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domingo, 10 de octubre de 2010

Navarro, Pau Gasol y la esencia del juego

La noche en que el Barcelona derrotó a los Lakers ante los ojos del mundo significó para nuestro baloncesto el triunfo más grande de su esencia, de los principios en los que ha basado los éxitos internacionales de los últimos años.


Hace ya unos cuantos años hubo quien proclamó a los cuatro vientos la necesidad de fomentar la creatividad, el talento, el descaro del jugador por encima de los corsés tácticos. Hubo quien desde diferentes áreas de influencia apostó claramente por el baloncesto de actor por encima del de autor. Quien entendió que lo más importante del juego lo aportan los jugadores, protagonistas principales de éste y todos los deportes, sean individuales o colectivos.

Jugadores talentosos, descarados, valientes, técnicamente preparados, son los que nos han proporcionado mayores satisfacciones al deporte. Jugadores formados adecuadamente, dotados de un instinto especial e impulsados por sus entrenadores a desarrollar su ingenio en la pista. Navarro y Pau son dos ejemplos, curiosamente dos amigos desde la infancia, curiosamente dos jugadores que desde muy jóvenes destacaron mucho más por su inteligencia y calidad que por su músculo. Cada uno en un estilo, cada uno de una manera diferente pero ambos explotando sus virtudes, su esencia.

Y ese desarrollo personal les ha llevado a convertirse en los dos mejores jugadores españoles del momento. Esa fidelidad a una manera de entender el baloncesto basada en la lectura del juego, en la mirada, en la técnica como principal argumento para luego, evidentemente, dotar a ese juego de las necesarias dosis de velocidad y calidad física. Dos ejemplos que deben ser utilizados como referentes para las nuevas generaciones de jugadores y ¡sobretodo! de entrenadores.

Porque si alguien hubiese pensado que ni uno ni otro podrían haber llegado a la élite por enclenques – lo eran – el baloncesto se hubiese quedado sin dos superstrellas. Porque si algún obseso del músculo hubiese querido transformar sus cuerpos el resultado siempre hubiese sido inferior. La lección que el baloncesto nos enseña con Navarro y Pau Gasol es que a partir del talento hay que trabajar para que el jugador desarrolle su creatividad, su baloncesto. Y que además, ese tipo de jugadores talentosos no dejan jamás de ser ellos mismo para a partir de ahí progresar, crecer deportivamente, adaptarse a las nuevas y constantes dificultades superándolas desde la calidad.

Seamos inteligentes desde la formación y ayudemos a los jugadores a ser ellos orientándoles y educándolos en aquellos aspectos mejorables. Es obvio que la mayoría de “mortales” no son ni serán estrellas pero sí que hay algunos que tienen algo especial que vale la pena fomentar, algo que no siempre está a la vista por lo que vale la pena apostar. Navarro y Pau Gasol representan la esencia del baloncesto y esa esencia les permite meter 25 puntos cada uno en el partido que enfrenta al mejor equipo europeo y al mejor de la NBA. Esa esencia les ha permitido, junto a sus compañeros, colgarse la medalla de oro en un Mundial o protagonizar la mejor final olímpica de la historia además de ganar todos los títulos ganables con sus respectivos equipos. Que ese ejemplo sirva para todos y que desde minibasket los entrenadores fomenten en sus jugadores, además de la imprescindible buena educación deportiva, la calidad, la esencia.

martes, 5 de octubre de 2010

Alma de Campeonas

BRONCE HISTÓRICO EN EL MUNDIAL DE CHEQUIA

Alma de campeonas (Crónica publicada en Gigantes del Basket)

Cruce de cuartos, menos de treinta segundos para el final, seis puntos abajo, balón de Francia… ¿todo perdido? Quizás para la gran mayoría de equipos pero no para un grupo de jugadoras con alma de campeonas. España recuperó el balón, forzó la prórroga y ganó. Fue la gran victoria del baloncesto femenino español que dio paso a otra todavía más trascendente y que permitió colgarse una medalla de bronce que supo a oro. Fue el Mundial de la magia. Maravilloso, inolvidable. Un extraordinario regalo para el deporte español. ¡Felicidades!

Miguel Panadés

La noche del viernes 1 de Octubre de 2010 quedará guardada en la memoria de todos quienes, allí en Chequia o desde España a través de Marca TV, vivimos con emoción un partido extraordinario. Fue la noche de la magia – “el alma nos hizo ganar” afirmaba José Luis Sáez -, de la justicia deportiva con una selección que desde hace mucho más de una década no paró nunca de pelear por estar siempre junto a las grandes del baloncesto internacional, de cosechar medallas en Europeos en todas las categorías, senior y de formación, y que esta vez sí consiguió el éxito a mundialista. Esa noche de viernes jugaban España – Francia, o lo que era lo mismo, un partido que significaba la frontera entre el éxito de estar entre las cuatro mejores del mundo o la decepción de quedarse nuevamente a las puertas. Y fue ÉXITO, sí el éxito de las jugadoras – “es un equipo que me tiene enamorada”, confesaba la ya mítica Betty Cebrián, el de una Federación indiscutiblemente sensible con TODO el baloncesto desde la base hasta la élite. Todos, todas, gente de baloncesto y recién llegados, estuvieron esa noche presionando en defensa, tirándose por los suelos para recuperar el balón. Todas las jugadoras, conocidas o anónimas, fueron Valdemoro, todas estuvieron dando el último paso en la entrada de Amaya que nos llevó a la prórroga. Era es la gran canasta del baloncesto español, de todo el trabajo desde los colegios, desde los clubes, desde el centro de tecnificación Siglo XXI. El gran trabajo de todos y todas las que suman desde el silencio por el bien de un deporte que es protagonista en España por ser el que más licencias femeninas suma. ¡Felicidades!

Sí, sí, hablamos del Mundial y cuando se toca el cielo hay que acordarse siempre no sólo de la tierra sino de más adentro, de las raíces, de los orígenes. Porque en esa selección que hizo historia se unían generaciones que representaban perfectamente toda la trayectoria de los últimos años. Ahí estaba la líder Valdemoro con 34 años, “una jugadora irrepetible”, según palabras de Ángel Palmi, Director Deportivo de la FEB y pieza clave en los éxitos de todas – TODAS – las selecciones – que en sus dieciséis años en el cargo ha vivido la formación, evolución, consolidación de la propia Amaya y de la selección española femenina. “Lo que han hecho estas jugadoras es una demostración de calidad y de carácter, de saber estar dentro y fuera de la pista, de ir por un mismo camino independientemente de la edad, de la generación, de la experiencia. Ha sido un campeonato sobresaliente” afirmó Palmi, orgulloso de no sólo del presente sino de toda una trayectoria repleta de éxitos. Porque junto a Amaya Valdemoro, Ana Montañana o Sancho Little estaba la joven Alba Torrens representando el relevo generacional, el futuro. La factoría no para de producir jugadores en diferentes edades y unas van transmitiendo experiencias a otras y entre todas consiguen crear un bloque potente en calidad, en mentalidad, en físico, en carácter pero, sobretodo, en corazón. Alba fue decisiva en el partido por el bronce asumiendo un protagonismo que ilusiona mirando al futuro.

España firmó un campeonato perfecto porque en las dos primeras fases tan sólo cayeron y al final del partido, frente a la siempre potente Rusia. Esa trayectoria le permitió evitar a las durísimas Australia y Estados Unidos en el cruce decisivo de cuartos. En ese partido tuvo que superar eso sí a la selección de Francia, actual campeona de Europa en el partido épico. Se había conseguido el objetivo soñado y una vez en la “fiesta final” de la lucha por las medallas una primera cita ante la todopoderosa Estados Unidos y la sensación de que la medalla era posible al ver como tanto Rusia como Australia se habían caído del campeonato en la demostración del mérito o dificultad que significa llegar hasta ahí. Paradójicamente, la anfitriona Chequia, que eliminó a Australia en las semis y se coló en la final fue fulminada por España (+20) en la segunda fase en una portentosa demostración de las nuestras.

NO FUE UN MILAGRO

Por mucho que se recurriera al tópico no, no fue un milagro. El triunfo frente a Francia en los cuartos de final fue simple y llanamente una cuestión de baloncesto, de cosas que pasan – pocas pero suficientes - en un deporte donde nada está ganado ni perdido hasta que acaba el partido. Las remontadas “imposibles” a veces se hacen realidad cuando se unen dos factores. Uno, el deseo, el corazón de quien debe protagonizarlas y otro la mentalidad adecuada que primero consigue evitar darse por vencido antes de tiempo y posteriormente otorga la fuerza psicológica para afrontar el reto con el carácter adecuado. España, en ese partido clave que siempre aparece en cada campeonato, abrazó esas virtudes y consiguió la victoria más soñada, esa que le permitía traspasar la frontera de los cruces en un hito histórico que situaba a las jugadoras españolas en lo más alto jamás logrado por la selección en un Mundial. Pese a ir 12 puntos abajo en el último cuarto y entrar en el último medio minuto – ese que pasará a la historia del baloncesto español – seis abajo nuestras jugadoras decidieron “morir” por la victoria. En esos momentos no importó ni tan siquiera que la estrella nacionalizada española Sancho Little, pieza fundamental para darle a España la consistencia necesaria para competir con las mejores, estuviera lesionada en el banquillo. No importaba nada porque el único objetivo era defender a muerte, recuperar balones y encomendarse a la casta de una extraordinaria Amaya Valdemoro para hacer posible la remontada. Y llegó en el último suspiro con esa canasta que todos y todas celebramos como la más importante en la historia del baloncesto femenino español.

SIN DESAGASTE ANTE USA, IMPECABLES ANTE BIELORUSIA
España compitió dignamente en las semifinales ante una selección de Estados Unidos hoy por hoy inalcanzable. El seleccionador optó por reservar fuerzas para la FINAL del día siguiente. Porque era evidente que ante Bielorusia – sorprendente rival que destrozó a Rusia en cuartos – era una final. El bronce era el oro. Era la oportunidad de culminar una etapa extraordinaria de nuestro baloncesto femenino. La gran cita. Y en esa cita salió lo mejor de cada una. Se fusionaron sobre el parquet todas las virtudes de pasado, presente y futuro que ha dado y dará nuestro baloncesto femenino. España disfrutó de la final, gozó minuto a minuto en su viaje hacia el podio, hacia ese lugar que nunca antes había visitado en un Mundial. Y una vez ahí las lágrimas, el orgullo de un grupo de jugadoras que no han dejado de sumar medallas desde las selecciones de formación hasta la absoluta. Sí, fue el gran triunfo del baloncesto femenino, de todos y todas, sin excepción. De Nichols, de Lima, de Lyttle, de Nuria Martínez, de Lucila Pascua, de Laia Palau, de Elisa Aguilar, de Ana Montañana, de Amaya Valdemoro, de Anna Cruz, de Alba Torrens, de Marta Fernández, de las descartadas anteriormente, de José Ignacio Hernández, de Roberto Hernández y Susana García como entrenadores ayudantes, de Domingo Salinas, de Gemma Hernández, de Pilar Delgado, de Yolanda Aranzana, de Nuria Galcerán, de Carlos Sainz, de Naia… sí de todos y de todas y de quienes no aparecerán nunca en la foto pero siempre están ahí, trabajando para el baloncesto. Gracias a todas y a todos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

APTOS para entrenar a máximo nivel

Llegaron las notas definitivas y con ellas las diferentes sensaciones de satisfacción o decepción propias del momento. Los alumnos ya han recibido el resultado del Curso de Entrenador Superior y desde aquí recordamos que el verdadero examen de entrenador empieza ahora, en algunos casos ya empezó hace tiempo, y no termina nunca…


Cualquiera que haya pasado por esta experiencia sabe la sensación de satisfacción que representa verse en la lista de APTOS. Es tan duro e intenso el Curso Superior que la “victoria final” sabe todavía mejor. Es como ganar una competición en la que has tenido que pasar por momentos muy complicados, por situaciones desagradables combinadas con alegrías. El deporte suele alternar estados de ánimo y el Curso Superior, en su fase presencial, no escapa a esa amalgama de sensaciones.

