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domingo, 23 de noviembre de 2008

Valores y utopía



“Nuestra única meta debe ser la de la utopía” (José Luis Sáez)

Pues sí, el equipo nacional de tenis, brillante campeón de la Copa Davis, vuelve a ofrecer un ejemplo más de la importancia de los valores esenciales en el deporte de élite. Extraordinaria exhibición colectiva de los jugadores, unidos en objetivo común de la victoria, solidarios con el compañero, con el adversario, implicados con el reto de superar todas las adversidades. Valores esenciales para competir a los que añaden la transcendencia del trabajo de los preparadores físicos, de los fisios, de los médicos y como no del “esquema” como definía la táctica uno de los componentes del cuerpo técnico del Equipo.

Por detrás del “banquillo” familiares implicados, un entorno de los propios jugadores aparentemente unidos en un solo objetivo. Desconozco las interioridades de la federación de tenis y seguro que como en todos lados habrá sus historias. Qué más da. La imagen que ofrece el deporte de élite, esta vez representado en el tenis, es el de un grupo de buenos deportistas sabiendo competir, siendo capaces de alcanzar la victoria y de saber ganar. La imagen que dan nuestros deportistas de élite es la de un Rafa Nadal alegrándose desde la distancia del éxito de sus compañeros quienes a su vez recordaban a él y otros compañeros que esta vez no estaban en la gran cita. Gente sana.

Sí, sí, insisto en los valores como vehículo imprescindible para triunfar. Insisto en la capacidad de nuestros líderes deportivos para transmitir ese ejemplo positivo del cual seguro se harán eco los jóvenes practicantes. Primero hay que ser deportistas integrales, después y como consecuencia, buenos jugadores en su especialidad. Siendo así siempre se gana, independientemente del resultado final.

Los jugadores con su esfuerzo, los entrenadores con su inteligencia a la hora de gestionar grupos y los directivos con su capacidad para impulsar proyectos lanzando mensajes ilusionantes.

martes, 11 de noviembre de 2008

El Club del Entrenador (Extremadura)

“… esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales…” (Barack Obama)

Nace el club del Entrenador en Extremadura, como hace unas semanas nació en Galicia y como en las próximas lo hará en otras comunidades autonómicas. Oigo al presidente José Luís Sáez enumerando entre sus muchos y ambiciosos proyectos de futuro el interés por conseguir introducir un balón de baloncesto en cada hogar español, en insistir en la promoción de nuestro deporte entre los más pequeños, en apoyar y potenciar el baloncesto femenino, en crecer desde la base, desde “allá donde nace la ilusión” que recuerda siempre Ángel Palmi.

La autentica fuerza de nuestro baloncesto no procede del número de medallas obtenidas o de la riqueza de nuestras competiciones de élite sino “del poder duradero de nuestros ideales”, del continuo apoyo al baloncesto anónimo, de la demostrada sensibilidad por promover iniciativas que ayuden a crecer desde lo más profundo. Soy un convencido de la importancia, de la trascendencia, de lo que se esconde en el fondo del escaparate de nuestro baloncesto.

Conocí a Jesús Blanco durante la Final Four de la Adecco LEB celebrada en Cáceres y lo que me transmitió el presidente de la federación extremeña fueron valores fundamentales para seguir creciendo, sensibilidad necesaria para emocionarse aquellas pequeñas cosas que de vez cuando nos regala el baloncesto, fuerza imprescindible para contagiar la ilusión de cientos de voluntarios. Aquella Final Four de Cáceres fue un éxito incuestionable porque por encima de números, de espectadores o de audiencias, Cáceres respiró baloncesto desde el sentimiento más auténtico. Cáceres y el baloncesto se fundieron en un abrazo inolvidable para todos los que lo vivimos.

Y con ese espíritu capaz de combinar la humildad y la ambición nace en Extremadura el Club del Entrenador, una iniciativa de la que se beneficiarán los que quieren dedicarse a enseñar baloncesto y en consecuencia los que han elegido un balón de baloncesto para jugar en el patio del colegio. Hablo con Mario Madejón, un enamorado de nuestro deporte y me contagia ilusión por arrancar este nuevo proyecto como así me la contagió hace unos días Diego Ocampo desde Galicia y como me la contagia siempre Moncho Monsalve. Hablo con Manolo Flores, socio de honor de este nuevo club de promotores de ilusión y se siente orgulloso de los continuos pasos adelante que dan desde su Comunidad.

Presidentes con ideales junto a buenos profesionales con ilusión sólo pueden provocar resultados positivos en la gestión de la riqueza natural de nuestro baloncesto. Sigamos creciendo desde los valores. Muchas felicidades, baloncesto extremeño.