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martes, 20 de enero de 2009

Pep Guardiola



“Tú procedes del mundo de la cultura y yo del fútbol. Por favor, hazme caso en lo que te digo…” (Pep Guardiola a un periodista durante una rueda de prensa)

No suele suceder muy a menudo pero de vez en cuando se recibe del fútbol algo a tener en cuenta en el baloncesto y en muchos otros deportes profesionales. En los últimos meses me tiene bastante admirado el discurso del entrenador del Barcelona, Pep Guardiola. Creo que cada rueda de prensa suya se convierte en una lección de comportamiento profesional del entrenador en esa asignatura pendiente en los cursos que es la “relación con los medios”.

Creo que el entrenador profesional, sea de baloncesto o de fútbol o de cualquier deporte que tenga un seguimiento mediático, local o nacional, tiene la obligación de conocer también la asignatura no enseñada de “relación con los medios”. Se trata simplemente de contestar, con máxima corrección, con argumentos inteligentes y entendibles a todas y cada una de las preguntas que les formulen. Se trata de ofrecer una imagen estable, segura, educada y de tener la habilidad de utilizar los medios de comunicación para lanzar el mensaje que se considere más adecuado en cada momento destinado a su propio club, a sus jugadores, a los aficionados. Se trata de entender, cuestión de inteligencia, que los intereses de los medios no tienen porque coincidir necesariamente con los del entrenador y que la crítica, mal o bien intencionada, forma parte del entorno profesional.

“Claro, ganando, cualquiera tiene esas virtudes…” estará pensando alguno. Pues lo veremos cuando pierda, si es que pierde algún día, pero de momento Pep Guardiola, en mi opinión, está dando un ejemplo de esta materia tan poco estudiada y tan torpemente utilizada por algunos entrenadores. Y es que sigo pensando que los entrenadores de élite son los referentes para los que empiezan y por lo tanto tienen la responsabilidad de comportarse adecuadamente en la pista, o en el campo, y en sus compromisos profesionales.

Por cierto y siguiendo con Guardiola, me encantó como valoró la participación del Barcelona en la Copa del Rey, su ilusión por ganarla, por ser protagonista de la final, “uno de los partidos más bonitos que un deportista puede disputar”. Lo decía Guardiola, uno que como jugador ganó ligas y Champions, que podría ir de sobradete y que sin embargo no hace más que apelar a la humildad y el respeto para seguir triunfando como deportista. La ilusión, como tantas cosas, se contagia.

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