En Donosti se vivieron momentos de enfado, de incluso indignación por lo que podía considerarse alguna injusticia pero inmediatamente llegaba la alegría de la mano del baloncesto, del aprendizaje, de la convivencia con compañeros y compañeras que hacían más llevadero el viaje hacia el "título". Como sucede con todos los entrenadores hubo quien llevó mejor que otros la presión e incluso hubo quien durante el “campeonato” pasó del desespero a la ilusión y acabó disfrutando de una experiencia sin duda inolvidable.

Pero de lo que estoy absolutamente convencido porque así lo viví personalmente y así he visto vivirlo en otros cursos es que todos y todas sin excepción tienen hoy un recuerdo intenso y emocionante de los días vividos en Donosti. Todos se sienten beneficiados por algo – en algunos casos más en otros menos – de lo que sucedió durante el Curso Superior. Todos y todas se sienten orgullosos de haber pasado por esa inmersión de baloncesto.

Ahí está la nueva promoción de Entrenadores Superiores lo cual no significa que sean ya buenos entrenadores porque es la experiencia, la suma de vivencias, el aprendizaje continuo el que consigue hacer crecer a los entrenadores. Pero ese título sí da por una parte la posibilidad objetiva de entrenar a máximo nivel y por otro eleva la autoestima de saber que has conseguido superar una dura prueba que además te acompañará en la memoria toda tu vida de entrenador. ¡Felicidades a todos!


http://www.clubdelentrenador.com/

viernes, 17 de septiembre de 2010

La Adecco Oro ya empieza a latir

Cada día dedico un rato para hablar con algunos de los entrenadores implicados en la Adecco Oro y pulso las sensaciones que tienen ante la nueva temporada. Por cierto, vaya lujazo de técnicos que reúne nuevamente la competición con nombres propios como Ricard Casas, Aranzana, Paco García, Luis Guil, Andreu Casadevall, Moncho Fernández, Nacho Lezcano, Jareño, Ángel Navarro… todos los mencionados con experiencia en lo mas alto del baloncesto profesional español y a ellos uniéndose otros tantos conocedores de las categorías FEB como Javi Juárez, Alejandro Martínez, Carlos Frade, Paco Aurioles, Gonzalo García, Rubén Domínguez, Javier de Grado, Raventós o el debutante Berni Álvarez que cambia la pista por el banquillo y se lanza a la aventura de ser entrenador… Es decir, dieciocho entrenadores nacionales que dispondrán del privilegio de poder desarrollar su profesión en una liga que – por opinión unánime – se confirma como una de las mejores de Europa.

Por eso cuando hablo con ellos en estas fechas donde el esfuerzo de esta larguísima pretemporada se compensa con la suma de ilusiones de futuro, percibo de todos ellos la satisfacción y la tranquilidad – por ahora - de estar ahí, de ser uno de los elegidos para formar parte de esa plantilla de entrenadores de elite que cuentan con la Adecco Oro como una competición de máximo nivel donde poder realizarse plenamente al convertir su pasión en profesión. Nadie es ajeno a una coyuntura económica que condiciona todos los aspectos de la sociedad y por supuesto el deporte también pero a pesar de ello la Adecco Oro vuelve a presentar ese aspecto atractivo, apasionante hasta el punto de empezar a movilizar ya aficiones – me cuentan que 3.000 abonados en Santiago - que entienden la experiencia Adecco como la oportunidad de estar en el baloncesto de elite y además hacerlo desde la coherencia, desde las posibilidades reales.

Estamos en la cuenta atrás y en apenas unos días ya estaremos atentos a cada jornada donde como decía Moncho Fernández no habrá sorpresas porque en la Adecco Oro los resultados imprevistos son demasiado habituales como para calificarlos de sorpresa. Estaremos atentos a la apuesta de Huesca y su entrenador Ángel Navarro por un baloncesto ofensivo extraordinario. Atentos a la adaptación de los nuevos equipos a las distancias en triples y al beneficio de los que ya vivieron con esa línea la pasada temporada. Atentos a la capacidad de Luis Guil y su equipo para hacer realidad el sueño murciano o la de Casas y compañía en Girona para seguir disfrutando del baloncesto. Veremos cómo se desenvuelve Berni Álvarez en un banquillo reprimiéndose de salir a tirar triples o la eficacia de Aranzana con un Cáceres diseñado para estar entre los mejores… Muchos focos de atención desde Canarias o Melilla donde Alejando Martínez – en la fusión de Tenerife - , Carlos Frade – desde La Palma - y Gonzalo García – poniendo buena cara al mal tiempo por la sucesión de lesiones - quieren cumplir el objetivo en el que se quedaron a las puertas la pasada temporada hasta Santiago donde el “Obra” de Moncho Fernández tiene la difícil misión de hacer valer los pronósticos. Galicia sí, con Ourense y Lugo ilusionando como siempre de la mano de Paco García y Rubén Domínguez, como Burgos, como Palencia, como León, como Navarra que ingresa por vez primera en Oro al igual que lo hace Alcazar. Veremos como se comporta Lleida en su regreso a la competición y si en Axarquía siguen desafiando con la juventud como aliada. Durante las próximas semanas iremos abordando una la competición desde todos los puntos de vista deportivos, una Adecco Oro que ya late y ya da muestra de esas sensaciones ilusionantes que empiezan a contagiarse entre aficionados, jugadores, entrenadores, directivos, prensa local… ¡Que empiece ya!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Pasado, presente y futuro

Tiempo de reflexión, de análisis, de contraste de opiniones. Me consta que la Federación siempre lo hace, siempre lo ha hecho, tras cada campeonato, tanto en el éxito como en la decepción, tanto en lo referente a las selecciones absolutas como en las de formación. Es un sano ejercicio de revisión de actuaciones, de evaluación de rendimientos individuales y colectivos que permiten construir el futuro con una importante base de información desde la que incidir en aspectos positivos y mejorar los negativos.

Pasado impecable que nos ha acostumbrado al triunfo y futuro ilusionante que nos debe mantener mucho tiempo en esa élite internacional cada año más cara. Hay motivos para contemplar el horizonte con el convencimiento de que el ciclo no sólo no ha acabado todavía sino que se va renovando progresivamente consiguiendo incorporar a la Selección jugadores jóvenes con recorrido. Muchas de las estrellas de la generación del 80 tienen capacidad para seguir ilusionando pasados los treinta y así los Pau Gasol, Navarro, Calderón o Felipe dan la sensación de tener todavía grandes años de baloncesto al máximo nivel por delante, al menos un ciclo de cuatro años culminando en el 2014, Mundial en España. Garbajosa y Raül también aunque más castigados por lesiones graves y Mumbrú algo distanciado de la competición más exigente. No es una cuestión de cuántos años tendrán entonces sino de cómo están ahora y de cómo irán estando los próximos veranos. Pero los mencionados, especialmente los cuatro primeros, parecen jugadores que con los años incuso ahora van siendo cada vez un poco mejores. A ellos se van uniendo jugadores de altísimo nivel como Rudy, Ricky, Marc, Vázquez – una de las mejores noticias del Mundial -, Llull, San Emeterio, Claver… estos sí en continua e indiscutible evolución que seguro serán mejores a medida que pasen los años. A todos estos nombres propios existen algunos más de presente y otros jóvenes que van apareciendo desde las categorías de formación.

España tiene, competitivamente con el resto de países, grandes jugadores en varias de las posiciones claves en el baloncesto actual y de siempre como son la de bases, escoltas y pivots. Puede que la posición de ala-pivot, de “Carlos Jiménez” para entendernos, sea la que todavía debe acabar de definirse en la necesidad de hacer una clara apuesta por jugadores de presente y futuro. Carlos Suárez, ahora en el Real Madrid, debe dar el salto de buen a gran jugador, al igual que Claver, un jugador con capacidad atlética y técnica como para convertirse en versátil o incluso otro nombre propio como Pere Tomás de una factoría verdinegra que no deja ni dejará de producir talentos.

Lo que si es un hecho constatable es que la competencia internacional cada vez es más grande y por lo tanto los pequeños detalles se convierten en trascendentales a la hora de luchar por las medallas. Cualquiera de los ocho mejores del Mundial podía haber sido finalista en una tendencia que cada año será más habitual. Las diferencias se reducen hasta el punto de que, con la excepción de Estados Unidos que puede formar dos o tres selecciones de máximo nivel, el resto tiene que medir muchísimo todas sus decisiones. Pero ojo, España sigue teniendo potencialmente un equipo de alto nivel para afrontar la próxima cita con tanta ambición como el que más.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Una Selección de interés nacional

“Todos somos los mejores entrenadores de los equipos que no entrenamos”

Si algo envidia el baloncesto del fútbol es la repercusión mediática. De fútbol se habla antes y después de unos partidos que duran días, a veces incluso semanas. Todo el mundo se siente seleccionador, entrenador de su club y cualquiera que escriba o hable se siente capaz de cuestionar el cómo, el porqué y el cuándo de todas y cada una de las decisiones de los entrenadores. España, seguramente como la mayoría de países, está repleta de potenciales entrenadores de fútbol y esa es la grandeza de un deporte del que “todo el mundo entiende” y que por ello acapara la atención eclipsando al resto.

El baloncesto sólo consigue parecerse al fútbol en este aspecto cuando juega la Selección. Durante la temporada pasan las diferentes competiciones casi de puntillas dentro del escenario mediático nacional destacando puntualmente las actuaciones individuales de nuestros jugadores en la NBA, la anotación de alguna estrella de la ACB o de la Adecco Oro y, si llega algún equipo español a la Final Four, el interés por si la gana. Pero amigos, en verano, todas las miradas se dirigen a la selección de baloncesto que es capaz incluso de eclipsar durante unos días – hablo en términos generales – a Mourinhos y Guardiolas.

Tras la derrota ante Serbia leo la prensa, escucho radios, me tomo un café en el bar y compruebo como de pronto todo el mundo hace de seleccionador y opina sobre las decisiones finales de Scariolo – lo lleva el cargo - y me felicito que eso suceda. Ese es el éxito de una selección que lleva años enganchando a la gente que no siempre es del baloncesto pero sí es del baloncesto de la Selección. Algunos puristas lamentan que “todos” se suban al carro mediático de manera oportunista – en lo positivo y en lo negativo - y sin embargo los que llevamos años intentando conseguir más atención nos felicitamos que así sea.

Cuando todo el mundo habla de algo es porque interesa, porque hace sentir, porque ilusiona tanto que, en consecuencia, decepciona aún más en la derrota. Nos acostumbramos – nos acostumbraron - a ganar de manera repetida, insistente, insólita en un escenario deportivo de igualdad y alternancia de éxitos. Ahora toca saber convivir con la derrota, con la tristeza, con las opiniones de todos y la mejor manera de conseguirlo sería, seguramente, finalizando el Mundial ganando. Volviendo a casa con el orgullo de haber competido al máximo en todos y cada uno de los partidos y mostrando tanta humildad para luchar por el oro como ambición para conseguir acabar bien. Porque el proyecto sigue siendo tan ilusionante como siempre aunque obviamente todos vayamos a sentir un pequeño – gran vacío este fin de semana. Por delante tenemos unas citas suficientemente estimulantes como para mirar al futuro con la motivación intacta.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Serbia nos aparta de las medallas

Un triple desde nueve metros de Teodosic nos condenó a una cruel derrota. España no podrá revalidar el título de Campeón del Mundo y tras cuatro años consecutivos consiguiendo medallas esta vez volverá a casa sin metal. La Selección luchará por el quinto puesto.


Restaban 26 segundos para el final y Serbia atacó con empate a 89 tras un partido impresionante, extraordinario. España había vivido a remolque en el marcador teniendo como principal virtud la resistencia a un descomunal acierto ofensivo del rival. Pero cuando se acababa la posesión Teodisic, un gran jugador, anotó desde nueve metros una canasta descomunal que nos apartaba definitivamente de las medallas. Fue un partido durísimo frente a una Serbia que vuelve a ser una selección de altísimo nivel. España jugó al límite pero no encontró soluciones ni en ataque ni en defensa

Los problemas aparecieron desde el primer momento con una Serbia extraordinaria en ataque, anotando todo lo que tiraba, ya fuera desde 6,25 o desde dentro de la pintura. La defensa española era insuficiente, era una manta corta en la que cuando se tapaba una parte del ataque rival, la amenaza llegaba desde la otra. Serbia demostraba su talento natural, su facilidad para crear juego tanto en las situaciones de dos contra dos como en las finalizaciones. El contrario no perdonaba un sólo tiro liberado y entre Bjelica y Velickovic conseguían que el luminoso señalara un alarmante para España 23-13. Y ahí surgió el capitán sacando los galones. Navarro se echó el equipo a la espalda ante el desacierto de sus compañeros y con una serie de canastas – 13 puntos en el primero cuarto – evitó males mayores. El 27-23 del marcador evidenciaba los problemas defensivos de una Selección incapaz en ese primer cuarto de frenar el eficaz ataque Serbio.

