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miércoles, 20 de agosto de 2008

Croacia no pudo jugar

Hace años que leo y escucho y leo demasiadas veces esa definición para mi poco adecuada en boca de “teóricamente entendidos” de “ese equipo no juega a nada”. Es un recurso fácil, diría que simplón, para calificar la forma de jugar, normalmente en ataque, de algún conjunto. Cuando lo oigo de algún entrenador es siempre refiriéndose a un equipo con el que no han jugado porque si el que no “juega a nada” es su rival en concreto, la razón del bajo rendimiento ofensivo del adversario se deberá seguramente al buen planteamiento defensivo propio. Cuando lo oigo en boca de jugadores criticando a su propio equipo, -“es que no jugamos a nada”-, estoy seguro de que el que pronuncia esa frase no está pasando por su mejor momento de forma.

Me viene esta reflexión a la cabeza viendo el partido de cuartos de final entre España y Croacia. Evidentemente Croacia no jugó a nada… contra los nuestros porque resulta que en la fase previa llevaba una media de 80 puntos por partido y con una interesante fluidez ofensiva en algunos partidos. Y no jugaron a nada porque la actividad y conceptos defensivos españoles se lo impidieron. Y es que en baloncesto de alto nivel todos los equipos trabajan para “jugar a algo” y ese “algo” suele ser un conjunto de conceptos válidos, adecuados, interesantes. Pero de pronto se produce ese apasionante pulso entre la construcción ofensiva y la destrucción defensiva y cuando ésta se impone, como sucedió en el cruce de cuartos, el perdedor se marcha a casa con la sensación de que “no han podido jugar a nada” y el entrenador con el convencimiento de que todos los “analistas” del partido afirmarán que su equipo no “jugó a nada”. Ya se sabe que se es mucho más dado a criticar que a elogiar pero eso lo dejamos para otro día.

Mi opinión es que España consiguió el perfecto equilibrio defensivo ante Croacia. Que, sabedor de su superioridad interior, trabajó en el perímetro con las rotaciones adecuadas para no hundirse en la defensa ante la insistencia de Croacia a meter el balón en el poste bajo. Por cierto, que gran trabajo en el “dos contra uno” al poste bajo. Perfecto trabajo de estudio del rival y partido atado desde el minuto uno. Croacia, sin producción desde la línea de tres, es menos peligrosa. En ataque Pau marcó la diferencia y nada, ni nadie, pudo impedir que ganara el centro de la zona. España lo hizo casi todo bien y sólo su bajo porcentaje de tres puntos en tiros liberados le impidió conseguir una victoria todavía más contundente.

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