Traduce este Blog a: Inglés Francés Alemán Italiano Chino

jueves, 18 de febrero de 2010

La importancia del Curso Superior

Dicen la que memoria, siempre selectiva, suele idealizar los buenos recuerdos excluyendo los malos. Es posible. Pero sinceramente creo que el Curso Superior es de las pocas experiencias que consigue mantener una sensación de emoción y satisfacción antes, durante, inmediatamente después y a lo largo de muchos años, de toda la vida. Porque cuando hablo con futuros alumnos, percibo ilusión por lo que vivirán, y cuando estuve el año pasado con los alumnos presentes en San Sebastián las buenas vibraciones eran unánimes, y cuando estos días hablo con exalumnos del 2009, no conocidos la mayoría y famosos algunos como Tabak o Manolo Aller, la respuesta de todos es de grato recuerdo de dos semanas inolvidables y además, cuando a todos esos análisis uno el mío habiendo pasado casi una década de cuando lo hice, me siento identificado con la emoción y satisfacción de todos los consultados.

Y esa es la importancia del Curso porque por encima de conocimientos, aspecto fundamental para entrenar, es todavía más trascendente “sentir” el baloncesto, compartirlo, disfrutarlo, debatirlo. El Curso Superior te brinda la oportunidad de aprender, de mejorar tus conocimientos, de conocer compañeros de viaje con los que se creará un vínculo para siempre y además de todo ello de impregnarte de la ilusión necesaria para convertirte en el vehículo transmisor para tus jugadores y jugadoras, sean seniors, juniors, cadetes, infantiles, alevines.

Me gustaría hacer una reflexión para los responsables de los clubes. Inviertan en sus entrenadores, ayúdenlos a formarse, a sacarse una titulación que sí es imprescindible para su labor como entrenador. Los responsables deportivos de los clubes deben hacer ver a sus directivos y éstos a sus instituciones que la inversión en conocimiento es lo más rentable que puede hacer el ser humano. Que de la formación de los entrenadores de los clubes se benefician los jugadores más jóvenes y que a la postre éstos son el futuro del propio club. Que el título de Entrenador Superior no sirve sólo para entrenar seniors en categorías mayores. Que para entrenar en formación es necesario saber mucho y por lo tanto es ahí donde deben estar los entrenadores mejor formados de los clubes.

martes, 16 de febrero de 2010

All Star

Existe un modelo público al alcance de todos y hay miles de chavales esperando poder imitarlo. Los entrenadores tenemos la obligación de convertirnos en el vehículo para que lo consigan.

Reconozco no haber sido nunca un gran aficionado a la NBA y mucho menos a los All Star pero, en las últimas temporadas tanto la presencia de Pau como, principalmente, el insistente interés de mi hijo, joven practicante alevín, han hecho que me interese más y tras grabarlos, pase horas delante del televisor contemplando tanto los diferentes concursos de habilidad, tiro y mates como incluso el partido entero de la estrellas. Y reconozco que este año me lo he pasado especialmente bien disfrutando de la extraordinaria calidad técnica y capacidad física de estos superdotados de nuestro deporte.

La influencia de la NBA en el baloncesto de iniciación es enorme. Baste ver las camisetas de los chavales en los entrenamientos y su conocimiento sobre los mejores jugadores de esa liga de estrellas. Por eso disfruté especialmente viendo tanto el concurso de triples como el de habilidad, en ambos casos, una clase magistral de técnica individual que sería muy interesante utilizarla como modelo en los entrenamientos de iniciación. Ver a Steve Nash realizar los diferentes cambios de mano y dirección, gesto elemental en los primeros ejercicios de bote, es un regalo para los chavales que debería ser utilizado por los entrenadores para motivarles a mejorar el dominio de las dos manos. Ver el gesto técnico en el concurso de triples, tanto por la colocación de los pies, del codo, de la espalda y del golpe final de la muñeca fue otra muestra para ser aprovechada. Observé mucha calidad técnica en esos dos concursos.

Los niños y niñas en iniciación hacen muchos gestos por imitación por lo que merece la pena utilizar esas imágenes ejemplares y realizables por ellos como un elemento más en sus herramientas de aprendizaje. Los mates, las jugadas espectaculares, las canastas imposibles, son complementos ideales para envolver el producto pero tanto los entrenadores como los directores deportivos de los clubes deberían – deberíamos – sacar partido de los diferentes modelos a los que continuamente tenemos oportunidad de acceder y seleccionarlos adecuadamente para incentivar, para ilusionar y, sobretodo, para enseñar.