En el segundo cuarto y ya con todos los titulares de ambos equipos descansando en el banquillo el partido cambió, durante algunos minutos, de guión. Las defensas empezaban a imponerse aunque la causa principal cabría encontrarla también en las características ofensivas de los jugadores en pista. La defensa zonal Serbia invitaba a tirar colapsando el juego interior español y en ese escenario Fran Vázquez mostraba su capacidad de intimidación taponando y reboteando con solvencia mientras Llull dotaba de mayor intensidad a la primera línea defensiva. Con 37-30 en el marcador Scariolo devolvía a la pista a los jugadores que habían salido de inicio aunque esta vez los serbios ya esperaban a Navarro para impedirle de todas las formas posibles que recuperase la inspiración. Krstic cerca del aro y Teodosic en el perímetro dañaban la defensa española que seguía sin poder cerrar las vías de agua encajando 49 puntos – muchos, demasiados para aspirar a victoria – en los primeros veinte minutos. 49-41, prácticamente los veinte minutos por debajo en el marcador y por lo tanto con el reto del “más difícil todavía”.

Paciencia e intensidad debían conjugarse, teóricamente, para la remontada y sin embargo en apenas dos minutos un parcial de 0-10 situó a España por delante en el marcador (49-50) consiguiendo dar un giro radical al partido. Rudy aparecía por fin en esa labor en la que se multiplica en todas las facetas del juego. La defensa de la Selección se intensificaba y los serbios ya no vivían con la inspiración de la primera parte. El partido entraba en una fase tensa, de un juego mucho más denso, más duro. En juego estaba nada menos que entrar en las medallas. El marcador ahora ya se alternaba con ventajas mínimas a favor de unos y otros llegando así al final del tercer cuarto con incertidumbre, con dramatismo porque a España le faltaba acierto en los triples para conseguir voltear definitivamente el partido. 66-63 para Serbia y el último cuarto por jugar.

Una defensa zonal consiguió por momento frenar la racha serbia. Los problemas aumentaban en la medida que el rival seguía inspirado en ataque solucionando con triples atasco en el juego interior y por el contrario España no conseguía inspiración necesaria para conseguir situarse por delante. España resistía por detrás en el marcador, teniendo como principal virtud esa constancia en el esfuerzo, ese creer que era posible, sin bajar los brazos pese a ver como Serbia se distancia ocho puntos. 1,38 para el final Serbia ganaba por cinco puntos y un triplazo de Navarro devolvía la esperanza – 89-87 a menos de un minuto para el final-. España recuperaba el balón y Navarro asistía a Marc Gasol para el empate a 89. 26 segundos para el final, balón de Serbia, máxima expectación tras un partido maravilloso, impresionante. Teodisic anotaba un triple asesino desde nueve metros que nos condenaba.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Identidad ganadora

España vuela de nuevo hacia el éxito, hacia el éxtasis. Frente a Grecia se enfundaron el uniforme de las grandes ocasiones, ese que viste por partes iguales elegancia y esfuerzo, ese que los convierte en invencibles en el momento clave, en la hora de la verdad. Sí, España ganó a Grecia (80-72) y se clasificó para cuartos de final en una nueva demostración que, en la hora de los valientes, nuestra selección nunca falla.

Fue una victoria trabajada, sufrida, buscada tanto desde el esfuerzo como desde el ingenio. La intensidad, la calidad, la estrategia triunfaron esa noche en Estambul en una fusión de baloncesto de actor y de autor, en una demostración de que cuando llegan los momentos claves, en los últimos años, nuestras estrellas no se esconden, aparecen con más brillo, con más carácter. La afición volvió a disfrutar con esa selección que mostró la identidad ganadora con la que lleva conviviendo desde hace muchos campeonatos. España, tras la victoria, vuela de nuevo hacia el éxito.

Dos bombitas de Navarro, un par de tapones de Marc, aparición sobria y efectiva de Garbajosa y primeras ventajas en un marcador que reflejaba la superioridad española sobre la pista. Porque sólo cierta fragilidad defensiva concediendo penetraciones demasiado cómodas provocaban igualdad en el marcador rota cuando irrumpieron en el parquet la llamada “segunda unidad”. Mumbrú, Llull y Raül distanciaban a España con un triple cada uno de ellos, Felipe aparecía cerrando el primer cuarto 22-19 y de pronto Fran Vázquez volaba por encima de todos capturando rebotes en los dos aros y anotando un par de canastas propias de un crack. Sí, la segunda unidad – que en realidad es un término poco apropiado - no sólo hacía su trabajo sino que se esmeraba hasta el punto de distanciar a la Selección 28-21. Scariolo ordenaba un oportuno e inteligente cambio a defensa zonal sobre tiempo muerto del rival y por momentos provocaba un atasco ofensivo de una Grecia que se veía metida en una trampa de la cual supieron salir por la calidad y experiencia de dos tipos curtidos en el baloncesto de alto nivel como Spanoulis y Diamantidis. Ya con el quinteto inicial de nuevo en pista momentos ilusionantes de una España que se distanciaba 37-29 con navarro liderando, con Marc mandando y todo ello en espera de que Rudy mostrara su talento. Lástima de unos últimos tiros liberados y dos tiros libres de Garbajosa que dejaron el marcador en 37-31 al descanso que era poca diferencia para la impresión causada por nuestra selección. Porque la imagen había sido la de un equipo sólido, consistente, equilibrado en su juego.

Tras el descanso un parcial de 0-7 puso a Grecia por delante disparando las señales de alarma en una selección que entraba en Navarro y Rudy soluciones para cortar la hemorragia y a Diamantidis – dos triples consecutivos – en su mayor amenaza. España, con 45-51 vivía una situación límite pero reaccionaba con las rotaciones y con nuevamente una defensa zonal que volvía a dejar sin ideas al rival. Al final del tercer cuarto 52-51 y por lo tanto máximo dramatismo en un partido que, como era de esperar, se resolvería en el desenlace. Unos octavos de final que aumentaban su nivel de emoción, de tensión. Vázquez y Llull dotaban al equipo de esa explosividad necesaria para jugar a toda pista, para romper ese ritmo constante que beneficiaba a Grecia. Scariolo mantenía una defensa zonal que se acoplaba cada vez mejor al ataque griego mientras poco a poco iba recomponiendo el quinteto inicial devolviendo a la pista progresivamente a Ricky, Rudy y Navarro. 61-57, 65-57 a cuatro minutos del final… los cuarto más cerca.

En esos minutos finales Rudy y Navarro se convertían en los dueños del partido, ejercían de estrella, de jugadores que llevan años jugando finales, partidos decisivos y junto a ellos una serie de jugadores fabulosos capaces de superarse a ellos mismos y aparecen imperiales en los momentos decisivos. Sólo los tiros libres fallados en los últimos minutos impidieron una victoria más cómoda. Daba igual, el destino estaba escrito. España jugará en cuartos contra Serbia.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Identidad ganadora

España vuela de nuevo hacia el éxito, hacia el éxtasis. Frente a Grecia se enfundaron el uniforme de las grandes ocasiones, ese que viste por partes iguales elegancia y esfuerzo, ese que los convierte en invencibles en el momento clave, en la hora de la verdad. Sí, España ganó a Grecia (80-72) y se clasificó para cuartos de final en una nueva demostración que, en la hora de los valientes, nuestra selección nunca falla.

Fue una victoria trabajada, sufrida, buscada tanto desde el esfuerzo como desde el ingenio. La intensidad, la calidad, la estrategia triunfaron esa noche en Estambul en una fusión de baloncesto de actor y de autor, en una demostración de que cuando llegan los momentos claves, en los últimos años, nuestras estrellas no se esconden, aparecen con más brillo, con más carácter. La afición volvió a disfrutar con esa selección que mostró la identidad ganadora con la que lleva conviviendo desde hace muchos campeonatos. España, tras la victoria, vuela de nuevo hacia el éxito.

Dos bombitas de Navarro, un par de tapones de Marc, aparición sobria y efectiva de Garbajosa y primeras ventajas en un marcador que reflejaba la superioridad española sobre la pista. Porque sólo cierta fragilidad defensiva concediendo penetraciones demasiado cómodas provocaban igualdad en el marcador rota cuando irrumpieron en el parquet la llamada “segunda unidad”. Mumbrú, Llull y Raül distanciaban a España con un triple cada uno de ellos, Felipe aparecía cerrando el primer cuarto 22-19 y de pronto Fran Vázquez volaba por encima de todos capturando rebotes en los dos aros y anotando un par de canastas propias de un crack. Sí, la segunda unidad – que en realidad es un término poco apropiado - no sólo hacía su trabajo sino que se esmeraba hasta el punto de distanciar a la Selección 28-21. Scariolo ordenaba un oportuno e inteligente cambio a defensa zonal sobre tiempo muerto del rival y por momentos provocaba un atasco ofensivo de una Grecia que se veía metida en una trampa de la cual supieron salir por la calidad y experiencia de dos tipos curtidos en el baloncesto de alto nivel como Spanoulis y Diamantidis. Ya con el quinteto inicial de nuevo en pista momentos ilusionantes de una España que se distanciaba 37-29 con navarro liderando, con Marc mandando y todo ello en espera de que Rudy mostrara su talento. Lástima de unos últimos tiros liberados y dos tiros libres de Garbajosa que dejaron el marcador en 37-31 al descanso que era poca diferencia para la impresión causada por nuestra selección. Porque la imagen había sido la de un equipo sólido, consistente, equilibrado en su juego.

Tras el descanso un parcial de 0-7 puso a Grecia por delante disparando las señales de alarma en una selección que entraba en Navarro y Rudy soluciones para cortar la hemorragia y a Diamantidis – dos triples consecutivos – en su mayor amenaza. España, con 45-51 vivía una situación límite pero reaccionaba con las rotaciones y con nuevamente una defensa zonal que volvía a dejar sin ideas al rival. Al final del tercer cuarto 52-51 y por lo tanto máximo dramatismo en un partido que, como era de esperar, se resolvería en el desenlace. Unos octavos de final que aumentaban su nivel de emoción, de tensión. Vázquez y Llull dotaban al equipo de esa explosividad necesaria para jugar a toda pista, para romper ese ritmo constante que beneficiaba a Grecia. Scariolo mantenía una defensa zonal que se acoplaba cada vez mejor al ataque griego mientras poco a poco iba recomponiendo el quinteto inicial devolviendo a la pista progresivamente a Ricky, Rudy y Navarro. 61-57, 65-57 a cuatro minutos del final… los cuarto más cerca.

En esos minutos finales Rudy y Navarro se convertían en los dueños del partido, ejercían de estrella, de jugadores que llevan años jugando finales, partidos decisivos y junto a ellos una serie de jugadores fabulosos capaces de superarse a ellos mismos y aparecen imperiales en los momentos decisivos. Sólo los tiros libres fallados en los últimos minutos impidieron una victoria más cómoda. Daba igual, el destino estaba escrito. España jugará en cuartos contra Serbia.

viernes, 3 de septiembre de 2010

La hora de los valientes

Llega el momento clave de la competición, “la hora de los valientes”, los partidos en los que las diferencias las marcan los jugadores, las estrellas. Los entrenadores – los hay de altísimo nivel – y sus respectivos equipos técnicos trabajan a destajo para descifrar hasta el último detalle individual y colectivo del rival. Me consta que en la selección española ese trabajo alcanza la excelencia – Scariolo cuenta con ayudantes de lujo como Chus Mateo, Jenaro Díaz y Juan Orenga – y que el conocimiento de todas las habilidades del futuro adversario es extraordinario. Esas herramientas servirán de inestimable ayuda para afrontar el cruce con Grecia – ya lo fue en la final del Mundial de Japón, por cierto sin Pau – porque todo jugador se siente mucho más seguro sabiendo el cómo y el porqué de la actuación del adversario. Pero insisto, por encima de un aspecto clave en el baloncesto de alto nivel como es el de la táctica, debe aparecer el verdadero protagonista de este y cualquier deporte: el jugador.

