte, y la unanimidad es absoluta al identificarlo con la Final Olímpica. Y sí, desde el mismo momento en que finalizó ese partido con Estados Unidos me puse a escribir en este Blog que estábamos ante el mejor partido de la historia. Han pasado unos meses y sigo convencido, más que nunca, con el hecho de que esas dos horas de baloncesto fueron las más importantes, no del año, sino en la historia de nuestro baloncesto porque en ellas quedaron representados todos los valores colectivos e individuales, del pasado, del presente y del futuro, que nos han llevado a convivir de manera cotidiana con el éxito.

Del 2008 me quedo con ese partido y creo que sería un precioso regalo de Navidad para todos los amantes al baloncesto y al deporte en general revivirlo y disfrutar de todas y cada de las acciones que nos hicieron levantar del sofá en esa inolvidable mañana de domingo. Y puestos a dar una vuelta de tuerca a nuestra memoria coincido con mi compañero en Gigantes, Nacho Doria, en centrar ese simbólico momento en el mate de Rudy Fernández ante Howard, una acción que dio la vuelta al mundo y plasmó el “salto” de nuestro baloncesto a lo más alto, al máximo nivel, junto a la estrellas universales.

Reconocido el mejor momento para el baloncesto en general, cada uno de nosotros, entrenadores o jugadores, tenemos “nuestro momento” baloncestístico del año. Ese partido de “tu equipo”, esa actuación personal, ese detalle que ha quedado clavado en tu memoria. Porque los que dedicamos parte de nuestro tiempo al baloncesto anónimo o semianónimo sabemos de lo importante que son esos sentimientos íntimos, intrascendentes para la gente pero fundamentales para quien los vive. Eso sí, recuerdo que ese salto de Rudy, esa actuación de nuestro baloncesto ante Estados Unidos, nos cargó de ilusión para afrontar cada una de nuestras respectivas temporadas.

Feliz Navidad a todos!

martes, 16 de diciembre de 2008

El modelo canario

“Cuando Ángel Palmi me habló del Club del Entrenador me atrajo tanto la faceta formativa de los nuevos entrenadores en aspectos tácticos o técnicos como, más importante aún, la transmisión de valores humanos de los entrenadores más expertos hacia los nuevos” (Clemente Mesa, Presidente de la Federación Canaria)

Recurrir a los valores de siempre y unirlos a la modernidad suele resultar una combinación satisfactoria. Desde hace años en Canarias fomentan una sana relación entre el baloncesto escolar y el de los clubes convencidos de la necesidad de ir a la fuente de talentos, los patios de los colegios, para mantener ese admirable crecimiento constante.

Uno de los secretos del crecimiento de nuestro baloncesto es que los presidentes de la diferentes federaciones autonómicas muestras especial sensibilidad por aspectos menos mediáticos. Le recordaba recientemente a Clemente Mesa, presidente de la Canaria, el hecho de que su baloncesto esté representado en todas las categorías nacionales y él me destacaba que lo que más satisfacción le daba era el hecho de haber destacado en los campeonatos de España cadetes y de haber titulado a más de ochocientos entrenadores en los último años. Hacía hincapié el presidente canario en el modelo de interrelación entre escuelas y clubes, en la necesidad de insistir en los mejores modelos de formación.

Por eso tanto el presidente Mesa como Paco Apeles, un tipo que sólo lleva más de cuarenta años como entrenador de baloncesto, como el Director Deportivo de la federación, están ilusionados con la nueva iniciativa que arranca y se une a Galicia y Extremadura. El Club del Entrenador Canario no hará más que incidir en los valores que han mantenido siempre, mejorar sus procesos, intensificar actividades docentes y establecer más vínculos de conexión entre ellos y con la península. El Modelo Canario funciona adecuadamente desde hace años y me da la sensación, por la ilusión que me transmiten sus responsables organizativos y deportivos, que viviremos un próximo ciclo todavía más productivo.

domingo, 14 de diciembre de 2008

El fenómeno LEB

Creo que el único producto baloncestístico de auténtico interés nacional son los españoles en la NBA y la Selección. El resto de productos se convierten cada día más en un maravilloso fenómeno local. En el caso de la LEB extraordinariamente maravilloso porque a lo largo de estos trece años de existencia ha extendido ese producto a más de noventa poblaciones diferentes consiguiendo interesar a muchísima gente repartida por todas las autonomías, especialmente, en el papel que desarrollaba el equipo de su localidad.

