Durante el II Congreso Adecco tuve el privilegio de moderar un interesante debate entre gente del baloncesto. Ahí estaban Fernando Romay, Mario Pesquera, Javier Imbroda, Elisa Aguilar, Rafa Monclova, Felipe Llamazares y, desde la distancia, José Manuel Calderón debatiendo sobre los valores del baloncesto tanto desde el ámbito exclusivamente deportivo en lo referente a jugadores, entrenadores y árbitros como incluso desde el organizativo, dedicado a los responsables de los clubes.
Mucha experiencia, mucho baloncesto representado por figuras de nuestro deporte que han vivido y en algunos casos siguen viviendo, diferentes realidades. De entre las muchas frases interesantes que se pronunciaron durante las casi dos horas de intenso debate me quedo con la que propuso Fernando Romay y a la que quiero dedicar un apartado especial. “Más que equipos, se debe trabajar para “hacer clubes”.
La vida pasa deprisa y la relatividad del tiempo hace que lo que hoy es trascendente el futuro lo convierte en anecdótico. Por lo tanto no acabo de entender las prisas provenientes de profesionales veteranos, las “urgencias históricas” que diría aquel, con las que se mueven algunos clubes deseosos de solucionar de inmediato lo que el deporte obliga a requerir un tiempo. Más, o además, que “hacer equipos” los clubes tienen la necesidad de crear proyectos que estén por encima incluso de las personas que los lideran. Los clubes tienen que crecer desde las diferentes áreas de acuerdo con sus posibilidades sin que el no llegar a la cima de inmediato provoque frustraciones.
Se habló en ese debate de la necesidad de implicar a la ciudad, al aficionado, en el proyecto del club. De buscar una identificación entre equipo y población, de conseguir que los jóvenes de esos lugares, sean del propio club o de la población, se ilusionen con la posibilidad de algún día llegar a ser los protagonistas de los sueños de ese club. Hay que conseguir combinar ambición con realidad. Hay que seguir creyendo en la utopía pero desde los proyectos basados en los valores del trabajo desde la base, del esfuerzo de todos – directivos, entrenadores, directores deportivos - por ser mejores, de la superación individual y colectiva. Todos esos valores del baloncesto y del deporte proporcionarán más estabilidad a los clubes y a la postre más éxito que aquellos proyectos exclusivamente impulsados por el dinero.
Mucha experiencia, mucho baloncesto representado por figuras de nuestro deporte que han vivido y en algunos casos siguen viviendo, diferentes realidades. De entre las muchas frases interesantes que se pronunciaron durante las casi dos horas de intenso debate me quedo con la que propuso Fernando Romay y a la que quiero dedicar un apartado especial. “Más que equipos, se debe trabajar para “hacer clubes”.
La vida pasa deprisa y la relatividad del tiempo hace que lo que hoy es trascendente el futuro lo convierte en anecdótico. Por lo tanto no acabo de entender las prisas provenientes de profesionales veteranos, las “urgencias históricas” que diría aquel, con las que se mueven algunos clubes deseosos de solucionar de inmediato lo que el deporte obliga a requerir un tiempo. Más, o además, que “hacer equipos” los clubes tienen la necesidad de crear proyectos que estén por encima incluso de las personas que los lideran. Los clubes tienen que crecer desde las diferentes áreas de acuerdo con sus posibilidades sin que el no llegar a la cima de inmediato provoque frustraciones.
Se habló en ese debate de la necesidad de implicar a la ciudad, al aficionado, en el proyecto del club. De buscar una identificación entre equipo y población, de conseguir que los jóvenes de esos lugares, sean del propio club o de la población, se ilusionen con la posibilidad de algún día llegar a ser los protagonistas de los sueños de ese club. Hay que conseguir combinar ambición con realidad. Hay que seguir creyendo en la utopía pero desde los proyectos basados en los valores del trabajo desde la base, del esfuerzo de todos – directivos, entrenadores, directores deportivos - por ser mejores, de la superación individual y colectiva. Todos esos valores del baloncesto y del deporte proporcionarán más estabilidad a los clubes y a la postre más éxito que aquellos proyectos exclusivamente impulsados por el dinero.
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