Y si la Selección es la Selección, es decir, si cada uno de los jugadores que están sobre el parquet se parece a ellos mismos, triunfará. Porque si analizamos uno por uno a nuestros internacionales veremos que suman un montón de cualidades que los han consagrado como estrellas internacionales tanto individualmente como en sus respectivos clubes. Eso sí, por lo visto hasta ahora y también en anteriores campeonatos, esas virtudes de nuestros jugadores son verdaderamente diferenciales en un juego abierto, en un baloncesto “a toda la pista”, donde la velocidad de jugadores como Ricky, Raül, Llull o Rudy consigue liberar a “finalizadores” como Navarro o Mumbrú. Porque si analizamos el rendimiento español veremos que nuestros pivots son realmente peligrosos corriendo mucho más rápido de que sus rivales por la calle central y hundiendo la defensa para permitir así el lucimiento de otro extraordinario “finalizador” como Garbajosa. Defender y correr ha sido y es una de las características que siempre ha identificado nuestro baloncesto y con el aumento del talento esas virtudes se han convertido en incontestables.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ganar antes de ganar, perder antes de perder

Muchos años de baloncesto me han servido para aprender seguramente poco pero al menos algo, lo suficiente; sólo existe la ley de la pista y lo demás son teorías muy analíticas, muy interesantes pero poco relacionadas con la realidad. El baloncesto, y mucho más el baloncesto actual, donde las diferencias de nivel entre unos y otros jugadores de élite son mínimas, no entiende de previsiones teóricas. Hay pocos jugadores diferenciales, en este mundial poquísimos, por lo que son las dinámicas de grupo, los estados de forma, las situaciones puntuales de cada presente, las que acaban por condicionar el resultado final de muchos partidos.

Tendemos a vaticinar lo que sucederá y caemos repetidamente en errores de cálculo. “Que si el Barcelona ganará 3-0 al Caja Laboral en la final ACB… Que si la Final Four está reservada para los dos españoles, Barça y Real Madrid y los dos griegos, Olimpiakos y Panathinaikos… Que si los americanos ganarán el Mundial…" Es divertido jugar a pitoniso siempre que se haga desde la broma porque hacerlo desde un teórico análisis serio puede llevarte al ridículo, puede definirte como poco conocedor de lo que sucede en el baloncesto de alto nivel. Porque ni Alemania tenía que ganar a Serbia, ni en consecuencia Australia a Alemania, ni Francia o Lituania a España. Porque bajo esos razonamientos Estados Unidos nunca debía haber estado a un pelo de perder con Brasil y sin embargo todos esos resultados no sólo son posibles, incluso son hasta probables. Ahí están, ¿no?

Tendemos a ganar antes de ganar e incluso perder antes de perder. Cometemos ese error antes de jugar e incluso durante el mismo partido – cuando ya se suele dar por ganado o perdido prematuramente - y el baloncesto nos enseña una y otra vez que sólo se tiene opción de ganar cualquier partido de un nivel equilibrado si se es capaz de “bajar el culo” los cuarenta minutos y todos y cada uno de los jugadores están mentalmente metidos desde el salto inicial hasta el último momento, entren o salgan de la pista, con rotaciones o sin ellas. Y todas esas exigencias son claves especialmente para la selección española porque cualquier rival que tenga delante sale hipermotivado por estar ante los campeones del Mundo, Plata Olímpica y campeones de Europa. A España todos los rivales tienen un especial deseo de ganarles y poca obligación, por lo tanto menos presión, para hacerlo.

Dicho todo eso y en el hipotético escenario de quedar terceros, las dificultades en los cruces serán las que toquen y nada previamente estará perdido de antemano de la misma manera que, habiendo quedado primeros, tampoco hubiese estado ganado. Porque si intentamos aprender de las experiencias vividas anteriormente sabremos que eso de los cruces suele convertirse en una incierta final donde si se compite bien se tiene siempre opción de victoria, sea el rival que sea, incluso Estados Unidos y, si por el contrario, se afronta desde una errónea mentalidad, se puede perder incluso frente a China.

lunes, 30 de agosto de 2010

Marca TV, un regalo para los aficionados

Felicidades y muchas gracias. La cobertura del Mundial vuelve a ser extraordinaria gracias a la Sexta y al nacimiento de Marca TV, un auténtico regalo para los muchos “enfermos de baloncesto” que somos capaces de disfrutar delante de cualquier partido, aunque no sea de nuestro equipo favorito. En estas fechas son muchas las plantillas de todas las edades y categorías que han empezado la pretemporada y sus entrenamientos coinciden muchas veces con los partidos del Mundial. Eso nos pasa a los que formamos parte de lo que denomino desde hace años como “baloncesto invisible”, que por cierto significa la inmensa mayoría de todo el que conforma el total del baloncesto español y también le sucede a los que pertencen a clubes más profesionalizados cuyos entrenadores y jugadores no tienen el privilegio de vivir el Mundial como protagonistas. Son muchos los jugadores y sus entrenadores que nos conectamos al llegar del entrenamiento y muchos también los jóvenes aficionados que no han empezado todavía las clases y que pueden “enchufarse” al baloncesto a cualquier hora del día. Muchos los miembros de la familia “enganchados” al baloncesto que pueden disfrutar de su pasión cuando el resto decide acostarse… Muchos los beneficiados de una cobertura mediática que favorece, por encima de todo y de todos, al baloncesto en general.

En nombre de todos los que podemos sintonizar Marca TV muchas gracias y felicidades porque el producto además es de enorme calidad tanto por las imágenes como por los comentarios. Un lujazo oír a especialistas dando sus opiniones que en algunos casos se convierten en clinics improvisados de enorme valor para quienes siempre quieren – queremos - aprender. Recomiendo especialmente oír las retrasmisiones de Messina y Djordjevic a través de la Sexta y Marca TV en los partidos que disputa Estados Unidos. Mientras el aficionado se recrea con acciones extraordinarias de los americanos puede además enriquecerse con comentarios técnicos de altísimo nivel. Un doble placer.

viernes, 20 de agosto de 2010

Siempre se impone el talento

Por muchas vueltas que le demos al final siempre acaban imponiéndose los mejores jugadores. Las selecciones españolas de baloncesto y también de fútbol han alcanzado la cima mundial, el reconocimiento unánime, de la mano de una serie de jugadores talentosos que, con la dirección adecuada, se han convertido en referentes internacionales. Curiosa circunstancia de que en ambos deportes esas selecciones se han proclamado campeonas con diferentes seleccionadores – todos ellos de alto nivel obviamente –.

Pero más allá de ese hecho objetivo existe un denominador común en el que debemos incidir. Las características de esos jugadores son, en todos los casos, la de buenos deportistas – chicos educados -, y en muchos, la de jugadores con capacidad para entender el juego. Con talento para finalizar pero además con calidad para “leer”, para interpretar las ventajas, las pausas. Hablo con muchos entrenadores de ligas profesionales y su principal preocupación con respecto a los jugadores que llegan desde la formación es la falta de “conocimiento del juego”.

Detectado uno de los posibles aspectos susceptibles de mejora en la formación creo que vale la pena incidir ahí además del buen trabajo técnico y físico que es obvio se hace desde los clubes y las federaciones. Para conseguir una mejor "lectura del baloncesto" y sobretodo un refuerzo en aspectos que luego resultarán fundamentales para dar el adecuado salto de junior a senior vale la pena que los entrenadores sean “integrales”. Es decir, que los entrenadores de formación se interesen - de manera real asistiendo a entrenamientos y hablando con entrenadores seniors -por lo que sucede en el baloncesto adulto y por lo que sus jugadores deben conocer de ese baloncesto. Y, por supuesto, que los entrenadores de seniors se impliquen en la formación de los chicos jóvenes de manera real -viendo cómo entrenan y cómo juegan-.

lunes, 9 de agosto de 2010

La máquina de los sueños

Formación de entrenadores a través del Curso Superior y los Masters. De jovencísimos jugadores desde la concentración de Collell. Crecimiento de talentos desde nuestras selecciones de formación. Espacio para el desarrollo de técnicos, jugadores y árbitros desde las Ligas Adecco y, presente en el día a día, continuas lecciones de baloncesto de una selección absoluta que se convierte en el referente de la excelencia.

La factoría FEB moviliza las áreas fundamentales para el crecimiento y difusión del baloncesto español. Abraza las diferentes realidades y potencia todos y cada uno de sus sectores. La atención mediática se centra lógicamente en “La Roja”, producto estrella de este espectacular escaparate, sin embargo es importante insistir – desde la web feb.es así se hace – en la importancia del trabajo de cientos de profesionales que trabajan para el baloncesto de manera discreta, casi anónima.

En verano resaltan nuestras selecciones – tres nuevas medallas en el momento de escribir este artículo – y los focos apuntan dos mundiales que servirán como espejo para miles de jugadores/as y entrenadores/as. Y, en paralelo a la culminación y preparación de esos campeonatos internacionales, los clubes de las Ligas Adecco van diseñando sus diversos y en algunos casos heroicos proyectos para conseguir que el baloncesto se viva también intensamente la próxima temporada en muchas localidades españolas. Vivimos un nuevo verano ilusionante por lo que ya ha sucedido, por lo que está sucediendo y por lo que, sin duda, sucederá. Que no pare la máquina de los sueños.

jueves, 22 de julio de 2010

Curso Superior y Master

"Donosti es una de las ciudades más bellas y Euskadi te impresiona con la fuerza de su paisaje. La cuota del agua es precisamente la que la convierte en incomparable"

Donosti, julio, tiempo nublado, muchas veces lluvioso. Para ser tan bello el País Vasco la cuota es el agua. Compensa. Nuevamente el baloncesto como elemento aglutinador de casi doscientos entrenadores entre alumnos del Curso, del Master, de la propia organización, de los profesores. Nuevamente el deporte como foco común para compartir, para debatir, para disfrutar de dos semanas de intenso proceso de aprendizaje a través de la transmisión de experiencias.

Es mi tercer Curso Superior – uno como alumno, dos dentro de la organización - y mi segundo Master y confirmo el hecho de que la inquietud e ilusión que provoca el baloncesto entre los aspirantes a entrenador superior y en el Master aquellos que ya lo son es suficientemente fuerte como seguir apostando sin reservas en todo aquello relacionado con tareas docentes. Porque seguramente muchos de alumnos que pasan por Donosti serán responsables del despertar o crecimiento deportivo de muchos jóvenes, de la progresión de tantos jugadores ahora desconocidos y quién sabe qué en el futuro.

Hacer es el Curso Superior es una experiencia que se guarda para siempre en uno de los rincones privilegiados de la memoria porque en pocos días la suma de sensaciones es brutal. Porque el Curso es duro desde todos los aspectos de esfuerzo personal, familiar, económico, mental, físico. Una carga importante que tiene como resultado final el vivir una experiencia única, con una gente que de pronto se convierte en tus amigos, en tu familia y con un paisaje baloncestístico fuerte e intenso que te hace sentirlo mucho más profundo.

Donosti es una de las ciudades más bellas y Euskadi te impresiona con la fuerza de su paisaje. La cuota del agua es precisamente la que la convierte en incomparable.

martes, 13 de julio de 2010

Los dos partidos

Santiago Álvarez Mon, profesor de IESE, en su conferencia en el Congreso Adecco celebrado recientemente en Madrid, habló de los “dos partidos” que los seres humanos jugamos en la vida. Uno, ante la capacidad de los adversarios, ante los factores externos, ante variables no siempre controlables en el ámbito profesional. Otro, el que jugamos dentro de nosotros mismos, el que sí depende de nuestro esfuerzo, de nuestra preparación, de nuestra responsabilidad para ser mejores. El entorno podrá valorar o no nuestro trabajo, podrán superarnos las circunstancias externas, podremos perder el partido que disputamos ante la vida pero hemos de intentar no perder jamás el que jugamos dentro de nosotros, el que sólo depende de nosotros.