Viendo el All Star no puedo evitar pensar en esa Red Experiencias necesaria para mejorar los procesos formativos en nuestro deporte. La calidad de las estrellas debe llegar a los que empiezan y el vehículo conductor deben ser los entrenadores y, si por inexperiencia de éstos, no se les ocurre ahí es donde deben intervenir los directores deportivos o directores técnicos de esos clubes que deben ser capaces de tutelar a sus entrenadores más jóvenes. Existe un modelo público al alcance de todos y hay miles de chavales esperando poder imitarlo. Los entrenadores tenemos la obligación de convertirnos en el vehículo para que lo consigan.

jueves, 11 de febrero de 2010

Un libro imprescindible (1)



“Para un entrenador de formación, el resultado final no se lee con puntos a favor o puntos en contra. Bien al contrario, se lee valorando cuántos hombres y mujeres han salido de tantos jóvenes jugadores. Y éste es un resultado que ningún periódico, estadística o libro de récords publicará nunca; porque es el resultado que uno se lee a sí mismo, cuando el último partido acaba”. (Denny Crumm)

Miguel Panadés

Denny Crumm es uno de los entrenadores más importantes en la historia de la NCAA en donde se mantuvo durante tres décadas (1971-2001) formando jugadores en la Universidad de Louisville. El libro “Baloncesto en la iniciación” cuyo autor es el “Equipo Técnico” del Área de Entrenadores de la FEB inicia unos contenidos absolutamente imprescindibles para todo aspirante a entrenador de baloncesto con esa larga y profunda reflexión del técnico americano. A partir de ese principio básico en la formación de jugadores que es conseguir el éxito más que por el número de títulos y victorias, por la cantidad de jugadores que se han enganchado al baloncesto e incluso han llegado a la élite, los autores inician un maravilloso viaje por el baloncesto de formación dotando al lector de un sinfín de argumentos para poder desarrollar su trabajo.

“Tener conocimientos básicos de anatomía te permitirá entender el proceso de crecimiento del jugador” reza una de las muchas frases que acompañan textos y gráficos que explican con claridad la metodología adecuada en la enseñanza contemplando siempre tanto los desarrollos físicos y mentales de los niños y niñas que se inician en el baloncesto y que necesitan de sus primeros entrenadores la transmisión de ilusión. “El entrenador de formación ha de ser un dinamizador".

“Es esencial no trabajar aspectos inadecuados a la edad del deportista”

lunes, 1 de febrero de 2010

Reflexiones sobre la Copa Príncipe

Antes de ofrecer mi opinión sobre el desarrollo de la Copa Príncipe quisiera desde estas líneas felicitar al Melilla Baloncesto, presidente, directiva, entrenadores, jugadores y, especialmente a Manu Gavilá, jefe de prensa del club que se ha volcado, siempre lo hace, para que los que nos desplazamos a su ciudad estuviéramos atendidos en todo momento….

Felicitarlos por la manera en que afrontaron la final con esa dosis de ambición deportiva, de ilusión añadida que además de dotar de fuerza consigue trasmitirse al entorno. Ese mensaje de celebrar un título, de “sentirse ganadores”, caló pronto entre una afición, una ciudad, que empezó a “jugar” la final una semana antes del salto inicial.

El ambiente que vivió el domingo 31 de enero en el Pabellón Javier Imbroda fue una de las demostraciones de unión y deseo más importantes que he vivido en mis más de veinticinco años de baloncesto. En la grada se creó una atmósfera especial, mágica. Un caudal de sentimientos proyectado hacia la pista contagiando a los jugadores e impidiendo que nada ni nadie pudiese variar un destino dirigido hacia la victoria local.

Nuevamente el factor ilusión como herramienta imprescindible para afrontar retos. Melilla tiene una buena estructura dentro del club, tanto en el área organizativa, deportiva y de comunicación. Tiene además la implicación de la ciudad, de sus instituciones, de su gente. Todo ello, sin embargo, no sería suficiente sin esa ilusión que al final consigue esos intangibles decisivos. Porque mirando a los ojos de los jugadores, en ellos se descubría un brillo especial a la hora de afrontar el reto.

El protagonismo de una final siempre se lo lleva el campeón pero en este caso hay que detenerse en el proyecto Menorca, analizarlo y valorarlo. Extraordinaria labor de Kiko Martín, mucho más del director de comunicación del club, un profesional imprescindible para transmitir permanentemente lo que significa la competición, para contagiar esa ilusión necesaria para participar en ella. Cinco mil aficionados llenan el pabellón en Menorca cada fin de semana y apoyan al equipo incondicionalmente en una demostración de “inteligencia deportiva” que debe servir como ejemplo. Porque el destino puede llevarte a estar en Adecco o en ACB pero en ambos casos el destino te mantiene en el baloncesto. En el baloncesto del bueno y entenderlo así, con humildad y a la vez ambición deportiva, consigue fidelizar a los aficionados y que los retos, por encima incluso de intereses económicos, sean fundamentalmente deportivos.

La Adecco Oro es una joya de nuestro baloncesto. Tiene un valor incalculable porque llega muy lejos, muy profundo. Abraza muchos entrenadores y jugadores de alto nivel que tienen ahí una privilegiada oportunidad para desarrollar sus carreras profesionales, sus carreras deportivas. Llega a muchas ciudades que encuentran en ese escenario el lugar ideal para, en proyectos más asumibles y, sobretodo, más reales, disfrutar de un baloncesto de alto nivel. Y por encima de todo ello, alcanza algo que sólo conocemos los que amamos el baloncesto. Los que sentimos el baloncesto. Llega hasta el corazón de nuestro deporte y eso es lo que la convierte, por encima de rankings europeos, en una competición especial, extraordinaria.
"El vestuario de la ilusión"