Recuperar el desparpajo

Presencié el partido de la Final de la Lliga Catalana entre el DKV Joventut y el Barcelona y al salir del Palau tuve el convencimiento de que no es cierto que la propuesta de un tipo de juego vaya vinculada estrecha y obligatoriamente al estilo de los jugadores. Pensaba que el baloncesto desarrollado por el Joventut en pasadas temporadas aprovechaba las características privilegiadas de Rudy o Ricky, que con ellos era fácil presionar y correr y que eso sería más complicado sin ellos. Y mira por donde me encontré con un equipo verdinegro, sin Rudy, sin Ricky (lesionado) que hacía la misma propuesta valiente, abierta, intensa, agresiva. Y además esa propuesta le daba la victoria.

No se si Wrigth, el nuevo americano de la Penya que procede del baloncesto griego, estaba acostumbrado el año pasado a este estilo pero en el Palau jugó como si llevara años en Badalona. O si Mallet amenazaba el aro desde que subía el balón cuando jugaba en Alemania pero ambos mostraron una aptitud total para desarrollar este juego. Betts salió del Tau por lento y en su etapa verdinegra acababa contraataques como primer hombre.

Viene todo esto a cuento porque observo cierta tendencia a propuestas valientes. Me encanta ver jugar al Plus Pujol Lleida o al Vic en LEB Oro y me han contado que L´Hospitalet de mi amigo Mateo en LEB Plata también propone jugar a un ritmo alto huyendo de especulaciones, de miedos, de corsés. Me gustaba el Akasvayu de Pedro Martínez o el Manresa de Ponsarnau.

Nos hemos pasado los últimos veranos disfrutando con la Selección y su juego basado más en la velocidad que la pausa, en los conceptos que en los sistemas y esa propuesta se ha desarrollado con Pepu, con Aíto, con Sergio Rodríguez y Carlos Cabezas o con Ricky y Raül en el base. Creo que esa tendencia de los últimos años y por la que por cierto apuestan todas las selecciones de formación de la Federación Española desde que hace una década luchó por fomentar y recuperar jugadores con “desparpajo” está influyendo positivamente en muchos entrenadores que ven esa vía como un buen camino para disfrutar y algunos casos hasta ganar. Que siga la fiesta.