Viernes noche, carrusel Adecco LEB en Radio FEB, transmisión del La Palma – Illescas…

Estaba atento a las noticias que llegaban desde las diferentes pistas y me quedé enganchado a la locución del comentarista de la radio local de La Palma convertido en improvisado corresponsal de nuestra Radio FEB en su cada día más apasionante carrusel de los viernes. Mientras escuchaba sus comentarios, su estilo divertido, entretenido, pasional, personal, completamente volcado con los suyos, con los motes de sus jugadores, con el reconocimiento de sufrimiento por la trascendencia del partido por mi mente pasaban diferentes pensamientos relacionados con la trascendencia de las competiciones LEB en su labor de conseguir entusiasmar a los aficionados locales.

Cincuenta poblaciones españolas vibran cada fin de semana con las competiciones LEB y con en ellas miles de aficionados repartidos por todas las autonomías, cientos de periodistas que como el comentarista de La Palma se implican con su equipo mucho más allá de su obligación profesional. Unos clubes arrastrarán más seguidores, otros menos, pero entre todos convierten el producto LEB en un fenómeno deportivo incomparable en todo el baloncesto europeo. Porque además no olvidemos los muchos jugadores, jóvenes y veteranos, nacionales, extranjeros, los entrenadores, preparadores físicos, fisios, delegados que se benefician de la existencia de esas competiciones de tres niveles adecuadas a las cualidades y posibilidades de cada uno.

Unos mejores que otros, seguro, pero todos esos clubes tendrán sus equipos de formación y esos jugadores infantiles, cadetes, juniors disfrutarán, más o menos claro, en su respectiva población con los jugadores del primer equipo, con los rivales que visiten el pabellón cada dos semanas, con la ilusión del nuevo fichaje… Sí, me gusta la LEB.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Javier Gimeno, mi primer entrenador

Javi, no se nada de ti desde hace décadas pero aunque muy tarde, te doy las gracias por haber sido un buen entrenador cuando más lo necesitaba. Justo cuando empezaba.

Me viene a la memoria su nombre mientras veo como mi hijo Miquel, premini, se empieza entusiasmar con el baloncesto. Javier Gimeno fue mi primer entrenador cuando me apunté al equipo de mini basquet del colegio. Sí, él fue mi entrenador hasta cadetes y pasadas varias décadas lo recuerdo perfectamente como un tipo serio, ordenado, exigente y a la vez interesado por cada paso de nuestra progresión. Sí, recuerdo perfectamente como un día le oí exclamar mi nombre acompañado de un “¡Muy bien!” con una alegría desmesurada porque había sido capaz de anotar mi primera canasta con la derecha yo, un zurdo radical. Lo recuerdo dirigiendo con firmeza desde el banquillo, interesándose por mis notas antes de un entrenamiento o llevándome en autobús a hacer las pruebas en un equipo federado.

Fue mi primer entrenador y seguramente el responsable de que el bicho del baloncesto se metiera en mi cuerpo y no me abandonara jamás. Supo transmitirme los valores fundamentales y lo hizo sin demasiados razonamientos ni discursos sino simplemente con el ejemplo. Hace pocas semanas me encontré con uno de mis compañeros de equipo del colegio, Josep María Jolonch, traumatólogo de profesión y médico del Viladecans de LF2 de vocación. También hacía décadas que no nos veíamos y cuando empezamos a recordar viejos tiempos el nombre de Javier Gimeno apareció de pronto. Yo, que no tengo demasiada memoria ni para las caras ni mucho menos para los nombres, me sorprendo a mi mismo reteniendo esa figura de mi niñez. No debe tener más secreto que el de haber sido el primer buen entrenador que conocí.

Las sensaciones que se reciben en esos años de iniciación al baloncesto son determinantes en el futuro. Por eso la responsabilidad de los primeros entrenadores, de los formadores, es enorme. De ellos, de sus formas, de su capacidad para generar ilusión dependerá seguramente que ese niño-niña se enganche al baloncesto de por vida.