Creo que el único producto baloncestístico de auténtico interés nacional son los españoles en la NBA y la Selección. El resto de productos se convierten cada día más en un maravilloso fenómeno local. En el caso de la LEB extraordinariamente maravilloso porque a lo largo de estos trece años de existencia ha extendido ese producto a más de noventa poblaciones diferentes consiguiendo interesar a muchísima gente repartida por todas las autonomías, especialmente, en el papel que desarrollaba el equipo de su localidad.
Viernes noche, carrusel Adecco LEB en Radio FEB, transmisión del La Palma – Illescas…
Estaba atento a las noticias que llegaban desde las diferentes pistas y me quedé enganchado a la locución del comentarista de la radio local de La Palma convertido en improvisado corresponsal de nuestra Radio FEB en su cada día más apasionante carrusel de los viernes. Mientras escuchaba sus comentarios, su estilo divertido, entretenido, pasional, personal, completamente volcado con los suyos, con los motes de sus jugadores, con el reconocimiento de sufrimiento por la trascendencia del partido por mi mente pasaban diferentes pensamientos relacionados con la trascendencia de las competiciones LEB en su labor de conseguir entusiasmar a los aficionados locales.
Cincuenta poblaciones españolas vibran cada fin de semana con las competiciones LEB y con en ellas miles de aficionados repartidos por todas las autonomías, cientos de periodistas que como el comentarista de La Palma se implican con su equipo mucho más allá de su obligación profesional. Unos clubes arrastrarán más seguidores, otros menos, pero entre todos convierten el producto LEB en un fenómeno deportivo incomparable en todo el baloncesto europeo. Porque además no olvidemos los muchos jugadores, jóvenes y veteranos, nacionales, extranjeros, los entrenadores, preparadores físicos, fisios, delegados que se benefician de la existencia de esas competiciones de tres niveles adecuadas a las cualidades y posibilidades de cada uno.
Unos mejores que otros, seguro, pero todos esos clubes tendrán sus equipos de formación y esos jugadores infantiles, cadetes, juniors disfrutarán, más o menos claro, en su respectiva población con los jugadores del primer equipo, con los rivales que visiten el pabellón cada dos semanas, con la ilusión del nuevo fichaje… Sí, me gusta la LEB.
domingo, 14 de diciembre de 2008
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