Me centro en el deporte y compruebo como además de ganar muchas veces el partido exterior nuestros referentes en distintas especialidades suelen ganar siempre el interno. No traicionan el estilo propio, no fallan a sus compañeros y entrenadores en cuanto a esfuerzo, respeto, en cuanto a buena educación deportiva. Oía el otro día hablar al seleccionador de fútbol de la importancia de haber convivido cincuenta días de concentración sin ningún incidente, de la calidad humana de sus jugadores. Oía al profesor Álvarez hablar sobre la preparación mental y física de Rafa Nadal antes de afrontar las dificultades a las que le someterá el adversario. El baloncesto, en los últimos años, tiene bastantes referentes que ratifican la importancia de sumar valores humanos a los ya intrínsicos deportivos. Esos valores humanos es posible que no garanticen la victoria pero la ausencia de ellos sí garantiza el fracaso.

Y con todos esos ejemplos que asoman continuamente por nuestros principales escaparates no hay excusa para no entender la importancia de la formación adecuada de nuestros deportistas en sus años clave, es decir, cuando empiezan. Formemos buenas personas, fomentemos los valores y a partir de ahí y en paralelo formemos buenos deportistas. Me alegra mucho ver que quien triunfa en los últimos años responde a un perfil como Del Bosque, como Guardiola, como Nadal, como Gasol, como Casillas, como Iniesta… grandes en su especialidad y grandes en su calidad humana, en sus principios. Ellos aseguran la victoria en su partido interno y seguramente eso les da la fuerza añadida necesaria para superar cualquier obstáculo externo.

domingo, 4 de julio de 2010

Entrenadores que regalan baloncesto


Creo que los jugadores y entrenadores referentes así como los clubes importantes y las instituciones representativas de la élite deben adoptar la sana costumbre de regalar baloncesto

Hablo con Middleton, 44 años y en activo a máximo nivel, y me recuerda la importancia de entrenarse en verano. De aprovechar la calma estival para mejorar aspectos físicos o técnicos, o de conocimiento del juego y mientras lo escucho me acuerdo de entrenadores que en verano regalan baloncesto a aquellos jugadores interesados en mejorar. Desde hace un par años organizo conjuntamente con mi club el Campus Elitebaix y “abuso” de la buena relación que me une con algunos entrenadores para provocar que inviertan unas horas junto a una veintena de chavales con ganas de mejorar. El año pasado fueron Pedro Martínez, Chema Solsona, Mateo Rubio y Jordi Balaguer – estos dos últimos han repetido este año – y en la actual edición han venido a Castelldefels Jaume Ponsarnau y Borja Comenge. Los jugadores han agradecido muchísimo los consejos, los entrenamientos de estos técnicos y varios entrenadores del club se han beneficiado de sus conocimientos viéndolos dirigir la sesión. En Can Vinader, pabellón del CB Castelldefels, se ha vuelto a crear esa sensación de transmisión de experiencias, de generosidad tanto en el que regala como en el que recibe. Porque los jugadores se han entregado pero es que los entrenadores también creándose una relación fabulosa entre unos y otros y saliendo, como máximo beneficiario, el baloncesto.

Me consta que en muchos lugares se organizan iniciativas privadas de este tipo. Que son bastantes las personas o los clubes que, como nosotros, arrastran a entrenadores de nivel a dirigir sesiones de jugadores de un nivel más discreto quizás pero de una vocación tan alta como el que más. Y quiero felicitar, más que agradecer, a estos entrenadores por su inteligencia, por su calidad profesional y humana, por su humildad, por su generosidad. Sí felicitar más que agradecer porque esas virtudes son un privilegio para ellos y en consecuencia para el baloncesto.

Creo que los jugadores y entrenadores referentes así como los clubes importantes y las instituciones representativas de la élite deben adoptar la sana costumbre de regalar baloncesto. Sí, sí, hablo de regalar, de dar todo, como he visto a hacer a los entrenadores antes mencionados – Ponsarnau y Comenge hicieron casi doscientos quilómetros para realizar un entrenamiento – a cambio de nada… bueno, de nada no, a cambio de la expresión de satisfacción de unos cuantos chavales con ganas de mejorar. El baloncesto siempre se ha caracterizado por la generosidad y, como siempre me recuerda Pedro Martínez, los entrenadores no se guardan nada y les gusta compartir conocimientos. Que siga siendo así y que los que consiguen el premio de llegar arriba sean todavía más generosos y transmitan ese ejemplo transmitiendo sus experiencias. Gracias a los mencionados y a todos los que este verano y durante toda la temporada actúan de manera similar. La transmisión de experiencias y fusión entre el baloncesto conocido junto al “invisible” beneficia enormemente a nuestro deporte.

jueves, 1 de julio de 2010

La fiebre del Oro


Lista de espera para entrar en la Adecco Oro, una competición reconocida como una de las mejores de Europa y que ha demostrado reunir los alicientes necesarios y posibilidades asumibles de la mayoría de los clubes profesionales.

Muchos son los que quieren ingresar la próxima temporada en una Adecco Oro que cada campaña se supera, tanto en nivel de juego, en expectación y, sobretodo, en emoción. La Adecco Oro permite jugar para ganar, ilusionar a unas aficiones que esta temporada han llenado pabellones, han conseguido disfrutar del sueño de sentirse campeón, de vivir la intensidad del baloncesto de máximo nivel en su ciudad.

La fusión de dos clubes canarios como son Ciudad de La Laguna y Tenerife deja una vacante en esta liga de dieciocho equipos y para ocuparla se multiplican solicitudes procedentes de diferentes puntos de las geografía española en la clara muestra de que, pese a las dificultades económicas por las que puede atravesar el deporte, por los diferentes recortes presupuestarios de instituciones y empresas privadas, la Adecco Oro sigue siendo considerada como una competición que engloba el binomio solvencia e ilusión. Proyectos la mayoría sólidos que permiten cuadrar presupuestos y afrontar nuevos con garantías. Proyectos además ilusionantes que permiten disfrutar de un baloncesto cada año de más nivel y por lo tanto muy cercano ya al que se vive un poco más arriba.

Record de aficionados en los Playoff

Mas allá del record europeo de aficionados que lo ostenta el CAI de Zaragoza con presencia de una media de más de ocho mil espectadores en sus partidos en el Príncipe Felipe, la Adecco Oro ha ofrecido unas cifras espectaculares de asistencia en las diferentes series. Desde IB3, que retransmitió los cinco partidos de la serie final entre ViveMenorca y Ford Burgos han mostrado su satisfacción por unas audiencias que llegaron a ser del 13%. Llenos históricos en pabellones como el propio de Menorca, en Burgos, en Cáceres, en La Laguna, en Melilla con ambiente de implicación de las ciudades, grandes beneficiarias de la ilusión del baloncesto de alto nivel y a la vez los proyectos basados en la sensatez.

Y como consecuencia y como no puede ser de otra manera, valoración claramente positiva de lo que ha sido la temporada, de lo que puede seguir significando esta competición para el futuro, del espacio fundamental que crea para clubes que ven asumible tener baloncesto de alto nivel sin quedar endeudados de por vida. Una Adecco Oro que crece fuerte, consistente, estable y en la que muchos se sienten afortunados de estar.

viernes, 18 de junio de 2010

Pau o el triunfo de la inteligencia

Hace años que estoy convencido que la educación – la buena educación – va directamente ligada a la inteligencia. Cuanto mayor coeficiente mayor sentido común, mejor comportamiento y, sobretodo, mayor capacidad para afrontar nuevos retos. Recuerdo hace casi una década que pensé que las posibilidades de que Gasol triunfara en la NBA eran mayores no sólo por su proyección como jugador sino por su inteligencia como persona. Me alegra muchísimo no haberme equivocado. A lo largo de estos años he coincidido con muchos entrenadores que afirmaban que los jugadores educados e inteligentes – dos virtudes, como digo, generalmente unidas – solían acabar rindiendo más y mejor que los que tenían el comportamiento opuesto.

La vida deportiva de Pau Gasol es un claro ejemplo de capacidad para afrontar nuevas dificultades con una mentalidad fabulosa. Podríamos identificarle a Rafa Nadal y veríamos como en ambos casos hay mucha y buena educación, mucha capacidad para trabajar y, sobretodo, para competir. Ese conjunto de virtudes que se añaden a las específicas de su deporte, les permite aceptar de buen grado y con excelente talante la dureza de los entrenamientos, la compañía de otros deportistas – compañeros o rivales - y, por encima de todo, la capacidad para valorar que están viviendo los mejores momentos de su vida. Que son unos privilegiados y a la vez un referente para miles, millones de jóvenes.

El triunfo de Gasol es el triunfo de todos los que amamos el baloncesto. Sus lágrimas de emoción salen de la capacidad para dimensionar la importancia de ser quien es, de conseguir lo que muy pocos baloncestistas han logrado en la historia. Pau sigue creciendo y con los años se convierte en cada vez mejor jugador y mejor individuo. Cada vez un grado más de inteligencia, de sensibilidad y esa progresión deportiva y humana parte de la base de una formación integral adecuada. Felicidades a él y a los que contribuyeron a su formación como persona y como deportista.

Pau Gasol o el triunfo de la inteligencia

Hace años que estoy convencido que la ecuación – la buena educación – va directamente ligada a la inteligencia. Cuanto mayor coeficiente mayor sentido común, mejor comportamiento y, sobretodo, mayor capacidad para afrontar nuevos retos. Recuerdo hace casi una década que pensé que las posibilidades de que Gasol triunfara en la NBA eran mayores no sólo por su proyección como jugador sino por su inteligencia como persona. Me alegro muchísimo no haberme equivocado. A lo largo de estos años he coincidido con muchos entrenadores que afirmaban que los jugadores educados e inteligentes – dos virtudes, como digo, generalmente unidas – solían acabar rindiendo más y mejor que los que tenían el comportamiento opuesto.

La vida deportiva de Pau Gasol es un claro ejemplo de capacidad para afrontar nuevas dificultades con una mentalidad fabulosa. Podríamos identificarle a Rafa Nadal y veríamos como en ambos casos hay mucha y buena educación, mucha capacidad para trabajar y, sobretodo, para competir. Ese conjunto de virtudes que se añaden a las específicas de su deporte, les permite aceptar de buen grado y con excelente talante la dureza de los entrenamientos, la compañía de otros deportistas – compañeros o rivales - y, por encima de todo, la capacidad para valorar que están viviendo los mejores momentos de su vida. Que son unos privilegiados y a la vez un referente para miles, millones de jóvenes.

El triunfo de Gasol es el triunfo de todos los que amamos el baloncesto. Sus lágrimas de emoción salen de la capacidad para dimensionar la importancia de ser quien es, de conseguir lo que muy pocos baloncestistas han logrado en la historia. Pau sigue creciendo y con los años se convierte en cada vez mejor jugador y mejor individuo. Cada vez un grado más de inteligencia, de sensibilidad y esa progresión deportiva y humana parte de la base de una formación integral adecuada. Felicidades a él y a los que contribuyeron a su formación como persona y como deportista.

miércoles, 16 de junio de 2010

Ganar después de ganar

En el deporte actual, con todos los componentes técnicos, tácticos y físicos, que lo mejoran y lo igualan, el intangible basado en el deseo se convierte en uno de los factores diferenciales.


Nuevamente la “ley de pista”. En apenas unas horas dos claros ejemplos de que el deporte entiende cada vez menos de teorías, de pronósticos, de previsiones basadas más en lo que pasó que en lo que puede pasar. Incluso los expertos caen en las trampas de un deporte que, cuando empieza en partido, reduce las diferencias entre los contrincantes igualándolo desde argumentos basados en la estrategia, en la capacidad física, en el deseo, el hambre…

Los entrenadores son el colectivo que más consciente es de la progresiva igualdad de fuerzas. Los que mejor entienden la influencia de los pequeños detalles y de esos matices que pueden decantar la balanza “sorprendentemente”. Quizás por eso se sienten más solos que nunca, más incomprendidos que nunca. Porque por mucho que se empeñen en avisar de los peligros del exceso de confianza, por mucho que recuerden insistentemente la dificultad de cualquier rival, saben que ese discurso difícilmente será tomado en cuenta ni por sus jugadores ni, por supuesto, por el entorno.

