Tuve la suerte de viajar, aunque fuera por unas horas, a San Fernando y disfrutar de algunos partidos del Campeonato de España de minibasket. Sencillamente fabuloso, incomparable. Para los que nos gusta el baloncesto en sus orígenes, para los que hemos vivido este deporte – y en algunos casos seguimos viviendo - desde los patios de los colegios, un partido de minibasket “equilibrado” se convierte en un maravilloso placer para la vista. Desde mi punto de vista el nivel de esos niños y niñas protagonistas del campeonato, representantes de sus generaciones, tanto en proyección física como técnica, es altísimo y mucho más si tenemos en cuenta la enorme cantidad de futuros talentos que no estaban presentes en el campeonato.
Mientras estaba en San Fernando hablé con Luis Guil y Ricard Casas, dos entrenadores ACB “rescatados” para dirigir las selecciones U16 y U18 y los dos coincidieron en transmitirme optimismo e ilusión máxima en sus nuevos retos de entrenar selecciones jóvenes. De reencontrarse con el baloncesto de formación pudiendo transmitir a esos futuros talentos las necesidades con las que se encontrarán cuando deban dar el paso hacia la élite. Guil y Casas son dos tipos con sensibilidad e inteligencia necesaria para convertir esa nueva experiencia en algo muy importante en sus respectivas trayectorias deportivas.
En paralelo al campeonato mini y la irrupción de selecciones de formación la Federación presentaba nuevas herramientas formativas – DVDs y Libros de gran nivel didáctico – en esa obsesión permanente por formar nuevos y mejores entrenadores. Cuando llegué a casa presencié los dos partidos de Playoff de Euroliga con la sociedad Navarro&Ricky maravillando, con Vázquez demostrando ser uno de los mejores pivots de Europa, con Llull confirmado definitivamente como una estrella, con Felipe Reyes siguiendo siendo el fajador imprescindible en cualquier proyecto…
Sigo convencido de que el baloncesto, desde sus clubes, necesita que esa vocación por darle la máxima importancia a TODO el baloncesto, desde la iniciación hasta la élite pasando por las diferentes etapas formativas y, sobretodo, poniendo especial énfasis en la mejor preparación de sus entrenadores. El baloncesto necesita de más personas capaces de tener esa visión transversal, de abrazar con la misma ilusión, todas y cada una de sus realidades. De levantar la vista y contemplar el panorama con la generosidad de inteligencia necesaria.
Mientras estaba en San Fernando hablé con Luis Guil y Ricard Casas, dos entrenadores ACB “rescatados” para dirigir las selecciones U16 y U18 y los dos coincidieron en transmitirme optimismo e ilusión máxima en sus nuevos retos de entrenar selecciones jóvenes. De reencontrarse con el baloncesto de formación pudiendo transmitir a esos futuros talentos las necesidades con las que se encontrarán cuando deban dar el paso hacia la élite. Guil y Casas son dos tipos con sensibilidad e inteligencia necesaria para convertir esa nueva experiencia en algo muy importante en sus respectivas trayectorias deportivas.
En paralelo al campeonato mini y la irrupción de selecciones de formación la Federación presentaba nuevas herramientas formativas – DVDs y Libros de gran nivel didáctico – en esa obsesión permanente por formar nuevos y mejores entrenadores. Cuando llegué a casa presencié los dos partidos de Playoff de Euroliga con la sociedad Navarro&Ricky maravillando, con Vázquez demostrando ser uno de los mejores pivots de Europa, con Llull confirmado definitivamente como una estrella, con Felipe Reyes siguiendo siendo el fajador imprescindible en cualquier proyecto…
Sigo convencido de que el baloncesto, desde sus clubes, necesita que esa vocación por darle la máxima importancia a TODO el baloncesto, desde la iniciación hasta la élite pasando por las diferentes etapas formativas y, sobretodo, poniendo especial énfasis en la mejor preparación de sus entrenadores. El baloncesto necesita de más personas capaces de tener esa visión transversal, de abrazar con la misma ilusión, todas y cada una de sus realidades. De levantar la vista y contemplar el panorama con la generosidad de inteligencia necesaria.
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