Leo unas declaraciones de Patrick Bauman en las que afirma que la candidatura de España para la organización del Mundial 2014 “ha transmitido más ilusión”. Ah!, nuevamente el factor ilusión como elemento diferencial. Nuevamente esos detalles, esas ideas que nacen de la ilusión y que en la mayoría de los casos van más relacionados con el valor que con el precio. Nuevamente el éxito llega a nuestro baloncesto acompañado de algo más que del resultado. Igual que las medallas llegaron envueltas en mil valores que posteriormente han servido de referente para muchos, el nuevo y apasionante reto de concentrar emociones a través nada menos que de un Mundial llega con la palabra ILUSIÓN escrita en mayúsculas. Felicidades.
Estoy metido de lleno en las Finales a Cuatro de Fuenlabrada, otra concentración de emociones. Estoy en contacto con los clubes implicados, con algunos de sus directivos, presidentes, entrenadores o periodistas locales y, nuevamente, el factor ilusión se convierte en el elemento clave, en el factor diferencial entre unos y otros. Me comentan unos que viajarán más aficionados que nunca, otros que ya se organizan para montar la mareas, otros más donde están implicando desde el primero al último de sus habitantes. Claro que para unos será más fácil que para otros, que si las distancias, que si las características de la ciudad o la idiosincrasia del club. Claro que hay diferentes planteamientos y realidades según uno u otro pero a la hora de afrontar una cita de este nivel, donde no hay un solo jugador o entrenador, de LEB Oro, Plata o Bronce que no esté hipermotivado para afrontarla, los responsables de los clubes tienen la obligación de saber transmitir ilusión.
El pabellón Fernando Martín tendrá más o menos gente en las gradas en función de quien juegue pero lo de lo que sí estoy seguro, y los que estuvimos en Cáceres lo pudimos pulsar allí, es que los que estén, pocos o muchos, transmitirán esa ilusión fundamental para convertir ese fin de semana, en otra fiesta para nuestro baloncesto.