Van volviendo de Estados Unidos y todos hablan del Mundial, de su participación con la Selección. Calderón, Marc, Rudy… declaran su ilusión por volver a hacer algo grande, su deseo de competir por una causa por la que se sienten absolutamente implicados. Desde aquí vemos como la pareja Navarro – Ricky diseñan un baloncesto de lujo, imparable en Europa. Desde aquí vemos como jugadores fundamentales en la Selección alimentan deseos de disfrutar con el baloncesto, con lo que significa un grupo, un proyecto. Tengo la sensación de que justo cuando las principales competiciones van llegando a su desenlace el Mundial va tomando forma, el reto que pone de acuerdo a todos los aficionados empieza latir, despacio pero constante…
Ojala esté con la Selección Pau Gasol pero más allá de que nuestro mejor jugador de todos los tiempos vuelva a implicarse con el objetivo de ser los mejores del mundo creo que la fuerza de la Selección radica en la suma de calidad e ilusión. Imposible obtener éxitos con sólo una de esas dos virtudes. Los clubes, sus Presidentes, Directores Deportivos, y otros cargos de responsabilidad a la hora de diseñar proyectos deben entender que sólo con grandes jugadores no se consigue el objetivo. Que sin el componente de implicación, de deseo, de amistad, los equipos difícilmente acaban triunfando.
Últimamente he visto ganar al Barcelona y he visto como sus jugadores se alegraban de una manera especial y mientras los oía y observaba me acordaba de las sensaciones que transmite la Selección en los últimos años. Mucha calidad en el Barça, mucho trabajo y muy buen rollo entre todos. Ni un solo cambio en toda la temporada, un bloque que se aprecia, que se ayuda. De cara al futuro, pocas variaciones en su plantilla, las necesarias pero siempre entendiendo que lo que se construye es un equipo. ¿Qué tiene que ver esto con el Mundial? Para mi, todo. Es un modelo, es un método que desde hace unos cuantos años ya funciona con enormes resultados en la Selección.
Ojala esté con la Selección Pau Gasol pero más allá de que nuestro mejor jugador de todos los tiempos vuelva a implicarse con el objetivo de ser los mejores del mundo creo que la fuerza de la Selección radica en la suma de calidad e ilusión. Imposible obtener éxitos con sólo una de esas dos virtudes. Los clubes, sus Presidentes, Directores Deportivos, y otros cargos de responsabilidad a la hora de diseñar proyectos deben entender que sólo con grandes jugadores no se consigue el objetivo. Que sin el componente de implicación, de deseo, de amistad, los equipos difícilmente acaban triunfando.
Últimamente he visto ganar al Barcelona y he visto como sus jugadores se alegraban de una manera especial y mientras los oía y observaba me acordaba de las sensaciones que transmite la Selección en los últimos años. Mucha calidad en el Barça, mucho trabajo y muy buen rollo entre todos. Ni un solo cambio en toda la temporada, un bloque que se aprecia, que se ayuda. De cara al futuro, pocas variaciones en su plantilla, las necesarias pero siempre entendiendo que lo que se construye es un equipo. ¿Qué tiene que ver esto con el Mundial? Para mi, todo. Es un modelo, es un método que desde hace unos cuantos años ya funciona con enormes resultados en la Selección.
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