Por eso, rentabilizar las derrotas suele ser la mejor de las inversiones. Por mucho que se insista en el mensaje no hay argumento más contundente que el marcador final. Esa “sorpresa” que de pronto hace volver a la tierra a todos, tomar conciencia de las limitaciones y afrontar el futuro con muchas dosis de humildad, de hambre, de deseo… Una derrota sirve más que mil palabras.

Entiendo perfectamente cuando Pep Guardiola daba un enorme valor a la capacidad de sus jugadores de “seguir teniendo hambre de victorias” tras seis títulos conseguidos. Sabía el actual entrenador – antes jugador – de esa casi inconsciente trampa que atrapa a los jugadores tras la obtención de algún éxito y que les impide afrontar el siguiente reto con la ambición necesaria. En el deporte actual, con todos los componentes técnicos, tácticos, físicos, que lo mejoran y lo igualan, el intangible basado en el deseo se convierte en uno de los factores diferenciales.

miércoles, 2 de junio de 2010

"Hacer club"

Durante el II Congreso Adecco tuve el privilegio de moderar un interesante debate entre gente del baloncesto. Ahí estaban Fernando Romay, Mario Pesquera, Javier Imbroda, Elisa Aguilar, Rafa Monclova, Felipe Llamazares y, desde la distancia, José Manuel Calderón debatiendo sobre los valores del baloncesto tanto desde el ámbito exclusivamente deportivo en lo referente a jugadores, entrenadores y árbitros como incluso desde el organizativo, dedicado a los responsables de los clubes.

Mucha experiencia, mucho baloncesto representado por figuras de nuestro deporte que han vivido y en algunos casos siguen viviendo, diferentes realidades. De entre las muchas frases interesantes que se pronunciaron durante las casi dos horas de intenso debate me quedo con la que propuso Fernando Romay y a la que quiero dedicar un apartado especial. “Más que equipos, se debe trabajar para “hacer clubes”.

La vida pasa deprisa y la relatividad del tiempo hace que lo que hoy es trascendente el futuro lo convierte en anecdótico. Por lo tanto no acabo de entender las prisas provenientes de profesionales veteranos, las “urgencias históricas” que diría aquel, con las que se mueven algunos clubes deseosos de solucionar de inmediato lo que el deporte obliga a requerir un tiempo. Más, o además, que “hacer equipos” los clubes tienen la necesidad de crear proyectos que estén por encima incluso de las personas que los lideran. Los clubes tienen que crecer desde las diferentes áreas de acuerdo con sus posibilidades sin que el no llegar a la cima de inmediato provoque frustraciones.

Se habló en ese debate de la necesidad de implicar a la ciudad, al aficionado, en el proyecto del club. De buscar una identificación entre equipo y población, de conseguir que los jóvenes de esos lugares, sean del propio club o de la población, se ilusionen con la posibilidad de algún día llegar a ser los protagonistas de los sueños de ese club. Hay que conseguir combinar ambición con realidad. Hay que seguir creyendo en la utopía pero desde los proyectos basados en los valores del trabajo desde la base, del esfuerzo de todos – directivos, entrenadores, directores deportivos - por ser mejores, de la superación individual y colectiva. Todos esos valores del baloncesto y del deporte proporcionarán más estabilidad a los clubes y a la postre más éxito que aquellos proyectos exclusivamente impulsados por el dinero.

martes, 25 de mayo de 2010

Los valores de las Ligas Adecco

El triunfo de los proyectos deportivos, el desarrollo del ingenio para crecer desde la modestia, el impulso que da la ilusión, ese intangible decisivo para acometer retos que pueden parecer imposibles.


Llegan las finales de unas competiciones con formatos diseñados desde la búsqueda de la justicia deportiva – el mejor de la fase regular obtiene la recompensa del ascenso directo – y de la emoción que ofrecen unos playoff siempre inciertos, siempre repletos de ilusión, drama y espectáculo. El baloncesto se ha vivido y sigue viviéndose con una intensidad insuperable en estas ligas fundamentales para el desarrollo profesional y deportivo de cientos de jugadores, de decenas de entrenadores con sus respectivos equipos técnicos, de periodistas especializados que cubren la información desde los medios locales. Las Ligas Adecco han encontrado el respaldo de miles de aficionados que, repartidos en 39 equipos, también han disfrutado de su espacio para implicarse en la emoción del baloncesto.

Se acerca la hora del balance, de las cuentas de resultados, de la comprobación de si lo que se planeó se ha cumplido. Y claro, en ese análisis aparecerán ejemplos para todos los gustos y colores pero, en general, la apreciación de ambas competiciones, Oro y Plata, cada una con sus realidades, con sus diferencias, es que los objetivos deportivos se han cumplido sobradamente. Que muchos jugadores, jóvenes y veteranos – que también éstos tienen derecho a seguir aportando experiencia a nuestro deporte – han encontrado su lugar, lo mismo que entrenadores noveles y consagrados, lo mismo que clubes que irrumpen desde categorías autonómicas hasta los que arrastran trayectorias brillantes entre la élite. Porque el baloncesto es de todos y por lo tanto debe llegar a todos.

Las Ligas Adecco poseen la fuerza de la ilusión de muchos por vivir momentos especiales que tantas veces parecen reservados a unos pocos. Las Ligas Adecco abrazan sueños que provocan reacciones emocionantes como las protagonizadas por las aficiones de La Laguna y Melilla recibiendo como campeones a sus equipos, eliminados en semifinales de los playoff de Oro. El baloncesto en estado puro, el triunfo de los proyectos deportivos, el desarrollo del ingenio para crecer desde la modestia, el impulso que da la ilusión, ese intangible decisivo para acometer retos que pueden parecer imposibles. Todos esos valores representan las Ligas Adecco para nuestro deporte.

jueves, 13 de mayo de 2010

El Mundial ya ha empezado

Van volviendo de Estados Unidos y todos hablan del Mundial, de su participación con la Selección. Calderón, Marc, Rudy… declaran su ilusión por volver a hacer algo grande, su deseo de competir por una causa por la que se sienten absolutamente implicados. Desde aquí vemos como la pareja Navarro – Ricky diseñan un baloncesto de lujo, imparable en Europa. Desde aquí vemos como jugadores fundamentales en la Selección alimentan deseos de disfrutar con el baloncesto, con lo que significa un grupo, un proyecto. Tengo la sensación de que justo cuando las principales competiciones van llegando a su desenlace el Mundial va tomando forma, el reto que pone de acuerdo a todos los aficionados empieza latir, despacio pero constante…

Ojala esté con la Selección Pau Gasol pero más allá de que nuestro mejor jugador de todos los tiempos vuelva a implicarse con el objetivo de ser los mejores del mundo creo que la fuerza de la Selección radica en la suma de calidad e ilusión. Imposible obtener éxitos con sólo una de esas dos virtudes. Los clubes, sus Presidentes, Directores Deportivos, y otros cargos de responsabilidad a la hora de diseñar proyectos deben entender que sólo con grandes jugadores no se consigue el objetivo. Que sin el componente de implicación, de deseo, de amistad, los equipos difícilmente acaban triunfando.

Últimamente he visto ganar al Barcelona y he visto como sus jugadores se alegraban de una manera especial y mientras los oía y observaba me acordaba de las sensaciones que transmite la Selección en los últimos años. Mucha calidad en el Barça, mucho trabajo y muy buen rollo entre todos. Ni un solo cambio en toda la temporada, un bloque que se aprecia, que se ayuda. De cara al futuro, pocas variaciones en su plantilla, las necesarias pero siempre entendiendo que lo que se construye es un equipo. ¿Qué tiene que ver esto con el Mundial? Para mi, todo. Es un modelo, es un método que desde hace unos cuantos años ya funciona con enormes resultados en la Selección.

lunes, 3 de mayo de 2010

Vender baloncesto desde las Ligas Adecco

Me cuentan del extraordinario ambiente con el que se están viviendo los Playoff de ascenso y descenso de las ligas Adecco. En general, pabellones repletos de aficionados, atención máxima de los medios de comunicación locales, autonómicos, implicación absoluta de las diferentes poblaciones en el objetivo de sus equipos…

Sentirse ganador, sentirse protagonista de un éxito o, en el polo opuesto, pelear hasta e último aliento por evitar la triste sensación de un descenso. Y para ello y además de la profesionalidad de sus deportistas, algo fundamental: el trabajo del club, de sus dirigentes, de las figuras concretas de los responsables de comunicación, en ocasiones profesionales expertos, en otras jóvenes iniciados en el periodismo que a cambio de casi nada dan casi todo. Siempre, elementos esenciales para “vender” baloncesto, para implicar al entorno. Gente de enorme valor cuando se generaliza sobre nuestro deporte. Porque más allá de las promociones globales es el boca oreja, es el insistir desde la modestia, el llegar hasta cualquier rincón lo que hace que el baloncesto crezca.

Y luego y factor clave, sobre la pista, el espectáculo no defrauda. Porque el nivel de juego, el grado de emoción, la incertidumbre con la que se están viviendo cada uno de los partidos responde a un proyecto deportivo ambicioso y a la vez asumible por sus protagonistas. El baloncesto llega a muchos lugares y se promociona entre miles de aficionados a través de la Ligas Adecco. De ahí el enorme valor de estas competiciones de Oro y Plata.

miércoles, 21 de abril de 2010

José Luis Abós


“La vida del entrenador es comparable a una carrera de fondo. Hay momentos en las que las dificultades, el cansancio, la desmoralización pueden invitar al abandono y, sin embargo, debes seguir corriendo, aguantando hasta el final, hasta sentir la satisfacción de haber cruzado la meta…” (José Luis Abós)


Recuerdo hace dos temporadas cuando hablaba a menudo con José Luis Abós, entonces entrenador del Inca y me confesaba su gestión de los resultados adversos. Recuerdo una racha negativa de varios partidos y él, siempre en un tono calmado, me decía: “trabajo, constancia y tranquilidad. No hay otra receta cuando hay resultados adversos Miguel”. El año pasado fue el más duro y la tranquilidad y la constancia la llevó a cabo José Luis en el peor trance por el que pasan los entrenadores: estar sin trabajo. Ahí aplicó la filosofía de los que como él son aficionados a las maratones o medias maratones para ser más exacto. “Durante esas carreras pasas por momentos muy duros y más de una vez, allá por el quilómetro dieciséis tienes tentaciones de abandonar, de dejarlo todo. Pero sigues y llegas a la meta…” El tono de Abós el año pasado era igual de tranquilo, las reflexiones eran serenas y adecuadas esperando una llamada que no llegaba.

Hace unos días, con el ascenso conseguido, hablé con él y le pedí ese “decálogo” que adjunto en este post y que creo que tiene un gran valor para los entrenadores que lo lean. Y lo tiene porque proviene de uno de los nuestros, de un técnico que ha sabido sufrir, esperar, trabajar en silencio para aprovechar la mejor oportunidad de la que ha dispuesto y demostrar su calidad. El tono de Abós cuando he hablado con él era el mismo que hace dos años y que la pasada temporada. Incluso cuando me hablaba del reto de entrenar en ACB y de la gran oportunidad que se le presenta. Es un entrenador que merece la pena tanto por su capacidad profesional como por su calidad humana. Un acierto el del CAI de incorporar en su momento a un hombre de la tierra para su nuevo proyecto del ascenso y un acierto apostar por él para el de sobrevivir en las futuras dificultades. Ahí, la experiencia del corredor de fondo le servirá tanto como le ha servido esta temporada.

jueves, 15 de abril de 2010

Los entrenadores y la prensa


Los entrenadores profesionales deben tener hoy la capacidad para entender la importancia de utilizar a los medios de comunicación como un altavoz más para emitir en cada momento los mensajes convenientes. La prensa se convierte en una herramienta trascendental en la comunicación del entrenador tanto con la afición, con el club e incluso con sus propios jugadores. Pep Guardiola, por ejemplo, está dando cada semana un par de clases maestras de qué decir en cada momento para que ese mensaje llegue a sus jugadores, a su público y también a sus rivales. ¿Improvisa?, en absoluto. Su discurso ante la prensa forma parte de su trabajo como entrenador profesional.

