Ilusión en Girona

Hace semanas escribí en Gigantes del Basket que el baloncesto no había desaparecido de Girona y que en todo caso lo que sí había desaparecido era el equipo ACB. Y ese matiz es fundamental porque hay mucha gente que practica y sigue nuestro deporte más allá de la elite. Que la ACB puede servir de escaparate, de atracción promocional para una gran mayoría de aficionados y jóvenes practicantes, como también lo es la NBA e, indiscutiblemente, la Selección de los Pau Gasol y Rudy Fernández durante el verano. Pero la realidad del baloncesto español está además en los 96 equipos masculinos y femeninos que conforman las ligas LEB y Femeninas. En los 70 equipos más que conforman a EBA. En los más de mil quinientos jugadores y jugadoras que componen esos equipos. La realidad está en los miles de equipos de competiciones de federaciones autonómicas que compiten cada semana, que entrenan para mejorar con la misma seriedad y ambición en muchos casos que las estrellas. La realidad está en el trabajo anónimo de miles de entrenadores de base que trabajan en horarios intempestivos y restan tiempo a su familia para dedicárselos desinteresadamente al baloncesto. Esa es la fuerza del baloncesto, una fuerza invisible pero fundamental para mover nuestro deporte.

Me llama un amigo desde Girona y me explica el nuevo proyecto Sant Josep de Girona en LEB Bronce. Tengo el placer de conocer al nuevo entrenador, Borja Comenge, un tipo joven, excelente personal y profesionalmente y doy fe de ello porque coincidí con él en el Curso Superior donde se ganó en quince días el afecto de todos sus compañeros. Conozco también a Pere Capdevila que ejercerá de director deportivo, otro exjugador interesado por trabajar para el baloncesto. Me comentan que van incrementando poco a poco el número de nuevos socios, que se han movido para captar patrocinadores y ya tienen un presupuesto adaptado a la categoría, una plantilla ilusionante con una mezcla de jugadores jóvenes locales y otros más veteranos que quieren emprender la escalada en la Adecco LEB. Un proyecto sensato, coherente, asumible económicamente. Me transmite ilusión, amor al baloncesto, humildad y ambición y mientras lo escucho me pregunto dónde queda el “gravísimo” problema de la desaparición del equipo ACB de Girona.

La noticia de la desaparición de Akasvayu es fundamentalmente triste para algún aficionado que identifica exclusiva y equivocadamente baloncesto a ACB. Pero en Girona, como no, el corazón del baloncesto sigue latiendo como ya latía hace décadas y como seguirá latiendo mientras haya personas, anónimas o no, que sigan amando este deporte por encima de influencias mediáticas. Suerte con la nueva etapa y tan sólo un consejo de conocedor de las categorías LEB. Creen un buen proyecto deportivo y no se dejen arrastrar por la obsesión del ascenso. El éxito suele llegar como consecuencia y no como un único fin. La cuestión no es tanto en qué categoría estás sino qué estás creando deportiva y organizativamente en tu club. Mucha suerte y a disfrutar.