Esa lección procedente de la élite absoluta es aplicable perfectamente al entorno del baloncesto en ACB, Adecco Oro y Plata donde la prensa local tiene una importancia capital a la hora de crear opinión entre las aficiones, los directivos y por supuesto los jugadores. Es importante “dar el titular” y para ello es importante incluso preparar con antelación el discurso adecuado. La figura de los responsables de comunicación en los clubes, profesionales conocedores de las necesidades y actitudes de los medios, deben ayudar al entrenador que no acaba de entender la repercusión que pueden tener unas palabras desafortunadas en un momento inoportuno. No es lo mismo una entrevista de radio o televisión que en un medio escrito. Y no es lo mismo un reportaje de dos páginas que una rueda de prensa. El entrenador debe saber a quién habla y tener la capacidad de dar él el “titular” de la entrevista. Si no tiene esa capacidad, debe estar bien asesorado o instruido.

Esta, guste o no, es una realidad con la que el entrenador actual debe convivir. De la misma manera que el nuevo técnico profesional debe conocer el funcionamiento de otras ciencias asociadas al baloncesto, debe, entre otras cosas, mejorar sus conocimientos de inglés o de informática, también debe ser capaz de tener nociones de psicología de la comunicación porque así sabrá llegar de manera indirecta pero efectiva a sus propios jugadores y al entorno del equipo. La habilidad de saber decir lo adecuado al equipo, a los árbitros durante un partido o al directivo de turno, debe tener en el entrenador continuidad a la hora de ponerse delante de un micrófono o una grabadora ante un periodista.

Pondré un par de ejemplos que me han llamado la atención últimamente. Leí hace unas semanas un titular en boca de un entrenador de una de las ligas de baloncesto españolas que decía: “El objetivo del equipo esta temporada prácticamente se ha cumplido”. Desde entonces a hoy el equipo entró en una racha de resultados negativos que provocan que, contra pronóstico, se estén jugando la permanencia. También leí hace poco otro titular de un entrenador de fútbol que rezaba: “El equipo ya está sano”, refiriéndose a esa simbólica enfermedad que misteriosamente afectaba en los resultados. Tras ese titular, dos derrotas consecutivas. Hay muchas más e incluso algunas que han costado la cabeza del entrenador – “mi equipo no puede competir…”
Cualquier frase sacada de contexto – por cierto algo habitual en la prensa porque un titular ha de ser corto y llamativo – puede convertirse en un mensaje inadecuado y por lo tanto altamente perjudicial de la misma manera que una buena frase puede ser un factor motivante más o de refuerzo del propio entrenador.


viernes, 9 de abril de 2010

Evaristo Pérez, Ricard Casas y Luis Guil

La calidad y la experiencia al servicio de la juventud
Cuando leo las primeras declaraciones de Evaristo Pérez, exseleccionador nacional femenino, ahora seleccionador U16, confesando su ilusión y orgullo por seguir formando parte del proceso de aprendizaje de nuestras mejores jugadoras uno esas palabras a las de Luis Guil y Ricard Casas, dos ACBs ahora en selecciones de formación. Entrenadores de alto nivel con jugadores y jugadoras que van camino del baloncesto élite. Red de Experiencias, cadena de conocimientos, transmisión de valores y cualidades fundamentales en los procesos formativos de los/las jugadores/as.

Es un lujo para nuestro baloncesto que entrenadores que han llegado a la élite se ilusionen también aceptando retos menos mediáticos pero tan o más importantes. Porque, que nadie se equivoque. Los tres mencionados andan ilusionados y motivados como cualquier entrenador novel que le ponen delante el primer desafío de su vida. Quien dude de eso es porque o no los conoce o no ha hablado con ellos. Claro que todo entrenador quiere el contrato de su vida en el mejor equipo posible pero los entrenadores de verdad, los que sienten el baloncesto desde lo más profundo, no distinguen edades ni categorías. Son ENTRENADORES de baloncesto.

Y ese ejemplo me sirve para insistir en la necesidad que tiene nuestro baloncesto, sobretodo el invisible, de que entrenadores expertos se impliquen en sus clubes en la formación, en el trabajo tanto con los entrenadores principiantes como los jugadores que aspiran a ser seniors algún día. Conocer la élite y trabajar la base da una perspectiva privilegiada a la hora de aconsejar. Conocer el baloncesto adulto y poder acceder al de formación permite incidir en aquellos aspectos que necesitarán en el futuro esos jugadores y jugadoras.

martes, 6 de abril de 2010

Desde los minis a la élite

Tuve la suerte de viajar, aunque fuera por unas horas, a San Fernando y disfrutar de algunos partidos del Campeonato de España de minibasket. Sencillamente fabuloso, incomparable. Para los que nos gusta el baloncesto en sus orígenes, para los que hemos vivido este deporte – y en algunos casos seguimos viviendo - desde los patios de los colegios, un partido de minibasket “equilibrado” se convierte en un maravilloso placer para la vista. Desde mi punto de vista el nivel de esos niños y niñas protagonistas del campeonato, representantes de sus generaciones, tanto en proyección física como técnica, es altísimo y mucho más si tenemos en cuenta la enorme cantidad de futuros talentos que no estaban presentes en el campeonato.

Mientras estaba en San Fernando hablé con Luis Guil y Ricard Casas, dos entrenadores ACB “rescatados” para dirigir las selecciones U16 y U18 y los dos coincidieron en transmitirme optimismo e ilusión máxima en sus nuevos retos de entrenar selecciones jóvenes. De reencontrarse con el baloncesto de formación pudiendo transmitir a esos futuros talentos las necesidades con las que se encontrarán cuando deban dar el paso hacia la élite. Guil y Casas son dos tipos con sensibilidad e inteligencia necesaria para convertir esa nueva experiencia en algo muy importante en sus respectivas trayectorias deportivas.

En paralelo al campeonato mini y la irrupción de selecciones de formación la Federación presentaba nuevas herramientas formativas – DVDs y Libros de gran nivel didáctico – en esa obsesión permanente por formar nuevos y mejores entrenadores. Cuando llegué a casa presencié los dos partidos de Playoff de Euroliga con la sociedad Navarro&Ricky maravillando, con Vázquez demostrando ser uno de los mejores pivots de Europa, con Llull confirmado definitivamente como una estrella, con Felipe Reyes siguiendo siendo el fajador imprescindible en cualquier proyecto…

Sigo convencido de que el baloncesto, desde sus clubes, necesita que esa vocación por darle la máxima importancia a TODO el baloncesto, desde la iniciación hasta la élite pasando por las diferentes etapas formativas y, sobretodo, poniendo especial énfasis en la mejor preparación de sus entrenadores. El baloncesto necesita de más personas capaces de tener esa visión transversal, de abrazar con la misma ilusión, todas y cada una de sus realidades. De levantar la vista y contemplar el panorama con la generosidad de inteligencia necesaria.

martes, 16 de marzo de 2010

Baloncesto en la iniciación (Nivel 0)



Un libro imprescindible (2)

“Debemos aprovechar que estamos en la primera edad de oro del aprendizaje para trabajar los fundamentos, yendo de la globalidad al detalle del gesto” (Método FEB)


Todo entrenador de formación debe ser muy consciente de la responsabilidad que tiene ante él. Está formando a niños y niñas que descubren el baloncesto y todos los diferentes estímulos que provoca un deporte con el que, si esos primeros años son satisfactorios, convivirá durante toda su vida.

El libro publicado por la Federación Española “Baloncesto en la iniciación” aporta una información imprescindible para el posterior desarrollo de la labor de entrenador. Unos conceptos básicos de obligado conocimiento a la hora de ponerse delante de doce niños y niñas. Respecto al minibasket el libro ofrece las claves en los aspectos técnico-tácticos, físicos, psicológicos y de vida saludable.

“Sentirse competentes en el juego le hará engancharse al baloncesto” porque a mayor dominio y conocimiento de cualquier actividad que aprendamos de pequeños, mayor ilusión para seguir practicándola. Por esa razón la importancia de los primeros formadores capaces de enseñar al niño los aspectos fundamentales del juego resulta determinante en el posterior desarrollo del jugador.

En este libro se instruye a los entrenadores a “conocer a los niños como personas y como deportistas de iniciación”. “A entender su comportamiento y cómo éste afecta a la forma de entender el juego”. “A descubrir la importancia del deporte en la infancia y a sus influencias sociales”.

sábado, 6 de marzo de 2010

Más de 100.000 razones para mejorar

"De esos más de cien mil principiantes en baloncesto, muchos lo dejarán por el camino pero si lo hacen que no sea por hastío, que no sea culpa de malos educadores, de malos entrenadores, de clubes insensibles con los equipos de formación, de Directores Deportivos irresponsables con su cargo" (por cierto insisto: es incompatible ser a la vez director deportivo y entrenador de un equipo)

Son más de cien mil niños y niñas entre ocho y doce años que, repartidos por las diferentes autonomías, practican Minibasket en España. Son, por lo tanto, más de cien mil razones para que los entrenadores encargados de transmitir las primeras experiencias y conocimientos tengan las nociones necesarias para que estos jovencísimos practicantes aprendan y, por encima de todo, se ilusionen con el baloncesto.

En las últimas semanas ando recogiendo opiniones de diferentes expertos en Minibasket con el deseo de que esas experiencias se conviertan en valiosa información para los jóvenes aspirantes a entrenador que de pronto y sin la preparación necesaria se encuentran ante un grupo de doce niños o niñas tan ilusionados como desorientados.

Por favor, fomentemos entre todos, dentro de los clubes, desde todas las federaciones y asociaciones, la curiosidad y la ambición por mejorar de los entrenadores. No hay nada peor en un club que la falta de comunicación entre sus entrenadores, entre los que llevan años ejerciendo esas tareas y los que irrumpen con ideas nuevas. La experiencia y la innovación son activos de enorme valor para mejorar los procesos formativos así que, entre todos, seamos inteligentes para aprender de lo que fue y de lo podría ser.

De esos más de cien principiantes en baloncesto, muchos lo dejarán por el camino pero si lo hacen que no sea por hastío, que no sea culpa de malos educadores, de malos entrenadores, de clubes insensibles con los equipos de formación, de Directores Deportivos irresponsables con su cargo. Un jugador puede dejar de jugar por mil razones pero ninguna de ellas puede provocarle dejar de disfrutar con el baloncesto. Estamos formando “gente de baloncesto” porque esas primeras edades son fundamentales para descubrir una ilusión que, como nos ha sucedido a muchos, nos acompañará luego el resto de nuestras vidas.

No existen excusas para no hacer las cosas bien en los clubes. Hago esta afirmación con conocimiento de causa porque a lo largo de muchos años he vivido desde dentro la realidad de clubes modestos, sin recursos económicos. La diferencia entre unos y otros ha sido la sensibilidad con el baloncesto de sus responsables deportivos. Sensibilidad a la hora de elegir entrenadores, de profundizar sobre procesos formativos, de prestar máxima importancia a la enseñanza de los más jóvenes. Unos clubes tienen gente así y otros, por desgracia, no. Los que sí apuestan por una formación adecuada, de sus jugadores y de sus entrenadores. Los que andan inquietos por fomentar el aprendizaje de los educadores, los que le dan prioridad a los equipos de base, hacen un enorme favor al baloncesto, tanto como el daño que hacen aquellos que se despreocupan.

Entre todos tenemos la responsabilidad de fomentar buenos métodos de trabajo en los primeros formadores. Entre todos debemos apostar porque esos más de cien mil jovencísimos futuros jugadores y jugadoras se enamoren de nuestro deporte.

lunes, 1 de marzo de 2010

Guárdenme un trocito

He recibido en mi correo un e-mail de la web basketconfidencial de Paco Rengel en el aparece la que en su momento consideré un maravilloso texto de baloncesto y que, siendo yo muy joven y todavía alejado del periodismo, me hizo entender que el baloncesto y la sensibilidad pueden - deben - ir de la mano. La escribía Martín Tello, un periodista que habitualmente hacía de las crónicas preciosos ensayos literarios.
El destino y la suerte hizo que años después trabajara para y con Martín Tello durante mis primeros años como periodista como corresponsal de As y a partir de ahí ya en Gigantes pasara unos maravillosos años a "sus órdenes" en la Selección Española de Periodistas del cual él era el Seleccionador y yo un aspirante a alero anotador.
Al releerlo no he podido evitar un ataque de nostalgia y he querido colarlo en mi blog para conservarlo en lugar seguro y a la vez compartirlo con todos.


Guárdenme un trocito

"Al cabo de veinte años sucumbió el tablero en el Pabellón. Por favor, guárdenme un trocito. Ese cristal ha visto el mejor baloncesto que ha pasado por Europa. Bajo su frente translúcida han triunfado, fracasado, gozado y sufrido las máximas estrellas que ha dado el deporte de la canasta en varias generaciones. En ese cristal se han reflejado los rostros anhelantes de jugadores a los que admiré, muchos de los cuales son ahora mis amigos. Es un símbolo que el vidrio haya muerto a manos de un genio como Arvidas Sabonis, llamado a marcar una época en la historia del baloncesto. Tras ver en acción a un equipo como el que tiene la URSS, y a un portento como Sabonis, el cristal consideró que lo había visto todo. Esperó tranquilamente la aproximación del nuevo rey del baloncesto y se rindió a su poder. Tuvo, eso sí, la delicadeza de controlar su estallido final. El vidrio encaneció por completo, pero ni un solo fragmento de su liso cuerpo cayó sobre el jugador. Una muerte a la vez dulce y espectacular. Hasta siempre, amigo".

Martín Tello

Nota:
En un Torneo de Navidad, Arvidas Sabonis rompió el tablero del Pabellón. En el Madrid jugaban Jackson, Corbalán, Robinson, Fernando Martín, Biriukov, Del Corral… En la selección de la URSS Valters, Tkachenko, Kurtinaitis, lovaisha, Sabonis, Enden, Tarakanov, Homicius y Belostenny. Ganó el equipo soviético, pero, poco antes del final del partido, Sabonis rompió el tablero. Los árbitros dieron por concluido el partido y el público no rechistó tras el gran espectáculo que vio.

http://www.basketconfidencial.com/?articulo/1081

jueves, 18 de febrero de 2010

La importancia del Curso Superior

Dicen la que memoria, siempre selectiva, suele idealizar los buenos recuerdos excluyendo los malos. Es posible. Pero sinceramente creo que el Curso Superior es de las pocas experiencias que consigue mantener una sensación de emoción y satisfacción antes, durante, inmediatamente después y a lo largo de muchos años, de toda la vida. Porque cuando hablo con futuros alumnos, percibo ilusión por lo que vivirán, y cuando estuve el año pasado con los alumnos presentes en San Sebastián las buenas vibraciones eran unánimes, y cuando estos días hablo con exalumnos del 2009, no conocidos la mayoría y famosos algunos como Tabak o Manolo Aller, la respuesta de todos es de grato recuerdo de dos semanas inolvidables y además, cuando a todos esos análisis uno el mío habiendo pasado casi una década de cuando lo hice, me siento identificado con la emoción y satisfacción de todos los consultados.

Y esa es la importancia del Curso porque por encima de conocimientos, aspecto fundamental para entrenar, es todavía más trascendente “sentir” el baloncesto, compartirlo, disfrutarlo, debatirlo. El Curso Superior te brinda la oportunidad de aprender, de mejorar tus conocimientos, de conocer compañeros de viaje con los que se creará un vínculo para siempre y además de todo ello de impregnarte de la ilusión necesaria para convertirte en el vehículo transmisor para tus jugadores y jugadoras, sean seniors, juniors, cadetes, infantiles, alevines.

Me gustaría hacer una reflexión para los responsables de los clubes. Inviertan en sus entrenadores, ayúdenlos a formarse, a sacarse una titulación que sí es imprescindible para su labor como entrenador. Los responsables deportivos de los clubes deben hacer ver a sus directivos y éstos a sus instituciones que la inversión en conocimiento es lo más rentable que puede hacer el ser humano. Que de la formación de los entrenadores de los clubes se benefician los jugadores más jóvenes y que a la postre éstos son el futuro del propio club. Que el título de Entrenador Superior no sirve sólo para entrenar seniors en categorías mayores. Que para entrenar en formación es necesario saber mucho y por lo tanto es ahí donde deben estar los entrenadores mejor formados de los clubes.

martes, 16 de febrero de 2010

All Star

Existe un modelo público al alcance de todos y hay miles de chavales esperando poder imitarlo. Los entrenadores tenemos la obligación de convertirnos en el vehículo para que lo consigan.

Reconozco no haber sido nunca un gran aficionado a la NBA y mucho menos a los All Star pero, en las últimas temporadas tanto la presencia de Pau como, principalmente, el insistente interés de mi hijo, joven practicante alevín, han hecho que me interese más y tras grabarlos, pase horas delante del televisor contemplando tanto los diferentes concursos de habilidad, tiro y mates como incluso el partido entero de la estrellas. Y reconozco que este año me lo he pasado especialmente bien disfrutando de la extraordinaria calidad técnica y capacidad física de estos superdotados de nuestro deporte.

La influencia de la NBA en el baloncesto de iniciación es enorme. Baste ver las camisetas de los chavales en los entrenamientos y su conocimiento sobre los mejores jugadores de esa liga de estrellas. Por eso disfruté especialmente viendo tanto el concurso de triples como el de habilidad, en ambos casos, una clase magistral de técnica individual que sería muy interesante utilizarla como modelo en los entrenamientos de iniciación. Ver a Steve Nash realizar los diferentes cambios de mano y dirección, gesto elemental en los primeros ejercicios de bote, es un regalo para los chavales que debería ser utilizado por los entrenadores para motivarles a mejorar el dominio de las dos manos. Ver el gesto técnico en el concurso de triples, tanto por la colocación de los pies, del codo, de la espalda y del golpe final de la muñeca fue otra muestra para ser aprovechada. Observé mucha calidad técnica en esos dos concursos.

Los niños y niñas en iniciación hacen muchos gestos por imitación por lo que merece la pena utilizar esas imágenes ejemplares y realizables por ellos como un elemento más en sus herramientas de aprendizaje. Los mates, las jugadas espectaculares, las canastas imposibles, son complementos ideales para envolver el producto pero tanto los entrenadores como los directores deportivos de los clubes deberían – deberíamos – sacar partido de los diferentes modelos a los que continuamente tenemos oportunidad de acceder y seleccionarlos adecuadamente para incentivar, para ilusionar y, sobretodo, para enseñar.

Viendo el All Star no puedo evitar pensar en esa Red Experiencias necesaria para mejorar los procesos formativos en nuestro deporte. La calidad de las estrellas debe llegar a los que empiezan y el vehículo conductor deben ser los entrenadores y, si por inexperiencia de éstos, no se les ocurre ahí es donde deben intervenir los directores deportivos o directores técnicos de esos clubes que deben ser capaces de tutelar a sus entrenadores más jóvenes. Existe un modelo público al alcance de todos y hay miles de chavales esperando poder imitarlo. Los entrenadores tenemos la obligación de convertirnos en el vehículo para que lo consigan.

jueves, 11 de febrero de 2010

Un libro imprescindible (1)



“Para un entrenador de formación, el resultado final no se lee con puntos a favor o puntos en contra. Bien al contrario, se lee valorando cuántos hombres y mujeres han salido de tantos jóvenes jugadores. Y éste es un resultado que ningún periódico, estadística o libro de récords publicará nunca; porque es el resultado que uno se lee a sí mismo, cuando el último partido acaba”. (Denny Crumm)

Miguel Panadés

Denny Crumm es uno de los entrenadores más importantes en la historia de la NCAA en donde se mantuvo durante tres décadas (1971-2001) formando jugadores en la Universidad de Louisville. El libro “Baloncesto en la iniciación” cuyo autor es el “Equipo Técnico” del Área de Entrenadores de la FEB inicia unos contenidos absolutamente imprescindibles para todo aspirante a entrenador de baloncesto con esa larga y profunda reflexión del técnico americano. A partir de ese principio básico en la formación de jugadores que es conseguir el éxito más que por el número de títulos y victorias, por la cantidad de jugadores que se han enganchado al baloncesto e incluso han llegado a la élite, los autores inician un maravilloso viaje por el baloncesto de formación dotando al lector de un sinfín de argumentos para poder desarrollar su trabajo.

“Tener conocimientos básicos de anatomía te permitirá entender el proceso de crecimiento del jugador” reza una de las muchas frases que acompañan textos y gráficos que explican con claridad la metodología adecuada en la enseñanza contemplando siempre tanto los desarrollos físicos y mentales de los niños y niñas que se inician en el baloncesto y que necesitan de sus primeros entrenadores la transmisión de ilusión. “El entrenador de formación ha de ser un dinamizador".

“Es esencial no trabajar aspectos inadecuados a la edad del deportista”

lunes, 1 de febrero de 2010

Reflexiones sobre la Copa Príncipe

Antes de ofrecer mi opinión sobre el desarrollo de la Copa Príncipe quisiera desde estas líneas felicitar al Melilla Baloncesto, presidente, directiva, entrenadores, jugadores y, especialmente a Manu Gavilá, jefe de prensa del club que se ha volcado, siempre lo hace, para que los que nos desplazamos a su ciudad estuviéramos atendidos en todo momento….

Felicitarlos por la manera en que afrontaron la final con esa dosis de ambición deportiva, de ilusión añadida que además de dotar de fuerza consigue trasmitirse al entorno. Ese mensaje de celebrar un título, de “sentirse ganadores”, caló pronto entre una afición, una ciudad, que empezó a “jugar” la final una semana antes del salto inicial.

El ambiente que vivió el domingo 31 de enero en el Pabellón Javier Imbroda fue una de las demostraciones de unión y deseo más importantes que he vivido en mis más de veinticinco años de baloncesto. En la grada se creó una atmósfera especial, mágica. Un caudal de sentimientos proyectado hacia la pista contagiando a los jugadores e impidiendo que nada ni nadie pudiese variar un destino dirigido hacia la victoria local.

Nuevamente el factor ilusión como herramienta imprescindible para afrontar retos. Melilla tiene una buena estructura dentro del club, tanto en el área organizativa, deportiva y de comunicación. Tiene además la implicación de la ciudad, de sus instituciones, de su gente. Todo ello, sin embargo, no sería suficiente sin esa ilusión que al final consigue esos intangibles decisivos. Porque mirando a los ojos de los jugadores, en ellos se descubría un brillo especial a la hora de afrontar el reto.

El protagonismo de una final siempre se lo lleva el campeón pero en este caso hay que detenerse en el proyecto Menorca, analizarlo y valorarlo. Extraordinaria labor de Kiko Martín, mucho más del director de comunicación del club, un profesional imprescindible para transmitir permanentemente lo que significa la competición, para contagiar esa ilusión necesaria para participar en ella. Cinco mil aficionados llenan el pabellón en Menorca cada fin de semana y apoyan al equipo incondicionalmente en una demostración de “inteligencia deportiva” que debe servir como ejemplo. Porque el destino puede llevarte a estar en Adecco o en ACB pero en ambos casos el destino te mantiene en el baloncesto. En el baloncesto del bueno y entenderlo así, con humildad y a la vez ambición deportiva, consigue fidelizar a los aficionados y que los retos, por encima incluso de intereses económicos, sean fundamentalmente deportivos.

La Adecco Oro es una joya de nuestro baloncesto. Tiene un valor incalculable porque llega muy lejos, muy profundo. Abraza muchos entrenadores y jugadores de alto nivel que tienen ahí una privilegiada oportunidad para desarrollar sus carreras profesionales, sus carreras deportivas. Llega a muchas ciudades que encuentran en ese escenario el lugar ideal para, en proyectos más asumibles y, sobretodo, más reales, disfrutar de un baloncesto de alto nivel. Y por encima de todo ello, alcanza algo que sólo conocemos los que amamos el baloncesto. Los que sentimos el baloncesto. Llega hasta el corazón de nuestro deporte y eso es lo que la convierte, por encima de rankings europeos, en una competición especial, extraordinaria.
"El vestuario de la ilusión"